Alumnos, padres y docentes de la escuela de nivel medio Nº 28 (ex Nº 125) Nuestra Señora de Guadalupe, de La Floresta, realizaron este jueves un abrazo simbólico al edificio, en reclamo por la obra de mejora y ampliación que continúa inconclusa.
Realizaron un abrazo simbólico a la escuela Guadalupe en reclamo de la conclusión de obras
Con carteles y banderas la comunidad educativa mostró su hartazgo por la situación precaria en la que dan clases y la repercusión que esto genera en la calidad educativa y en el aprendizaje mismo de los alumnos. Paralelamente, sus pares de la escuela 188 Bazán y Bustos, del mismo barrio, llevaron su reclamo por situación edilicia a Casa de Gobierno.
De acuerdo a lo señalado a UNO por el vicerector de la entidad, Fabricio Almada, en abril de 2011 comenzó la refacción de aulas existentes y la construcción de nuevos espacios áulicos y administrativos, labor cuyo plazo de ejecución era de un año. Sin embargo, a poco de terminar el ciclo lectivo 2012, la empresa constructora sólo culminó el mejoramiento en las aulas antiguas de la entidad.
La propuesta de la firma Zodíaco, que realiza la obra, es entregar el ala norte (tres aulas nuevas, dirección, preceptoría, baños y laboratorio) el 21 de noviembre pero de manera provisoria, es decir, sin las luminarias, ni pintura, con mensulas pero sin mesadas y sin baño para personas con capacidades diferentes. La comunidad educativa exige la entrega de la obra ya terminada.
La escuela Guadalupe hoy
A la escuela Nº 28, ubicada en calles República de Siria y República del Líbano en barrio La Floresta, asisten 328 alumnos, los cuales a raíz de la demora en las obras llevan varios meses de cursado en condiciones precarias.
“Empezaron el año 420 alumnos y al día de hoy la matrícula se redujo a 328 dadas las condiciones en que estamos funcionando. Lamentablemente, dada las características de la comunidad en que está inmersa la institución educativa, no sólo se trata de alumnos que cambiaron de escuela, muchos de ellos abandonan”, explicó a UNO Nora Mian, directora del establecimiento.
Por su parte Almada indicó que, ante la falta de aulas, “el gran problema es que funcionamos a medio turno. Entonces hay un grupo que entra de 7.30 a 10.30, de 10.30 a 13, e 13 a 16, y de 16 a 16.30. Los chicos vienen un rato de clases y luego se van. Tenemos materias cada 15 días”.
Como el patio de la escuela es utilizado por el obrador para la descarga de materiales, los alumnos tienen escaso espacio para realizar actuvidades físicas o de recreación; e inclusive “los recreos lo pasan en los pasillos”, señaló el vicerrector.
Ante ese escenario, los estudiantes realizan educación física en club Sportivo Urquiza, aunque no siempre la escuela puede contar con ese lugar por las propias actividades de la entidad deportiva.
Mian consideró que las horas que los alumnos perdieron de clases: “Es una pérdida totalmente irreparable. Estar media jornada en la escuela repercute no sólo en la relación con el conocimiento, sino también con lo referente a los hábitos y valores que se les debe inculcar”, explicó.