“Te entristece el alma ver miles de árboles quemándose o animales muertos a tu paso”, describió la brigadista Anabela Peralta, quien formó parte de los trabajos para controlar los incendios de las islas en Victoria. Tiene 29 años, nació en Tigre (provincia de Buenos Aires) y vive en Villa Hernandarias desde hace 25 años. Por herencia familiar se sumó a los bomberos voluntarios de la localidad y posteriormente a la Brigada Nacional Forestal. Este año vivió en dos oportunidades el fuego incontrolable en los humedales entrerrianos frente a la ciudad de Rosario, con valentía y muchas ganas de frenar el daño que ocasionan las quemas de miles de hectáreas tanto a la salud, como al ambiente, la flora y fauna.
Anabela Peralta: El fuego en las islas desde los ojos de una brigadista
Por Dina Puntín
En diálogo con UNO repasó su historia y pensó en voz alta sus sueños que van desde la casa propia a la concientización y el cuidado de la casa común.
—¿Cuánto hace que sos bombero voluntario?
—Hace siete años que integro el cuerpo activo de Bomberos Voluntarios de Villa Hernandarias de nuestra querida provincia. Actualmente soy cabo y desde hace cinco años formo parte de la Brigada Nacional Forestal, ya que para integrar esta fuerza se necesita realizar una capacitación aparte.
—¿Por qué decidiste sumarte a bomberos?
—Podría decir que bomberos forma parte de mi vida desde que tengo 10 años. Mi padre –junto a un grupo de entusiastas– formó el primer cuerpo activo en el año 2000 y actualmente es el jefe de la entidad, así que básicamente arranqué primero como víctima en los simulacros que hacían, después de acá para allá acompañando, hasta que siendo mayor ingresé como aspirante hasta recibirme y de ahí no me separé más.
—Según tu experiencia, este año se presenta más grave que en otras oportunidades en cuanto a incendios?
—Basándome en mi corta experiencia podría decir que sí, particularmente en mi ciudad tenemos salidas diariamente y hasta más de un incendio por día. Algunos son intencionales, otros por negligencia y también influye el factor climático por supuesto.
—¿Dónde te tocó trabajar como brigadista durante este tiempo?
—Este año fui convocada junto a mis compañeros brigadistas para trabajar en Victoria, zona de islas en dos oportunidades.
—¿Qué situaciones te tocó vivir dentro de las islas? ¿Cómo se organizan?
—Siendo honesta creo que como bomberos no sentimos miedo o tensión, más bien una enorme ansiedad por llegar, prepararnos y salir a actuar (remarcó con pasión). Tenemos una adrenalina que a veces se hace incontenible. Sí, ya sé, suena loco (se dijo a sí misma). Pero esa confianza es el resultado de mucha preparación y estudio constante, y también de contar con gente muy experimentada en el lugar. En este caso en islas, el helicóptero nos dejaba de mañana y nos buscaba a la tarde, trabajamos mucho pero contamos con períodos de descanso donde aprovechamos para hidratarnos y comer.
—¿Cómo es la disposición de los trabajos?
—En primer lugar se arma el comando, que lo conforman personas con mucha experiencia en el campo, jefe de operaciones, directivos del plan provincial y nacional del manejo del fuego, jefes de brigadas, personal de distintas fuerzas como Prefectura, Ejército, Policía de Delitos Rurales de Entre Ríos, Policía Federal, miembros de parques nacionales, Defensa Civil, entre otros. Se evalúa la situación y se disponen de todos los recursos necesarios posibles como helicópteros para traslado y extracción de los brigadistas, aviones hidrantes que juegan un papel importantísimo, y un avión vigía para evaluar constantemente. Es un gran trabajo el que realizan ya que ahí se plantean estrategias de ataque, defensa, rutas de escape, recursos que se pueden aprovechar como el río para abastecer mochilas, uso de herramientas. Al no poder ingresar con móviles por razones obvias, contamos con distintas herramientas como rastrillos, bate fuegos, machetes, pulasky, que utilizamos para hacer las brechas cortafuegos.
—¿Son muchas las mujeres brigadistas en los incendios en islas?
—Actualmente somos muy pocas mujeres brigadistas, aproximadamente unas siete, pero confío en que iremos sumando cada vez más.
—¿Sentís apoyo de la comunidad, de autoridades?
—Sí, creo que la sociedad está al tanto de las funciones que cumplimos y lo valora, te das cuenta en los mensajes de apoyo y aliento, o con hermosos gestos ya sea alcanzándote agua o algo para comer, aplausos, cosas que te llenan el alma.
—¿Además de brigadista desarrollás otra actividad?
—Dentro del cuerpo activo integro el área de capacitación junto al jefe, la segundo jefe y mi compañero que es cabo también. Nosotros formamos a los aspirantes a bomberos, desarrollando clases donde abunda la teoría y mucha práctica. Mi materia particularmente es primeros auxilios, rescate y trauma. También estamos prestando servicios en los controles de rutas junto a tránsito y policía por la pandemia de Covid 19.
—¿Qué debería hacerse para empezar a cambiar el descuido ambiental?
—Desde la parte humana podría decirte que hace falta crear más conciencia sobre el cuidado ambiental, no solo de las islas, también los ríos, mares, flora y fauna. Como brigadista puedo asegurarte que te entristece el alma ver miles de arboles quemándose, o animales muertos a tu paso. Ya se han perdido millones de hectáreas a nivel mundial y eso trae muchísimas consecuencias para nuestra vida diaria. También estamos atravesando un período de escasez de lluvias en general, y eso resulta fatal para conservar el suelo y sus especies.
Anabela x Anabela
Anabela Peralta tiene 29 años y si bien es nacida en Buenos Aires, “desde el año 1995 que vivo en Villa Hernandarias, así que me considero una entrerriana más”, contó.
Tiene “una familia grande” que está conformada por su papá (retirado de la Prefectura Naval y actualmente jefe de Cuerpo Activo de Bomberos de Villa Hernandarias), su mamá que es artesana, dos hermanos que viven en los pagos entrerrianos y tres más radicados en Buenos Aires.
—¿Cómo es tu día a día?
—Antes de la llegada del Coronavirus, mi día normal comenzaba muy temprano. Trabajo en una escuela primaria católica así que luego llegaba a mi casa, descansaba y arrancaba con otras tareas como guardias en el cuartel, ir a clases (estoy estudiando Tecnicatura en Seguridad e Higiene) y alternaba el día con deportes, mates con amigos y familia, y seguir estudiando. Ahora los tiempos cambiaron un poco a raíz de la llegada de este virus pero básicamente trato de seguir mi rutina.
—¿Cuáles son tus sueños? ¿Tus proyectos?
—Creo que proyectos tengo miles, pero en primer lugar terminar mis estudios, sueño con mi casa propia, un trabajo estable y sobre todo seguir en bomberos, ayudando, formando y concientizando a través de las palabras o acciones. Lo mejor es proyectar metas a corto plazo para poder realizarlas.