Ya se habían reunido la semana pasada, después de que a cuatro días del inicio del ciclo lectivo los chicos no habían podido comenzar las clases debido al estado del establecimiento tras la mayor tormenta que castigó a la región. Ayer, sin respuestas y cansados de la situación, los padres se autoconvocaron frente a la escuela Primaria Nº 212 María Elena Walsh de Colonia Avellaneda para reclamar a las autoridades que les den una solución. La cita fue a las 8, pero a esa hora Giselle Giovanardi, directora de la institución a la que concurren unos 250 chicos, salió a decirles que la supervisora dio órdenes de comenzar las clases. “No queremos que nuestros hijos empiecen las clases en el estado en que está la escuela. Todavía tiene cosas que cuelgan del techo que se rompió con la tormenta. No hay agua ni luz, hay cosas tiradas, a la intemperie. Los docentes que van a trabajar todos los días están en peligro, y mucho más los niños”, contó a UNO Fernanda Conraut Perricone, una mamá que teme por la integridad de su hijo y los demás alumnos.
Desde la escuela los directivos se negaron a comentar el estado de los trabajos para poner en condiciones el inmueble. En tanto, Stella Maris Salas, directora de la Departamental de Escuelas del Consejo General de Educación (CGE), afirmó que a partir de hoy las aulas están en condiciones. “Tenemos que hacer muchos trabajos. Es una escuela muy nueva, que va a cumplir cuatro años, y con el tema de la tormenta sufrió serios inconvenientes. Pero la Zonal de Arquitectura fue arreglando la mampostería y otras partes afectadas. Se hizo la limpieza del lugar, el personal está yendo y están dadas las condiciones para que inicien las clases”, dijo a UNO, y explicó: “Entendemos que no hay peligro ahora. El único problema que hay es que los tanques de agua y la luz tienen conexión en forma conjunta con la Unidad Educativa que está al lado, porque se hizo así la obra”.
Zona de riesgo. Las secuelas de la tormenta persisten y temen por la integridad de sus hijos.
Salas señaló que solo había un aula sin luz ayer, pero aseguró que las cuadrillas trabajarían para resolverlo, y luego se continuarían las obras estructurales para que cada establecimiento tenga su propia conexión de luz y de agua.
Sin embargo, los padres autoconvocados manifestaron su disconformidad y se volvieron a juntar al mediodía para hablar con alguna autoridad del CGE que supuestamente iría a brindarles explicaciones, pero pasaron más de dos horas sin que llegara nadie. “Nos fuimos agotados de esperar tantas horas”, sostuvo Fernanda, y comentó: “Todavía hay pedazos de techo colgando y partes del cielorraso a punto de caer, las aulas están inutilizables y no puede ocuparse un salón y la biblioteca para albergar a 250 niños. Tienen todo el derecho del mundo a comenzar las clases en Colonia Avellaneda, en una escuela segura, como cualquier niño”.
Zona de riesgo. Las secuelas de la tormenta persisten y temen por la integridad de sus hijos.
Por otra parte, recordó que en agosto de 2015 también se habían autoconvocado los padres y firmaron un petitorio para que se resuelvan los inconvenientes edilicios que registra la escuela, que existen desde la entrega de la obra. “La tormenta hizo lo suyo, pero esto tiene que ver con problemas de infraestructura que siempre estuvieron”, expresó por último.
Debido a esta situación, la escuela Nº 212 en reiteradas ocasiones tuvo que suspender las clases por falta de agua en los baños en años anteriores. Según habían dicho los referentes de la Dirección Departamental de Escuelas en 2015, iban a solucionar el problema antes del reinicio del ciclo lectivo. Sin embargo, hoy los inconvenientes se acrecentaron.