En la madrugada del jueves, trascendió a nivel mundial la renuncia de un gran número de empleados de Twitter. El abandono voluntario de los puestos de trabajo se dio por un ultimátum que dio el multimillonario y ahora dueño mayoritario de la empresa, Elon Musk.
Preocupación en Twitter por posible cierre masivo
Musk dio a los empleados bajo contrato menos de 36 horas para que se marcharan o "se comprometieran a construir un Twitter 2.0 rompedor". "Los que se marchen recibirán los tres meses de indemnización por despido", habría indicado el fundador de Tesla. Además, habría enviado mensajes confusos sobre el trabajo remoto, pareciendo suavizar su postura de no permitir que la gente trabaje desde casa.
Seguido del comunicado, empezaron a llegar las notificaciones de renuncia y cientos de empleados informaron que deciden irse con sus tres meses de indemnización. Más tarde, la compañía anunció por correo electrónico que cerraría el edificio de oficinas y deshabilitaría el acceso de los empleados a sus tarjetas de identificación hasta el lunes.
La gran cantidad de renuncias habría tomado por sorpresa a la mesa directiva de accionistas y Musk trataría de persuadir a algunos de los empleados "críticos" para que permanezcan en la empresa. La eliminación de tantos puestos de trabajo en un periodo tan reducido suscitó dudas sobre cómo seguirá funcionando Twitter de forma eficaz. Aunque el multimillonario incorporó algunos ingenieros y directivos de Tesla, muchos de ellos no conocen el manejo de las redes sociales.
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En la propia red social, el hashtag #RIPTwitter comenzó a ser tendencia ante la posibilidad de caída del servicio. Algunos incluso publicaron memes de lápidas, dando a entender que Musk había "matado el servicio". Incluso muchos comenzaron a migrar a otros servicios de redes sociales. Lejos de mostrarse preocupado, el propio socio mayoritario se sumó a la catarata de bromas.