La Copa Argentina, ese gran anhelo de Julio Grondona para sanar su relación con los clubes del interior, terminará jugándose solo en Buenos Aires. Son contados los cotejos que se disputarán en lugares alejados de los centros urbanos, donde solo pueden convocar hinchas Boca, River, San Lorenzo, Independiente y Racing.
Copa Argentina en Buenos Aires
29 de agosto 2017 · 11:58hs
Esta competencia tomó el formato de la Copa del Rey española, aunque con la diferencia de que no se juega en el estadio del club de menor categoría sino que los partidos se disputan, la mayoría, en provincia de Buenos Aires y algunos en los estadios provinciales de San Luis, Formosa y Chaco.
Pacífico de Mendoza eliminó a Estudiantes de la Plata en el Florencio Sola. Sí, en el estadio de Banfield. Mitre de Santiago del Estero perdió con Racing también en cancha del Taladro. Cipolletti tuvo que esperar que San Lorenzo se dignara a jugar y viajar hasta Lanús. Algunos hinchas van en cole a ver a su equipo, mientras que otros tienen que hacer cientos de kilómetros. La intención de la Copa Argentina es buena, porque le da la chance de jugar con equipos de Primera División a instituciones que, tal vez, jamás logren un ascenso a la élite futbolera nacional. Pero hay que mejorarla.
La visita de cualquier equipo de Primera División a un estadio del interior y más de un equipo del Federal A o B puede significar un hecho histórico para la localidad, el club y los hinchas. Pero si ese partido se juega por ejemplo en Bahía Blanca o Junín se desvirtúa.
De a poco Buenos Aires se está volviendo a quedar con todo, o mejor dicho recuperando lo poco que había cedido, después de que dejara este mundo el mandamás de la AFA durante décadas. El interior molesta.
Solo se acepta Córdoba y Rosario. Mendoza y Salta quedan muy lejos, pero como tienen un estadio mundialista y aeropuerto, los futbolistas y el periodismo porteño se quejan un poco menos y van.
Ojalá que la Copa Argentina siga adelante y la Superliga no se la devore como todo parece indicar. Si bien el fútbol es un negocio, este torneo Federal todavía despierta esa llama amateur, porque a pesar de todo brinda una posibilidad a equipos de categorías inferiores de jugar con los de Primera.
Y este es el mejor de los atributos de la Copa Argentina. En el mundo del fútbol se reconocen las lógicas superioridades amasadas en competencias de alta exigencia y dineros compradores de trofeos, pero en la cancha siguen siendo once contra once. Y a veces, y no tan pocas veces, un "equipito" del "interior" le hace "transpirar" la camiseta a uno "grande" y en 90 minutos de gloria nos muestra que no es tan cierto lo de las superioridades incuestionables.
También, y tal vez sin proponérselo, nos muestra que nuestro querido fútbol perdió la magia y la alegría que lo supo distinguir en el mundo entero.
Así, el negocio queda expuesto. La Selección es un reflejo de aquello. Un grupo de jugadores ricos, sin apetito de gloria, que siguen amasando ingentes fortunas.
Los giles somos los que seguimos comprando los armados y las artimañas de Buenos Aires. En fin, que la culpa no es del chancho.
De paso nos entretenemos con asuntos efímeros como estos para no ocuparnos de lo importante, que como sociedad es reclamar para que Santiago Maldonado aparezca con vida.