Cuando estás embarazada de tu segundo hijo, te haces muchas preguntas: ¿será parecido al primero? ¿Lo amaré tanto como al primero? ¿Mi vida se alterará por completo? ¿Podré ocuparme de dos hijos al mismo tiempo?
10 diferencias entre ser madre de un hijo y ser madre de dos
4 de agosto 2017 · 17:39hs
Luego, nace tu segundo hijo y las respuestas no tardan en aparecer. Inevitablemente, además, haces comparaciones acerca de cómo era la vida con un solo niño en casa y cómo es ahora con dos.
Estas son diez diferencias entre ser madre de uno y ser madre de dos.
- La idea de tener más hijos. Cuando tienes un hijo: sientes temor porque crees que no podrás amar a un segundo hijo tanto como amas al primero. Y piensas: ¿será tan perfecto como el que ya tengo? Cuando tienes dos: ¡sientes que podrías tener mil hijos! Has comprobado que el amor se multiplica.
- Las siestas. Cuando tienes un hijo: deseas que siga durmiendo dos siestas diarias hasta que comience a ir a la escuela. Cuando tienes dos: deseas que reduzca la cantidad de siestas para poder salir de casa, ¡especialmente la de la mañana!
- La niñera. Cuando tienes un hijo: es fácil encontrar a alguien dispuesto a cuidar a tu hijo por un rato. Cuando tienes dos: son pocos los valientes que se atreven a cuidar a ambos niños, incluso durante la noche. Quien acceda, te estará haciendo un gran favor.
- Diligencias. Cuando tienes un hijo: te estresa la idea de subirlo al auto, acomodarlo en su asiento, bajarlo nuevamente... ¡Demasiado trabajo! Cuando tienes dos: si puedes dejar uno en casa y salir con el otro, te resulta facilísimo hacer diligencias con él.
- Ropa heredada. Cuando tienes un hijo: quieres que ese bebé, tan dulce y perfecto, sólo use ropa nueva. Cuando tienes dos: aceptas toda prenda de ropa que te ofrezcan. ¡Nada se rechaza!
- Entretener. Cuando tienes un hijo: si necesita entretenerse, sólo estás tú para cantar y hacer morisquetas. Cuando tienes dos: se entretienen mutuamente. ¡Es fabuloso!
- Logros. Cuando tienes un hijo: estás ansiosa por ser testigo de esa primera palabra, ese primer diente, ese primer paso... ¡y la cámara siempre está encendida! Cuando tienes dos: ¡no hay apuro! Ya no es tan cómodo para ti que comience a caminar pronto.
- Sueño nocturno. Cuando tienes un hijo: cuando empieza a dormir toda la noche, tú también duermes toda la noche. Es bellísimo. Cuando tienes dos: una noche de sueño corrido es un milagro. Las probabilidades de que te despierten se han duplicado.
- Un recién nacido. Cuando tienes un hijo: tener un bebé pequeño en casa te parece sumamente difícil y trabajoso. Cuando tienes dos: un recién nacido te resulta muy fácil de cuidar. ¡Y son tan adorables!
- Crecer. Cuando tienes un hijo: el crecimiento de tu hijo te parece lo más emocionante del mundo. Cuando tienes dos: el crecimiento de tu hijo te parte el corazón y quieres que permanezca bebé por siempre. ¡Que alguien detenga el tiempo!
Fuente: Disney Babble