Inquietos, curiosos, solidarios, empáticos. Estos son algunas de las características de los trabajadores de la comunicación que caminan la calle en busca de la información. La agenda traslada a los movileros, en reiteradas oportunidades, a lugares comunes, pero con características disímiles. Una conferencia de prensa de un funcionario del Estado provincial, una sesión de Concejo Deliberante, la campaña de vacunación contra el Covid-19, un accidente de tránsito, la presentación de un evento cultural, la premiación a un atleta o protestas de trabajadores son algunos de los ámbitos habituales.
Movileros, cronistas y voceros de la calle
Por Matías Larraule
La patria movilera está en el lugar de los acontecimientos. Es testigo de sucesos que quedan marcados en la comunidad. Hechos que, con el correr del tiempo, ganan mayor trascendencia, pero también transita por escenarios que, para muchos, pasan desapercibidos, pero no para el ojo clínico de los cronistas de la calle. Porque cada barrio y en cada rincón tiene su característica. Todas las personas tienen algo para contar. Quienes forman parte del equipo de exteriores le dan voz a y visibilizan esas historias.
Vértigo
Desde hace 12 años Andrea Venturini ejerce como movilera. También desarrolló funciones como productora y cumplió rol en estudios. Las sensaciones que experimenta en la calle no las encuentra en otro escenario. “Es vivir en la realidad más vertiginosa todo el tiempo. Es caminar la realidad”, describió a UNO quien está en el equipo de exteriores de El Once TV.
Andrea resaltó la importancia de estar presente en el lugar de los hechos. “Estar en el móvil es un privilegio. Te permite estar en un mismo día con muchas personas diferentes, con historias diferentes, con actitudes diferentes, con motivos por los cuales la vas a entrevistar diferente y en lugares donde ni te imaginabas que ibas a estar. Estás en el río, después vas a una conferencia con el gobernador, de ahí a un incendio. La variedad de sentimientos y posibilidades de aprender que te ofrece estar en la calle no tiene comparación con otras aristas del periodismo. Es vivir en la realidad más vertiginosa todo el tiempo y además requiere de una mirada de mucha apertura y sin prejuicio. Es una condición para el movilero no tener el prejuicio de que te vas a encontrar con tal cosa, sino dejarte sorprender y aprender a escuchar a quien te tiene que decir algo”.
La realidad lleva a los movileros a caminar por ámbitos diferentes. Desarrollar esta tarea es un ejercicio que deja enseñanzas todos los días. “Muchas veces vas con una idea determinada o vas buscando algo y depende de la mirada o si sabes dejarte llevar por la situación que vas a relatar y decirlo de la manera más fiel posible es un aprendizaje todos los días. En el 2009 comencé hacer móvil, tengo 45 años, y me parece de las tareas más lindas que me tocan hacer”, confesó.
Aprender cosas nuevas de cada cobertura ayuda a despejar todo tipo de temores. “En el móvil no solo cada vez aprendés más, sino que ganás cierta confianza en el sentido de que vas confiando en vos mismo y en tu compañero. Esto es fundamental en televisión. Una vez que ganaste confianza en eso y no le tenés miedo a la calle es un trabajo fantástico”.
Emitir preguntas desde la sencillez y el sentido común lleva a Andrea a desenvolverse con frescura en distintos escenarios, ya sea en ámbitos donde tiene conocimientos más amplios como en rubros donde no es especialista en la materia. Pero también considera que es vital saber con quién entablará un diálogo. “Lo primero que hago es saber el nombre de la persona que voy a entrevistar, sea un funcionario o una vecina. La primera conexión con el entrevistado es fundamental para saber qué quiere contar. También es fundamental escuchar al entrevistado Y no tenerle miedo a la pregunta. Quizás en el deporte no todos somos tan duchos ni somos especialistas. En ese caso pregunto desde el sentido común. En mi caso no me da vergüenza preguntar algo cotidiano, con sentido común, desde la simpleza”.
Por último, enumeró algunos acontecimientos que la marcaron. “Me conmovió la inundación de Santa Fe. Cuando llegamos el agua nos daba por la cintura. La gente lloraba, nos decía “no tengo fotos, perdí mis documentos, no tengo nada”. Eso me marcó profundamente porque en un segundo la vida de la gente cambió mucho. También recuerdo mucho la imagen de un policía que venía a caballo saliendo del monte en el barrio El Radar cuando encontraron el cuerpo de Leoncio Maidana. La mirada de ese policía, los ojos vidriosos, no lo olvido nunca más. Era hacer la pregunta que ya sabíamos la respuesta. Desde lo positivo últimamente me conmueven mucho las personas que se van a vacunar. La confianza y la posibilidad de retomar un poquito la vida diaria. Me conmueven las historias simples y conmovedoras”.
Desde la cotidianeidad
Las redes sociales son un faro que, en algunas oportunidades, guía el trabajo de los comunicadores. De todos modos la mirada profunda de los movileros es determinante para encontrar noticias profundas en situaciones sencillas. Claudia Martínez tiene la capacidad de descubrir historias en lugares inesperados. “Soy una observadora de la cotidianeidad”, se definió.
Algunos comunicadores optan por diagramas estructurados para llevar adelante su ejercicio. Claudia entiende que la realidad la sorprenderá. “Puedo tener una nota prevista y no saber con qué me voy a encontrar en el medio”, subrayó. “Una vez fuimos a una sesión del Concejo Deliberante adonde fueron los seguidores del por entonces intendente Sergio Varisco. Ese día nos encontramos presionados contra una pared por toda la gente que quería entrar a una sesión desastrosa, con muchos insultos y mucho ruido. Lo mejor en este trabajo es lo imprevisto, es lo que hace que la nota sea una nota y no algo rutinario”.
Martínez indicó que todos los días se observan historias diversas. Situaciones que despiertan distintas clases de emociones. “Todos los días hay cosas en la calle. Desde una mujer que se quiere tirar desde una torre de la Catedral hasta los chicos cantando en lenguaje de señas. Cualquier cosa te puede conmover. Por suerte no pasamos las cosas que suceden los colegas de Buenos Aires, como un atentado, una explosión. Acá por suerte y ojalá que nunca pase, pero sí hemos tenido tomas de rehenes”, señaló.
En esos escenarios desagradables la adrenalina está presente. “Parece que se te va a partir el corazón”, confesó Claudia. Pero su temperamento la lleva a estar atenta siempre y a generar información desde conductas cotidianas. “Un día observé un grupo de mujeres sentadas sobre la vereda de una clínica. Le pregunté qué hacían sentadas en la vereda. “Tenemos una compañera internada y venimos a hacerle el aguante acá”. Ahí me enteré de una historia. Si no preguntaba no me hubiera enterado. Tal vez la vida te pasa por al lado y te perdiste la posibilidad de conseguir una buena nota”.
Espontaneidad
En 2015 Lisandra Dittler comenzó el último año de cursado de la Licenciatura en Comunicación social en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Al mismo tiempo adquirió su primera experiencia en el móvil de Canal 9 Litoral, donde resalta la espontaneidad. “Lo que sale, sale”, valoró.
El primer contacto con el mundo exterior fue a través de una encuesta en la que invitó a participar a la sociedad que transitaba por el lugar. “Muchas veces se piensa que es lo más fácil, pero es lo más difícil. Si la gente no responde o no se expresa hay que buscar y buscar la respuesta. En cambio cuando es un entrevistado pautado es más sencillo”, diferenció.
Lisandra indicó que, formar parte del móvil le permite generar empatía con la sociedad. “Me permite estar en el lugar de los hechos y con la gente, que es lo que más me gusta. Uno puede hablar de ciertos problemas y ciertas necesidades que tiene la gente, pero hablo con la gente. Recorrer el territorio, saber que en tal barrio pasa esto porque fuiste y lo viste. Todo eso que se genera es re lindo y es parte de nuestro trabajo. Estar en contacto genera una empatía con el otro, que muchas veces se logra y muchas veces no. Creo que el movilero tiene que generar la empatía a quien le va hacer la nota porque seguro que la nota sale distinta. Al generar una conexión con el entrevistado, el móvil sale diferente”.
Full time
Ariel Bello tiene una filosofía para desarrollar su trabajo. “El movilero no tiene ni día ni horario”, aseguró quien brinda un trabajo audiovisual a través de las redes sociales de Reporte 100.7. “He trabajado de madrugada cuando hubo un hecho importante. He dejado de hacer actividades familiares o interrumpí fiestas familiares para cubrir un acontecimiento importante porque la gente quiere saber. Le dedico las 24 horas a este trabajo. Hoy por las redes sociales la sociedad quiere información a toda hora. No hay un horario estipulado para el trabajo de movilero”, aseveró.
La pasión por ser testigo de la información lo impulsa a estar a disposición las 24 horas, los siete días de la semana. “Me encanta lo que hago. Siento una adrenalina cuando me llega un dato de una información y estoy para cubrirlo, más allá de la primicia, del adelanto que puede llegar a dar el medio Reporte 100.7. Me gusta estar en ese momento, cubrir esa información y siento una adrenalina terrible desde el momento que me subo al auto y comienzo el trayecto hacia el lugar del hecho”.
Su relación con los medios nació 23 años atrás a través de la radio. Desde hace siete años se abocó al mundo exterior, donde descubrió su vocación: un cronista de la calle.