En un edificio de calle Pellegrini de la ciudad de Paraná la dueña de un perro le abre la puerta, todos los días, para que salga y haga caca en donde pueda, casi siempre en la vereda. La mascota, cuando termina, se para en el ingreso y espera a que la dejen entrar.
Son cada vez menos los que levantan la caca de sus perros
Algunos vecinos, hace un tiempo, colgaron un cartel en el estacionamiento lindante pidiendo por favor a “la dueña” que levantara la caca del labrador, pero la sugerencia nunca funcionó.
Es natural observar cómo las mascotas que viven en los edificios del centro de Paraná son dejados en las veredas para que hagan sus necesidades y luego vuelvan a los departamentos.
Lo mismo sucede en la mayoría de los espacios públicos de la capital provincial, sobre todo en las plazas y en el Parque Urquiza.
En donde hay pasto se vuele fundamental tener cuidado con los desechos de las mascotas, con la basura que tiran en cualquier lado, con las sobras de los porros y con las bolsas que algunas vez contuvieron algo parecido a la cocaína.
Los que pasean por la plaza Saénz Peña, por ciertos sectores del Parque o las plazas de los barrios saben que esto es un realidad de todos los días.
Educación
Felicita Muriel Vargas es una proteccionista y activista por los derechos de los animales que vive y busca concientizar desde Paraná.
Ella es una de las pocas dueñas de mascotas que sale con la bolsa para levantar el excremento de su perrita. Consultada por UNO sobre el desinterés que muestran muchos humanos, Felicita reflexionó: “Cada dueño de mascotas debe hacerse cargo de las deposiciones de su perro, salir con una bolsita y juntar. Es lo que corresponde y además siempre tiene que pasearlos con correas por los demás perros, por las personas y por la seguridad de ellos mismos que ante cualquier distracción pueden ser víctimas de una desgracia. Hay que pensar en los autos y en todo lo que pasa en la vía pública”.
Como buena activista reclamó a sus pares: “Tenencia responsable y ser respetuoso en la convivencia con los demás ciudadanos (tengan o no perros)”.
Este diario la consultó vía chat para entender las razones por la que no se cumplen estas medidas que son básicas para el ordenamiento de una sociedad, y respondió: “Por irresponsabilidad, falta de respeto y educación. Tampoco existen normas que así lo dispongan y sanciones por no cumplirlas”, reclamó.
Parece que a los dueños de los perros les gusta la compañía de sus “amigos” pero le dejan los desechos al resto de la sociedad. Algo que también es muy de estos tiempos. La indiferencia sobre la realidad del otro. “Es como todo en esta sociedad, a mí cuando me ven juntar, me miran asombrados y me felicitan cuando debería ser algo normal. No tendría que llamar la atención. He visto algunos que lo hacen pero seguimos siendo muy pocos”, insistió la proteccionista que también está abogando para que se dicte la ordenanza que prohíba el uso de pirotecnia en esta fiestas de fin de año.
En cuanto a la recolección de lo excrementos, Felicita reiteró que la reacción de los paranaenses es muy interesante porque agradecen que salga con la bolsa: “Es reconfortante que lo hagan sin dudas pero es triste que no seamos más. Falta educación sobre el tema, como en muchas otras cosas”, alertó.
Ayer por la tarde realizó una vez más la rutina con Lobita su perra mestiza rescatada de la calle.
Programa
* En la Ordenanza municipal Nº 9.142 que fue sancionada en julio del año pasado y fue promulgada “parcialmente en agosto” dicta en el artículo 1º que se adhiera al Programa Nacional de Tenencia responsable y sanidad de perros y gatos creado por Decreto Nº 1.088/11 por el ministerio de Salud de la Nación. También se pidió la construcción de la Unidad Ejecutora local para coordinar acciones.
Las ordenanzas que todos nombran y nadie cumple
La ordenanza 8.678, está vigente desde agosto de 2007 y busca regular sin mucho éxito “la tenencia de animales domésticos de compañía haciéndola compatible con la salud pública, la higiene y la seguridad de personas y bienes”.
El espíritu de la normativa tiene que ver con el paseo de las mascotas en los espacios públicos. Queda bien en claro que el responsable del animal “no podrá llevar a su mascota a lugares de juegos infantiles, plazas y areneros”. El propietario, además, está obligado a limpiar en caso de producirse deyecciones. “Para lo cual deberá portar, bolsa, pala, u otro elemento de limpieza que sirva para tal fin”. La norma está vigente desde hace siete año pero nunca nadie salió a controlar si esto se cumple.
En realidad a simple vista y con un recorrido por los espacios públicos de la ciudad es fácil advertir que está lejos de que sea respetada.
Peligro
La larva migratoria visceral (LMV) es causada por gusanos (parásitos) que se encuentran en los intestinos de perros y gatos. El parásito del perro se denomina Toxocara canis y el del gato Toxocara cati. Los huevos producidos por los gusanos son dejados en las heces de estos animales, las cuales se mezclan con la tierra. Los niños pequeños con pica (un trastorno que implica consumir cosas no comestibles como tierra o pintura) tienen un alto riesgo de contraer esta infección. La mayoría de las infecciones ocurren en niños que juegan en áreas con suelo contaminado por heces de perro o gato.
Después de ingerir los huevos de los gusanos, eclosionan dentro del intestino.













