El candidato a vicepresidente de la fórmula de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto llegará este jueves a Gualeguaychú en el marco de la campaña electoral. Sin embargo, tal vez la noticia que a priori resulte más relevante es que Pichetto no estará en Paraná, tal como lo permitían presumir una serie de circunstancias de las cuales UNO dio cuenta en ediciones anteriores.
Leissa ganó la pulseada por ser la referencia del pichettismo
En la ciudad del sur provincial, el senador justicialista que acompaña a Mauricio Macri en la fórmula presidencial, tiene previsto, entre otras actividades, realizar una conferencia de prensa y brindar una charla abierta en un el local ubicado en 25 de Mayo y Chacabuco.
En el marco de diferentes sectores del peronismo no kirchnerista que se sumaron a la campaña de Juntos por el Cambio a partir de la incorporación de Pichetto, no faltaron las tensiones internas.
Por un lado, la llegada de Pichetto a Gualeguaychú es un claro respaldo a que la referencia provincial sea el exintendente de Gualeguaychú Luis Leissa.
Aquella nota de Clarín del 22 de julio donde taxativamente se afirmó “En Entre Ríos, el que arma es el ex intendente de Gualeguaychú Luis Leissa”, con información surgida del entorno más cercano de Pichetto, parece confirmarse en estos días, en desmedro del exsenador Augusto Alasino, quien siempre intentó mostrarse como el referente de pichettismo en la provincia, en base a la relación que mantuvo con el candidato a vicepresidente durante su paso por el Congreso Nacional.
En ese sentido, la eventual agenda de Pichetto en Paraná era sostenida por allegados a Alasino. Pero la información nunca fue clara respecto de la presencia del compañero de fórmula de Macri. Incluso se había anunciado que brindaría una charla en el salón de un colegio profesional de la ciudad, pero sus autoridades dejaron trascender que el espacio no había sido reservado.
Mientras algunos referentes del macrismo aseguran que otra cuestión que aseguran que talló en la decisión de Pichetto es cierta incomodidad respecto de protagonizar actividades proselitistas junto al varisquismo, tal vez en base al distanciamiento entre el intendente de Paraná y la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, con quien Pichetto mantiene una buena relación; otros entienden que se trataría solo de una excusa, y que en realidad el tema es con quien mostrarse como sus referentes.
“Un proceso superador”
Leissa destacó ayer en un comunicado que la decisión de sumar a Pichetto ala fórmula presidencial “ya que aparece como una puerta de entrada hacia un proceso superador que apuesta a una síntesis, mirando hacia adelante y escapando a la posibilidad de repetir ese pasado que el kirchnerismo encarnó durante 12 años”, señaló.
El exintendente se mostró a favor de “apostar a una construcción que busque mayor institucionalidad, respeto a las formas y que sea un puente hacia la racionalidad evitando la vuelta atrás que el kirchnerismo encierra”, reflexionó.
“En ese contexto, la decisión de Pichetto brinda una salida positiva para el futuro, apuesta a que la historia no está concluida y frena las verdades únicas que se quieren reimplantar. Regresar al pasado, como sería votar a Fernández-Fernández, significaría frenar avances cuando la tarea más dura ya se hizo. La expresidenta frenaría algo que intentar asomar, algo que viene clareando con valores y con bases republicanas”, opinó.
Leissa criticó: “La cerrazón y el fanatismo nos han llevado a discusiones preconstitucionales o predemocráticas. Ya la Constitución desde 1853 estableció claramente que los funcionarios debían ser idóneos, es decir eficaces y honestos. No podemos a esta altura seguir discutiendo ese paradigma”.
La traición
Pichetto llegó a la candidatura a vicepresidente de Juntos por el Cambio después de estar 18 años al frente de la bancada justicialista en el Senado Nacional. Sin embargo, el representante de Río Negro niega haber traicionado al justicialismo.
“La traición siempre es un punto de fractura con el pasado”, sostiene Pichetto, y agrega que el de traidor no es “un concepto depreciado y degradante para mí”. Y agrega que aceptó “inmediatamente” la propuesta de Macri porque “lamentablemente mi partido, al que pertenecí durante mucho tiempo, nunca me miró. No lo hice con rencor, ni con odio, lo hice pensadamente”, agrega.