Sebastián Gálligo/ De la Redacción de Ovación
Puso sexta con sacrificio, actitud y sufrimiento
Sionista tuvo que transpirar y sufrió hasta el final para ganarle al campeón. Pero lo hizo y más allá de los matices cerró un fin de semana perfecto. Anoche superó a Peñarol por 82 a 79 por la cuarta fecha de la Liga Nacional.
El primer parcial fue muy equilibrado. Comenzó mejor el local porque fue muy efectivo con los lanzamientos externos. Dos triples de Pittman, uno de Sandes y otro de Hure le dieron más del 50% de los puntos. Utilizó poco el poste bajo porque Lloreda se agotó rápido y Cequeira optó más por la penetración. Peñarol terminó mejor. Se amigó con el aro luego de un comienzo errático. Tuvo más rotación de la bola y creció el trabajo de Mata, quien con un triple cerró el parcial 21-20.
A pesar de los cambios no cambió la paridad en el segundo parcial. El ingreso de Sandrini le dio un juego menos agresivo, pero más ordenado. El equipo hizo lenta la transición entre el ataque y la defensa y quedó descompensado. En ese pasaje la visita sacó 6 puntos (34-28).
Sin Terrel, por acumulación de faltas y ante la ausencia de Leiva por lesión, la bola fue para Lloreda que se tornó incontrolable para Gutiérrez. Allí comenzó la recuperación. Peñarol comenzó a sentir el desgaste y perdió agresividad en ataque. Esto facilitó el trabajo de la defensa que dejó en 15 el goleo. Fue así que dio vuelta marcador y terminó arriba el primer tiempo por 38-36.
El equipo comenzó concentrado el segundo tiempo y sacó la máxima diferencia hasta ese momento 45-38. Y de no ser por algunos desacoples defensivos por falta de comunicación la historia pudo haber sido otra. Peñarol, visiblemente desgastado físicamente, optó por una zona 2-3 y cambió el desarrollo del juego. Svetliza mandó a la cancha a dos tiradores: Agasse y Hure, y este último rompió la sequía con un triple. A partir de allí el equipo ganó confianza, le dio la bola a Sandes y emparejó de nuevo el pleito sobre el cierre del tercer cuarto.
Los dos equipos jugaron muy mal en el inicio del último cuarto. Svetliza probó con cuatro hombres afuera y metió a Spalla adentro. Peñarol sufrió la salida de Gutiérrez por lesión y los lanzamientos de Ibarra no fueron precisos. El DT local mandó a la cancha a Lloreda y cambió la historia.
El panameño ganó en la pintura y cuando no anotó revirtió muy bien la bola. Llegó un triple de Hure y otro de Cequeira y la máxima 76-68 a 2’30” del final. A pesar de la brecha la visita no tiró la toalla y con un triple de Ibarra a 41 segundos del cierre se puso a dos puntos (78-76). Y de manera increíble Pittman cedió la bola y le una ofensiva para empatar o pasar a ganar el juego. El extranjero tiró una bomba, pero falló. Peña cortó con falta Miller no falló, diferencia de 4. A falta de 8 Teague puso las cosas a dos y suspenso. Otro corte, esta vez sobre Pittman que marcó uno y lo colocó a tres. Esto obligó a Sandes a cortar con falta porque con un triple lo podían empatar. Campazzo metió uno y el rebote fue para Miller. Y no terminó allí. El extranjero fue a la línea marcó uno y con 3 segundo Campazzo desde la mitad de la cancha casi lo empató. Alivio y desahogo.
Otros resultados
Ayer: Boca 83-Progresista 70; Obras 71-La Unión 58.
Para hoy
La cuarta fecha continuará hoy: a las 21.30: 9 de julio-Atenas (Chiti y Castillo); Argentino-Olímpico (Rodrigo y Brítez); a las 22: Quimsa-Gimnasia (Sampietro y Chávez).