En los últimos días los espacios (físicos y virtuales) de operación política se activaron de manera espontánea. No resulta extraño en los sectores opositores, donde existe la necesidad extra de conocer los detalles que contendrá la reforma política prometida por Sergio Urribarri en febrero de este año, a la luz de los tiempos y las reformas que se introducirán en el proceso electoral venidero.
Nervios y angustia oficialista
Lo llamativo, en realidad, fue que la inquietud se trasladó a las filas del oficialismo con rumores, medias verdades, enojos, teléfonos cerrados, encuestas y nervios... muchos nervios.
La Cumbre cierra el año político
Algunos entienden que la realización de la Cumbre del Mercosur en Paraná “cierra” el año político, clausurando las respuestas a las necesidades de numerosos actores de la política entrerriana.
Como se dijo, la oposición desconfía de los tiempos que elija Urribarri para determinar -nada más ni nada menos- que el calendario electoral provincial. Ese campo está plagado de rumores sobre adelantamiento de las elecciones, tal como lo han manifestado desde la Unión Cívica Radical, el Frente Renovador en sus dos (¿o tres?) versiones, además de numerosos dirigentes a título personal.
Ante esto, siempre hubo un interlocutor del oficialismo prometiendo la habilitación a las PASO provinciales, como parte del proyecto de ley de reforma política que oportunamente se enviará a la Legislatura.
En el oficialismo esa misma situación (la realización de la cumbre de presidentes) hasta hace unos pocos días era leída como un reconocimiento al Gobernador entrerriano, por su lealtad al proceso instaurado por el kirchnerismo en la Argentina; especialmente por su alto perfil desde el conflicto con las patronales rurales en el 2008, lo que lo ubicó en el reducido grupo de dirigentes del oficialismo instalado en la grilla de pretendientes a la Casa Rosada.
Va en ese sentido el elogio escuchado este fin de semana en la Plaza de Mayo: “Me acordaba del Pato en la épocas duras, cuando había que poner la Patria para defender a nuestra Presidenta, eso era una actitud de compañero militante. Gracias Pato por tu lealtad”, le dijo sin tapujos ni egos, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; otro pretendiente a la Presidencia.
El último año juntos
En línea con el avance del calendario en el oficialismo, se hizo visible un terreno que solo era admitido en ocultas charlas dirigenciales. Las mesas bien regadas hacen posible que las expresiones salgan del molde institucional para convertirse en preocupación, malestar o cuando no en crítica; ingresando a un terreno prácticamente desconocido desde hace años en una fuerza que sólo reconoce sumatoria de apoyos, consideraciones elogiosas y reuniones esporádicas, pero que dejó en desuso palabras como consulta, debate o discusión política.
Es un aspecto dónde el urribarrismo -quizás apremiado por la necesidad de gestión y de proyección nacional-, dejó una zona gris para que crezca la inquietud de algunos dirigentes, especialmente aquellos que se consideran jefes territoriales y que quieren tener señalado el camino, porque al fin y al cabo esa ha sido una práctica de décadas.
En ese apartado están quienes piden desde una reforma a la Constitución, que habilite al gobernador a disputar un tercer mandato; hasta los que reclaman por reglas claras para jugar su chance, ya en el ingreso al último año de gestión, el último año que pasamos juntos.
Son temáticas que no escapan al planeta “Urribarri”, entendido este como un sistema compuesto por un planeta y una decena de satélites que actúan u operan políticamente. En la intimidad de ese espacio, consideran que con el despliegue de un mínimo esquema de consultas y reuniones, bastaría para alinear el resto de los planetas y satélites del universo “PJ entrerriano”.
“Si el Pato nos convoca y nos deja opinar, al rato salimos abrazados” explicó un zorro viejo del peronismo recurriendo a la jerga política. Según esa vertiente, la solución es sencilla: “Urribarri hizo una gran gestión, nos instaló nacionalmente, seríamos muy jodidos si no le ponemos el hombro en la más brava”, así dicho, ya en tono de sentencia.
Encuestas y la foto política
A tono con las consideraciones de la prensa nacional, el oficialismo salió a mostrar que no todos juegan el mismo partido. Algunos munidos en encuestas, otros basados en conversaciones dirigenciales; otras variantes provienen de los cierres territoriales o de los eternos reclamantes. Ese mosaico es la muestra variopinta de que el conservadurismo goza de buena salud en el peronismo entrerriano; muchos firmarían en blanco con tal de que nada cambie.
Mientras tanto, en el centro del urribarrismo se fijaron una prioridad: lograr un nivel de conocimiento que permita sondear las reales posibilidades de Urribarri como candidato. Se sabe que el escaso conocimiento es un déficit de cualquier emergente que no provenga de distritos “grandes”, y a ese aspecto está dedicada la enorme gira que viene realizando por todo el país y las campañas publicitarias encaradas en los últimos días “que están a años luz de distancia sobre la profusa publicidad de Mauricio Macri, Sergio Massa o Daniel Scioli”, aclaran en el entorno del gobernador entrerriano.
En ese nivel sostienen que las encuestas “espontáneas” (nombres propios sin partidos políticos), muestran que ningún candidato tiene más del 10 % de respuestas positivas y que quién logra continuidad en esos valores es Mauricio Macri. Además sostienen que la imagen de Cristina Fernández de Kichner se mantiene por encima del 40 % y que dentro del Frente Para la Victoria, la Presidenta tiene un 80% de aceptación en sus decisiones.
Esa y no otra, es la principal motivación que mueve el convoy que acompaña a Urribarri en su propia gesta; porque está claro que está enfrentando las encuestas y el marketing político; ¿a qué candidato va a respaldar CFK?, ¿Cuánto medía Néstor Kirchner faltando 11 meses para la elección?, son las preguntas que a modo de argumento resuenan en los bunkers del urribarrismo
Una fuente del urribarrismo que se dice acostumbrada al ninguneo de los grandes medios razonaba sobre los nervios de la dirigencia entrerriana. “Me vienen con encuestas de Massa, de Scioli, de Macri; nosotros somos Kirchnerismo genuino, no de ocasión. Sabemos que hay que mejorar en presencia y conocimiento, pero nos resistimos a que este modelo de país no pueda consagrar un candidato del palo como es el Pato y menos todavía cuando Cristina no ha dicho nada”; mascullaba mientras se preparaba para la foto política de fin de año: la de Sergio Urribarri acompañado por los presidentes de Mercosur.