Pablo Felizia/De la Redacción de UNO
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Dijeron en el barrio Los Aromos que para ponerle un nombre, eligieron el de un árbol que se encontraba en el lugar. En la Plaza 2 de Abril, aún hay uno que resiste el paso del tiempo. En esa zona vivió Roxana Cali y una de las calles se llama así. La vecinalista está en el recuerdo de todos o al menos hablan de ella con respeto y reconocimiento.
En 1985 Vicoer entregó el barrio a la Municipalidad y junto a una manzana que pertenecía a Utedyc, conformaron una nueva vecinal que se unificó al designarlo con uno de los árboles que primero florecen en los últimos días del invierno.
La zona era un bañado con criaderos de chanchos que fue rellenado, había granjas, ladrillerías, árboles frutales y quintas. Cada vecino compró su terreno a 400 pesos más una cuota de 90 que debían abonar por mes. “Imaginate lo que costaba en esa época, son como 400.000 pesos de hoy. Todo lo que ves como asfalto, luminaria, cloaca y gas fue pagado por los vecinos. Lo único que hizo el municipio fue una cuadra que hace un año tiene asfalto porque ya había hasta medio metro de desnivel y se tapaban los desagües”, dijo a UNO el presidente de la vecinal Horacio Mendoza.
División de los Andes, Provincias Unidas, Coronel Uzín y una mano de Intendente Palma, delimitan la zona. Uno de sus lugares más importantes es la plaza y al recorrerla se advierte que no está en buenas condiciones. No tiene arena, los juegos parecen caerse solos, a la noche no está bien iluminada y la Bandera no puede ponerse en el mástil porque da contra varias ramas. Cuando la inauguraron fueron donados dos cañones que se usaron en la Guerra de Malvinas y un mortero. Eso está guardado por miedo a que alguien los robe o se dañen. Así lo contaron Mendoza y Alcides Rubén Leonard, el segundo vecino en habitar esas casas en 1985.
El nombre de la plaza fue aprobado por unanimidad una noche cuando Raxana Cali era la presidenta de la vecinal. “Fue una de las pocas personas que hizo algo por el barrio y tenía un grupo de mujeres que siempre la acompañaban”, contó Leonard.
Todos los que fueron consultados por UNO, al preguntar por la historia de esas calles, lo primero que nombraron fue a esa mujer que atravesó varias gestiones municipales y le encontró la vuelta para lograr que la plaza esté llena de flores, con bancos sanos, placero y hamacas en funcionamiento. En ese espacio verde, hace años, se conmemoraba la gesta de Malvinas con la banda de la Policía o de la Fuerza Aérea. Leonard, destacó: “Todo lo que falta a esta plaza la vecinal lo presenta por nota en el municipio desde hace cuatro años”. Mendoza agregó que hace 15 días pidieron una farola central porque a la noche se pone muy oscuro.
De caminar unas cuadras, los carteles de las calles dicen mucho y en otros se puede leer Juan José Falconier o Francisco Tomás Luna. No hace mucho, a una le pusieron Soldado Argentino. Pero entre los nombres de la gesta y sus reconocimientos, la 1322 ya se llama Vecinalista Roxana Cali. “Lo gestionamos nosotros”, contó Mendoza y agregó: “Fue por lo todo lo que hizo”.
En el barrio contaron que esa mujer puso en su casa hasta una guardería para que los papás pudieran dejar a sus hijos cuando iban a trabajar.
En la plaza se ven escombros a los costados y una vereda a medio terminar donde realizan su labor personal del Argentina Trabaja.
Se trata de una zona tranquila y la inseguridad no fue una palabra que apareció seguido.
En Los Aromos hay varios espacios verdes como un triángulo donde instalaron una imagen de la Virgen del Rosario y otro en Palma y Ayuí. Desde la Vecinal quieren que la Municipalidad los ayude para construir en ellos, un salón donde puedan realizar talleres y actividades para los adultos mayores. También están preocupados porque hay varios terrenos que fueron ocupados por familias que extendieron sus patios y alambraron.
Si Leonard fue el segundo en llegar al barrio, el primero se llama Néstor Cacho Segovia que también estuvo en la vecinal en la época de Cali. Con un sol de noche tuvo que iluminar su casa durante tres meses. “Es que todavía no estaba habilitado y pedí permiso. No había ni tapiales. A las casas las entregaron sin piso, ni llave de luz. Acá todos se conocen y un vecino ayuda a otro”, relató.
A menos de media cuadra vive su hermana Marta, quien también trabajó para la vecinal junto a Cali. La mujer, habló de la vecinalista y contó: “Era muy buena. Creo que fue la que más trabajó por el barrio. Hizo hacer la plaza, las veredas, el arenero. Tenía mucha energía”.
Cuentan que una vez, Cali convocó a todos para hacer guardia y evitar así que una empresa de teléfonos instalara una antena en la zona. La vecinalista falleció hace varios años por una enfermedad y sobre ella aparecen historias que la tienen como protagonista. No todos en un barrio quedan en el recuerdo y en la memoria colectiva. Podrá haber otras opiniones, pero lo cierto es que los carteles de una de las calles en Los Aromos lleva su nombre y ese reconocimiento no es poca cosa.
Acondicionar el espacio para el adulto mayor
María del Carmen Núñez vive en Los Aromos y es una de las que impulsó la instalación de la imagen de la Virgen del Rosario en uno de los espacios verdes que tiene la zona. Contó a UNO: “Lo hicimos cuando estaba Roxana Cali, y Marta Segovia compró la imagen. Queríamos ocupar el lugar para que se reúna la gente mayor”. Dijo que ahí se hicieron hasta misas.
Hoy le falta la luz de un reflector y acondicionar el lugar. El banco ya no se puede usar y un vecino por su cuenta, plantó árboles frutales para darle mejor aspecto.
Marta Segovia contó que si bien ese pequeño espacio no era un basural, estaba feo y por 1994 les autorizaron a ocuparlo. Desde la vecinal señalaron que también le pidieron a la Municipalidad que lo acondicione.
Apuntes para la historia del barrio Los Aromos, su plaza y sus calles
Mirada urbana. La vecinalista Roxana Cali está en el recuerdo y en la zona ya es un mito
11 de julio 2015 · 08:06hs