Buenos Aires.- Una vecina del edificio donde vivía Ángeles Rawson junto a su familia hasta que fue asesinada, reveló ayer en el juicio por el crimen que existieron otros dos casos de mujeres que supuestamente fueron acosadas sexualmente por el portero Jorge Mangeri y que una de las víctimas era su empleada doméstica, veinteañera, a quien el imputado le regalaba golosinas.
Revelan que Mangeri acosaba a las mujeres
Con estos dos nuevos casos, Mangeri ayer fue involucrado en un total de cuatro episodios de presunto acoso a mujeres del edificio o de la cuadra, por seis de los testigos que declararon en la séptima jornada del debate.
La testigo que develó los dos nuevos casos, hasta ahora desconocidos en la causa, fue la abogada Mónica Lospinnato, vecina del 5° “A” y miembro del Consejo de Administración del edificio.
A preguntas del abogado querellante Pablo Lanusse, la mujer contó que una vez le llamó la atención que siendo Mangeri un hombre muy atento, vio cómo le cerraba la puerta a la niñera del 7° “B” y que ante esa situación, en una reunión del consejo de administración, le preguntó al empleador de esa mujer, el vecino Pablo Bazán, si había pasado algo.
Según este relato, en esa conversación Bazán -quien ya declaró en el juicio pero no contó nada sobre estos hechos-, le dijo que Mangeri “una vez se le lanzó” a la niñera y que “ella estaba ofendidísima”.
Lospinnato aclaró que en ese momento no lo tomaron como un caso de acoso sino “como un intento de conquista”.
Agregó que luego, en 2013 y con el crimen de Ángeles en plena etapa de investigación, le preguntó a su empleada, de nombre Zunilda, si alguna vez Mangeri le había dicho algo de tono sexual, a lo que esta le respondió que sí, pero que “eso no lo convertía en un asesino”.
Esa empleada le dijo que cuando empezó a trabajar en su casa, en 2011, cuando tenía unos 20 años, Mangeri la esperaba en la puerta del edificio y le regalaba bombones de la marca Bon o Bon, aunque con el paso del tiempo esa situación le empezó “a dar miedo”.
“En los últimos tiempos, Zunilda lo había notado más ‘zarpado’ y contó un episodio en el cual Mangeri la siguió por la calle y le preguntó dónde iba a bailar”, dijo la testigo al tribunal.