No podía ser mejor el comienzo de Patronato en la Superliga Argentina de Fútbol en su edición 2019/20. El equipo paranaense jugó un gran partido y se trajo una victoria por 1 a 0 desde Santa Fe ante Colón, teniendo a Christian Chimino como su goleador en el primer tiempo. Fue en ese período donde se vio lo mejor del Rojinegro, con un equipo que presionó bien arriba, llevó muchos hombres en ataque y contó con situaciones claras frente al arco local. En el segundo su andar no fue tan fino, sobre todo cuando quedó con uno menos tras la expulsión de Lautaro Comas. Pero llamativamente fue en ese momento donde los dirigidos por Fútbol Mario Sciacqua se asentaron en el período final, le cerraron todos los circuitos de juego al Sabalero y entendieron por dónde pasaron las claves para no sufrir demasiado. Mucho menos cuando los nervios se apoderaron del elenco santafesino con el correr de los minutos. Fueron dos caras las que mostró el Santo, sin que esto signifique que una fuera negativa. Todo lo contrario, ambas fueron positivas y en diferentes momentos del partido. Así, arrancó con el pie derecho y espera la visita de Boca con el ánimo por las nubes.
EL PARTIDO.
Fue un Patronato algo dispar en los primeros minutos. En ataque mostró una presión alta que complicó la salida de su rival, con un mediocampo superpoblado que obtenía rápidamente la pelota y buscaba las escaladas de sus volantes, sobre todo por el sector derecho. Claro que cuando por alguna circunstancia perdía la pelota en ofensiva, la transición no se hacía de manera eficiente y por eso en un par de ocasiones quedó mal parado atrás.
Un comienzo positivo e histórico para Patrón
La más clara fue para los dirigidos por Mario Sciacqua, con un fuerte remate de Rosales que Burián sacó con esfuerzo al córner. Esto dejó reflejado que más allá de algunas desatenciones en la última línea, el rol de protagonista lo interpretó el Santo. Pasado el cuarto de hora inicial, el ahogo del Rojinegro mermó, aunque la fisonomía del partido no cambió. El más claro seguía siendo Patronato, aunque sin mucha profundidad. Lo negativo: el desgaste y el intenso trabajo de Lemos, muchas veces en soledad. Sciacqua se dio cuenta de esto y cambió el sistema táctico. Ahora bien, en ataque seguía siendo el más productivo.
Primero con un tiro libre de Abero que luego del roce en un jugador se estrelló en el travesaño. A los pocos minutos, una individual dentro del área de Rosales que fue trabado justo cuando se disponía a someter a Burián. En el rebote apareció Tarragona y otra vez el uno local se agigantó para evitar la caída de su arco. El guardameta visitante se transformó en figura luego de tapar nuevamente dos disparos de los mismos protagonistas.
Era evidente que por inercia y por sus propias virtudes, no era impensado ver la caída de arco local. Fue a los 33’ cuando luego de una habilitación de Rosales para Comas (¿en offside?), el centro al medio encontró a Chimino que yendo al piso puso el 1-0 parcial. Merecido por dónde se lo mire. Colón sintió el golpe, pero al igual que en los minutos anteriores, no mostró una reacción que ilusionara a su gente. Por eso, esto despertó los primeros murmullos en los hinchas del local. Así se fue la primera etapa, con un Patronato que disfrutó de 45 minutos muy buenos y que le dieron una ventaja mínima más que merecida.
A veces se suele decir que en el fútbol no hay mucha lógica, aunque estaba claro que después del flojo primer tiempo que tuvo era evidente que Colón debía cambiar su imagen. Los roles se invirtieron y fue el Sabalero el que tomó la iniciativa, por lo que Ibáñez comenzó a ser más requerido. Para colmo, después de dos infracciones en pocos minutos, Comas se ganó dos amarillas y dejó de manera insólita a su equipo con uno menos. Todo cuesta arriba para el equipo paranaense con un largo camino por recorrer. El ingreso de Miloc por Rosales apuntaló la idea de Sciacqua para intentar frenar los avances de Colón, que tenía en Bernardi a su hombre más claro aunque con pocos compañeros que hablen su mismo idioma.
Las ideas no abundaron en el local, mucho menos la claridad. Por eso, con el paso de los minutos el Santo se fue animando a tener más la pelota y a jugar con el nerviosismo de su rival. Más allá de una merma desde lo físico, Patronato tuvo inteligencia también para enfriar el partido y seguir metiendo a Colón aún más en la confusión. La llegada de Faustino Dettler y José Barreto al partido le dieron aire fresco a la visita, que en el cierre estuvo más entero para bajarle la persiana. Es cierto que fue un contratiempo, pero con uno menos, el Rojinegro entendió perfectamente por dónde pasaban las claves para cortar los avances del equipo de Lavallén y traerse un triunfo histórico en su estadía en Primera División. Es que es la primera vez que ganó en un comienzo de torneo desde que llegó a la máxima categoría del fútbol argentino