David English, de 49 años decidió trasladarse desde su país, Estados Unidos, a la Argentina luego del impacto de los aviones a las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001
Norteamericano se mudó al país tras sobrevivir al 11-S
Aquella triste mañana, cuenta David en Infobae, se dirigía a firmar un contrato laboral que, según él, iba a cambiar su vida profesional. No llegó a concretarlo. “En el instante en que se cayeron las torres, se cayeron todos mis planes”, apunta el norteamericano.
A los 30 años, cuando se convirtió en testigo y sobreviviente del atentado terrorista suicida, trabajaba como consultor en una empresa de telecomunicaciones. A pesar de corta edad, dice, había planificado todo para alcanzar lo que en Estados Unidos llaman el “American dream”. "Básicamente, consiste en tener tu propia casa, tu familia, plata ahorrada en el banco y un trabajo estable”, explica David acerca del ideal que guía la cultura y sociedad de los EE.UU.
De golpe al ver el impacto, puso en práctica la recomendación que le inculcaron de pequeño y escapó de la zona. “Corrí dos cuadras hasta una estación de subte, encontré un teléfono público y llamé a mi papá para avisarle que estaba bien. Apenas colgué, explotó el segundo avión”, recuerda David que, de milagro, se metió en subterráneo y logró llegar sano y salvo a su casa.
Los días posteriores al atentado fueron duros. “Yo vivía justo al otro lado del Río Hudson, en frente de la Zona Cero, así que conviví con todos los olores y el humo tóxico durante varios días”, dice David.
Es que por esas experiencias, se mudó “lo más lejos posible de la Zona Cero”. Aunque había viajado y vivido en muchos lugares del mundo, como Japón, Australia, y Europa, el norteamericano decidió instalarse en Argentina y desde entonces (hace ya casi veinte años) vive en la provincia de Mendoza.
“En 1998 estuve seis semanas en Argentina. A través de un programa de intercambio del Rotary Club, recorrí la Patagonia, Mendoza y Buenos Aires y me hospedé en las casas de familia. Fue una experiencia muy intensa y, de alguna manera, me enamoré. Me enamoré de Argentina y los argentinos”, asegura David que, para fines de 2001, decidió migrar nuestro país e instalarse en la provincia de Mendoza.
“Elegí Mendoza por una combinación de factores. Desde el clima y la montaña, pasando por las bodegas y la buena comida, hasta la calidez de su gente. Me parecía un lugar fantástico para empezar un negocio ya sea asesorando inversores o trabajando con turistas extranjeros. Lo vi como una gran oportunidad”, dice.
El idioma nunca fue una barrera. Había estudiado español en el secundario y, también, tomó clases particulares para perfeccionarse. Se anotó para cursar un posgrado en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Austral.
“Ese fue uno de los beneficios de venir a Argentina en el 2001: los pocos dólares que yo había ahorrado durante mi vida, pude invertirlos acá. Eran tres por uno. Pagar un MBA me costó un décimo de lo que me hubiera salido en Estados Unidos. De alguna manera cambié una crisis por otra y fue como un renacimiento mío en todos los sentidos”, apunta David.
En 2019 David volvió por primera vez a la Zona Cero con su hijo Benjamín. "Fue muy fuerte encontrar los nombres y apellidos de amigos tallados alrededor de las piletas que han construido para homenajear a las víctimas”.
Su regreso, fue en el marco de la filmación de un documental acerca de su historia de vida, que se va a estrenar en 2021 para el vigésimo aniversario del atentado contra las Torres Gemelas.
“Yo perdí amigos, compañeros de trabajo y vecinos, incluyendo a los cinco argentinos fallecidos en el atentado. Fue muy fuerte encontrar sus nombres y apellidos tallados alrededor de las piletas que han construido para homenajear a las víctimas”.
Antes de despedirse David reflexiona acerca de los argentinos y dice sentirse uno más. "Siempre me recibieron con los brazos abiertos. En Australia, Inglaterra, en otros países, muchas veces me han dicho cosas feas solamente por tener un pasaporte de Estados Unidos, o sea, solamente por haber nacido en Estados Unidos. En Argentina eso no me pasó ni una sola vez en veinte años”.
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