Faltaban solamente unas semanas para que Carolina por fin se convirtiera en mamá. Tenía miedo pero sentía mucha emoción de poder conocer al ser que durante meses había llevado dentro de ella. Estaba preparada con cuna, mamaderas y ropa diminuta para su recién nacido.
No sabía qué decirle a su bebé cuando naciera y cuando lo miró por primera vez, supo las palabras exactas
Foto: Internet ilustrativa
Foto: Internet ilustrativa
Si era niña se iba a llamar Josefina pero si era niño lo iba a llamar Felipe, aunque en un principio había querido que se llamara Gonzalo. Carolina estaba realmente entusiasmada con la idea de convertirse en mamá.
Carolina contaba cada día del calendario y se emocionaba al saber que muy pronto tendría entre sus brazos a su hijo o a su hija. Era pleno invierno y ni siquiera los días nublados evitaban que Carolina dejara de sonreír y de soñar.
Los días siguieron pasando y una madrugada de julio Carolina comenzó con las contracciones. De camino al hospital sólo pensaba en lo emocionante que iba ser el instante en que mirara a su bebé por primera vez.
Los médicos acercaron a Josefina a los brazos de su mamá. En este instante Carolina entendió que no hay palabra que puedan arrullar más que un abrazo.
Entonces madre e hija se fusionaron en un largo y sincero abrazo, lleno del más puro, lindo y cálido amor. Mamá Carolina por fin había conocido a quien tanto había soñado.
El primer abrazo es el momento más importante para todas las mamás. Incluso desde antes de que el bebé nazca, es importante transmitirle el amor que va dentro de un abrazo maternal.
Este relato, forma parte de una campaña de pañales para bebés que está emocionando a más de una madre, ya que, como dice el lema de la campaña: "El pañal es como un segundo abrazo para tu bebé. Elige uno que lo haga sentir como lo harías tú, mamá".
Fuente: upsocl.com