Carlos Matteoda/ De la Redacción de UNO
Desde hoy, la capital provincial tiene una cita con la historia
Desde hoy la ciudad de Paraná será sede de la 47ª Cumbre de Presidentes del Mercado Común del Sur, un hecho absolutamente novedoso en la historia de Entre Ríos, que convocará a una docena de presidentes de los países miembros del bloque y de los países asociados.
La cumbre sesionará hasta el jueves 18, y en ese contexto se ha dispuesto una serie de medidas de seguridad destinadas a garantizar su desarrollo, como así también numerosas actividades que acompañarán el trabajo de los cuerpos diplomáticos. (En esta edición de UNO se informa extensamente sobre esos aspectos).
El Mercosur -llamado Mercado Comum do Sul (Mercosul) en portugués, y Ñemby Ñemuha en guaraní- es un bloque subregional integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Tiene como países asociados a Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Y como países observadores tiene a Nueva Zelanda y México.
La etapa social
Los procesos de integración regional pasan por diferentes etapas y lo más común parece ser que en sus orígenes tenga un peso fundamental el aspecto económico, para luego avanzar hacia las cuestiones sociales. En estos días previos al inicio de la cumbre del presidentes del Mercosur en Paraná se ha recordado cómo era esta unión en los años 90, en los que prácticamente no se pensaba en otra cuestión que no fuera el aspecto económico.
Es cierto que a esta visión ayudó un marco de ideas proclives a dejar de lado las consideraciones sociales. “Las ideas ultraliberales que imperaban en la región y en el mundo a principios de los 90, propiciaron un modelo de Mercosur fenicio y casi exclusivamente orientado a lo comercial,con una institucionalidad de corte intergubernamentalista y de baja intensidad que le eran funcionales, como señaló Gerardo Caetano, director académico del Centro de Formación para la Integración Regional (Cefir) de Uruguay.
Sin embargo, el proceso no fue diferente -en este punto- al de la Unión Europea. Estudiosos del tema coinciden en señalar que la noción del ciudadano europeo comienza a instalarse en 1992 con el Tratado de Maastrich, mucho tiempo después de aquellos tratados firmados en marzo del 57 en Roma que dieron origen a la Comunidad Económica Europea (CEE) y a la Comunidad de la Energía Atómica. Y recién a partir de 2007 en Lisboa se logró incorporarlos a la Carta de Derechos Fundamentales al Tratado.
El Mercosur parece ir mucho más rápido y, en ese sentido va la mención a la CEE, la cumbre de Paraná se inscribe en un contexto marcado por el tratamiento de los temas sociales, tales como se anticipó justamente en la cumbre social que se desarrolló en la capital provincial durante el jueves y el viernes.
Tal vez para muchos la idea del Mercosur fue lejana, fundamentalmente si se trata de personas que no están relacionadas al tránsito de mercaderías por la zona; pero los cambios políticos de la última década en el subcontinente impulsaron el tratamiento de temas sociales como la libre circulación de personas, las migraciones laborales y la ciudadanía regional. Esta decisión de retomar la idea inicial del Mercosur, como mercado común, revalorizó el aspecto social. Una de las normas que refleja este rumbo es la Decisión CMC N° 64/1.031, que estableció un Plan de Acción para la conformación progresiva de un Estatuto del Ciudadano del Mercosur, que se implementaría al cumplirse los 30 años de la firma del Tratado de Asunción, suscripto en 1991, y considerado fundante del proceso de integración, aunque con un claro sesgo comercial.
Antes del 91
Antes del acta del 91 hubo una historia que algunos definen como la prehistoria del Mercosur y que se relaciona más que con las etapas previas del regionalismo latinoamericano impulsado por la CEPAL desde los años 50 y concretadas en experiencias como la de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc) de 1960 o de su conversión en la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) en 1980; con el Acta de Foz de Iguazú, de noviembre de 1985, firmada por los entonces presidentes José Sarney y Raúl Alfonsín, de Brasil y de Argentina respectivamente. Desde allí se buscó desarrollar un proceso de integración más amplio al que luego se concretaría en el Tratado de Asunción de marzo de 1991.
Sostienen quienes analizan este proceso que ese otro Mercosur se parece mucho más al que pareció retomarse desde 2002 en todo el bloque . “Aquel acuerdo Sarney-Alfonsín apuntaba a una institucionalidad y a una agenda integracionista mucho más globales y profundas que las que luego se concretaron”, se explica hoy en día.
Los principales momentos
El 29 de julio de 1986 se firmó el Acta para la Integración Argentina-Brasileña. Mediante este instrumento se estableció el programa de Intercambio y Cooperación Económica, entre Argentina y Brasil (PICE), fundado en los principios de gradualidad, flexibilidad, simetría, equilibrio, tratamiento preferencial frente a terceros mercados, armonización progresiva de políticas, y participación del sector empresario. El núcleo del PICE fueron los ‘protocolos sectoriales’ en aspectos claves.
El 6 de abril de 1988 se firmó el Acta de Alvorada, mediante el cual Uruguay se suma al proceso de integración regional.
El 29 de noviembre de 1988 se celebró el Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo. El tratado fijó un plazo de 10 años para la remoción gradual de las asimetrías.
El 6 de julio de 1990 se firmó el Acta de Buenos Aires, acelerando el cronograma de integración y fijando la fecha de 31 de diciembre de 1994 para conformar el mercado común.
El Tratado de Asunción, de 1991 -suscripto por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- estableció “la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países, a través, entre otros, de la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente”...
Este tratado dio origen al esquema de integración económica y fijó un programa de liberación comercial con desgravaciones progresivas, lineales y automáticas con el fin de perfeccionar la zona de libre comercio el 31 de diciembre de 1994. Contiene además distintas cláusulas programáticas referidas a la constitución de una unión aduanera y a la armonización de políticas macroeconómicas.
Otro punto importante en este camino fue el Protocolo de Ouro Preto, firmado en esa localidad brasileña en 1994, que complementó el de Asunción y estableció la base institucional del Mercosur.
En 1998 los países miembros firmaron en Río de Janeiro la Declaración Sociolaboral (DSL), que es una de las normas rectoras del Mercosur, referida a los derechos de los trabajadores y principios básicos a los que deben atenerse las relaciones laborales en los países del bloque. Contempla un mecanismo de seguimiento anual.
También en 1998, pero en la ciudad argentina de Ushuaia, se firmó un protocolo de Compromiso Democrático en el Mercosur, la República de Bolivia y la República de Chile entre los países miembros y los otros dos estados nacionales mencionados.
Este Protocolo en sí resguarda “la plena vigencia de las instituciones democráticas” y además agrega que “es condición esencial para el desarrollo de los procesos de integración entre los estados partes”. Además contempla “la ruptura del orden democrático” como causal de aplicación del instrumento y del procedimiento establecido, el cual consiste en un sistema de consultas entre los estados miembros como con el país en el cual se ha interrumpido el sistema democrático. A esos fines, se prevé que en caso que las consultas resulten infructuosas, podrán aplicarse medidas –de diferente tenor- al Estado en el cual se ha subvertido el orden, desde la suspensión del derecho a participar en los órganos del Mercosur, hasta la suspensión de los derechos y obligaciones emergentes de los Tratados Constitutivos, quedando a criterio de los Estados la graduación de las medidas, que deberán ser aplicadas por consenso excluyendo al estado afectado. Ese mecanismo se puso en marcha cuando se alteró el orden institucional en Paraguay con la destitución del presidente Fernando Lugo en 2012.
En 2000 el Consejo del Mercosur creó un Grupo de Alto Nivel (GAN) para que estudie las dificultades del sistema de solución de controversias vigente y eventualmente elabore un proyecto. Sobre la base de ese proyecto se firmó en febrero de 2002 el Protocolo de Olivos para la Solución de Controversias, organizando un sistema que incluye un Tribunal Permanente de Revisión (TPRM) como instancia definitiva. El 18 de agosto de 2004 el Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur quedó constituido y comenzó sus actividades instalando su sede en Asunción, Paraguay.
En 2005 se firmó en Montevideo el Protocolo Constitutivo del Parlamento del Mercosur o Parlasur, que es una asamblea parlamentaria que funciona como órgano legislativo del bloque regional.
En 2006 otro hito de importancia lo marcó la adhesión de Venezuela, a través de un protocolo que firmaron todos los presidentes en Caracas.
El 20 de diciembre de 2011 se firmó el Protocolo de Montevideo Sobre Compromiso con la Democracia en el Mercosur, llamado Ushuaia II, porque actualiza y amplia la cláusula democrática suscrita en 1998 en esa ciudad argentina.
El 7 de diciembre de 2012 se aprobó en la ciudad de Brasilia el Protocolo de Adhesión del Estado Plurinacional de Bolivia al Mercosur.
Antes, Chile había formalizado su asociación al Mercosur el 25 de junio de 1996 durante la X Reunión de Cumbre desarrollada en San Luis, Argentina, a través de la suscripción del Acuerdo de Complementación Económica Mercosur-Chile.
Perú, en tanto, se había asociado al Mercosur en 2003 por la suscripción del Acuerdo de Complementación Económica Mercosur-Perú. Colombia y Ecuador, lo habían hecho en 2004.
El Golpe en Paraguay
El 22 de junio de 2012, como respuesta al golpe de Estado “legal” que removió al presidente de Paraguay, Brasil sugirió expulsar a Paraguay del bloque mientras que Argentina retiró su embajador de Asunción. Finalmente, Paraguay fue suspendido tanto del Mercosur como de la Unasur.
El 28 de junio de 2012 se decretó la suspensión de Paraguay en la injerencia de las decisiones del Mercosur hasta que fueran efectuadas las elecciones democráticas programadas para abril de 2013.
El 30 de julio de 2012, con Paraguay suspendido, los restantes tres países aprobaron el ingreso de Venezuela al bloque, que se concretó al el 12 de agosto de ese mismo año. El 18 de diciembre de 2013, el Congreso de Paraguay ratificó el Protocolo de incorporación de Venezuela al Mercosur.
El 13 de julio de 2013 se levantó la suspensión que había sido aplicada a Paraguay en cumplimiento del Protocolo de Ushuaia, sobre el compromiso democrático. Sin embargo, el actual gobierno de Paraguay había rechazado su reincorporación al bloque hasta tanto no se encontrara una forma jurídica para ingreso de Venezuela al Mercosur, de acuerdo con el Derecho Internacional. En diciembre, con la aceptación del ingreso de Venezuela por parte del congreso paraguayo, Paraguay se reincorporó de forma total al bloque
Algunos datos
El Mercosur, que es considerado como una potencia económica, tiene un PIB de 4,58 billones de dólares, lo que representa el 82,3% del PBI total de toda Sudamérica. Cubre un territorio de casi 13 millones de kilómetros cuadrados y cuenta con más de 275 millones de habitantes (cerca del 70% de América del Sur). Siete de cada 10 sudamericanos son ciudadanos del Mercosur.
Por otro lado, el Mercosur se constituye como el área económica y plataforma industrial más dinámica, competitiva y desarrollada, no solo de Latinoamérica, sino de todo el Hemisferio Sur. Está considerado como el cuarto bloque económico del mundo, en importancia y volumen de negocios, y la quinta economía mundial, si se considera el PBI nominal producido por todo el bloque.
Además de la importancia económica que representa el Mercosur en toda América Latina, este conlleva una relevancia geopolítica de gran magnitud, ya que dos de sus miembros, Argentina y Brasil, son miembros del exclusivo Grupo de los 20.
Una herramienta para seguir construyendo la nueva América del Sur
La Cumbre del Mercosur que se realizará en Paraná está marcada por la continuidad del rumbo que los expresidentes Néstor Kirchner y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva forjaron al potenciar la integración de los países miembros y del resto de América del Sur.
La tendencia de continuidad marcada en las últimas elecciones plantea un desafío con respecto a la profundización en materia de integración económica, social y cultural entre los países.
Del mismo modo que Brasil, Bolivia y Uruguay, estoy convencido de que nuestra sociedad desea la continuidad del modelo de soberanía y desarrollo regional, y tengo plena confianza en que será la cumbre de los próximos días la que defina los lineamientos para que entre todos sigamos construyendo esta nueva América del Sur.
Es un honor que seamos sede de esta cumbre tan particular, en la que se van a profundizar lazos y se va marcar el rumbo para seguir progresando y llevando inclusión a cada uno de nuestros países.
Vamos a seguir y cada vez más firmes en el Mercosur. No se debate ya la continuidad o no, sino la profundización, el doblar la apuesta, ir por más. Las sociedades no nos van a perdonar si esta vez dejamos inconclusa la tarea.
Hoy la región muestra orgullosamente al mundo que somos soberanos, y en particular la Argentina puede exhibirlo porque hay una Presidenta que resistió la extorsión de los fondos buitre y le demostró al mundo que se puede seguir creciendo.
Y que la próxima Cumbre de Presidentes se realice en nuestra provincia es un reconocimiento al proceso de crecimiento que ha vivido Entre Ríos en estos años. Para los entrerrianos es una nueva oportunidad para mostrarnos a nivel regional como una economía en crecimiento con inclusión social.
La provincia de Entre Ríos como sede de la próxima cumbre del Mercosur potenciará nuestra inserción a nivel regional y los inversores podrán ver de manera directa las potencialidades de Entre Ríos como un ámbito privilegiado de negocios.
El Mercosur está llamado a ser la herramienta para construir la unión de América Latina.
Por Sergio Urribarri, gobernador de Entre Ríos.
Proponen Honoris Causa para Evo
La Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos propuso al Consejo Superior la entregar el título de Honoris Causa al mandatario boliviano Evo Morales.
La propuesta será evaluada mañana en la reunión de Consejo Superior de la Universidad Nacional de Entre Ríos . En esta oportunidad, las autoridades de la Facultad de Ciencias de la Educación elevarán la petición de homenajear con la máxima distinción académica otorgándole el Título de Doctor Honoris Causa de esta Universidad al Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma, de acuerdo a la Ordenanza 310/00 de la UNER.
El petitorio que acompaña el pedido fue avalado por el Frente Universitario Hugo Chávez, la Juventud CTA Entre Ríos, el Partido Comunista Congreso Extraordinario, AGMER, ATE Entre Ríos y CTA Entre Ríos.
La razón de la distinción es “su trayectoria en la defensa de los Derechos Humanos del pueblo boliviano, reconocimiento histórico de las diferentes culturas aborígenes de Bolivia integradas al gobierno, erradicación del analfabetismo, distribución de la tierra, nacionalización de los recursos naturales y luchador incansable por la unidad latinoamericana. Solidario con los pueblos oprimidos del mundo, compañero y amigo del pueblo argentino.”.
Se estima que la propuesta serà aceptada y el acto se realizaría el martes en el Teatro 3 de febrero.
Con los brazos abiertos, del corazón y la historia
Paraná recibe con mucha emoción esta importante Cumbre del Mercado Común del Sur. Lo hace con los brazos abiertos, desde el corazón y desde la historia. Con el orgullo de haber sido Sede del Estado Argentino en su primera formulación: Capital de la Confederación Argentina.
En nuestro lugar que fue y es escenario de profundas transformaciones, celebramos que países de nuestra Patria Grande se convoquen , para avanzar unidos en defensa de sus intereses y los de la región; para profundizar el camino abierto, sosteniendo la bandera de la soberanía de nuestros pueblos.
Creo que hay una trascendencia inmanente propia del evento; pero también hay otra vinculada a toda la energía puesta en responder acorde al orgullo de haber sido elegidos como Provincia y como Ciudad. A nosotros particularmente nos interesa no sólo ser una caja de resonancia de una convocatoria tan importante como es una Cumbre de Presidentes, sino un poco más; que quienes se lleguen a Paraná y a cada paranaense les quede una señal. Se trata que Paraná pueda servir para generar un espíritu que consolide la unidad latinoamericana, que brinde lo suyo a quienes nos visitan con lazos de amistad, y además, quede en todos y todas el sello del “ ser paranaense “, desde este rincón que nosotros queremos tanto, en el km 601 del río Paraná. Hemos trabajado mucho, para que el paso de reconocidos e ilustres visitantes deje huella acá, y para que quien nos visite pueda guardar en su memoria un sello propio de aquí.
El Mercosur, sabemos, que con origen en acuerdos comerciales y aduaneros, fue superando ese propósito y ampliándolo.La bisagra del 2005, en el encuentro de Mar del Plata dejó plasmado definitivamente el adiós al ALCA y confirmó una nueva perspectiva.
Nuestra Presidenta CFK ha sabido liderar la presencia argentina en los estrados internacionales para plantear con contundencia el valor de la soberanía económica y política para proteger los intereses de argentina y de la región. Creo que esta vez no será excepción.
Por eso, vale reconocer los aportes que el Mercosur viene realizando, y abre como ámbito propicio. Plantearnos la necesidad de avanzar en la tarea de informar y formarnos en el sentido de su referencia es una responsabilidad ciudadana. Al mismo tiempo reconocer que la consolidación del Mercosur, va de la mano de profundizar la defensa, promoción y el respeto de los derechos humanos, sociales y culturales, destacando a los mismos como eje transversal del proceso de integración.
Cada ciudad tiene múltiples realidades y Paraná no es ajena a ello. Creo que hoy producto de múltiples convergencias, apenas celebrados los 200 años de institucionalidad, la perspectiva que abre la Cumbre del Mercado Común del Sur, también nos confirma que hay no sólo mucho por hacer en lo inmediato, sino que hay mucha posibilidad de consolidar lo que planteamos de nuestro gobierno en el acceso a nuevos derechos, el desarrollo en materia productiva, de impulso de la obra pública, de la generación de trabajo, en la participación comunitaria, en los acuerdos públicos- privados, en el aporte de la educación y las universidades, en el valor de las organizaciones que la ciudad tiene, en el avance sobre espacios para el goce y el disfrute, fortaleciendo el valor de lo público, en definitiva estoy segura que nos toma en un muy buen momento.
Hemos trabajado para ser los mejores anfitriones. Estamos orgullosos de albergar en el escenario de la belleza natural de nuestra ciudad, todos los encuentros, debates e intercambios que se harán en la búsqueda de coincidencias que consoliden lo alcanzado por nuestros hermanos de la Patria Grande, y que fortalezcan los lazos de unidad a favor de la soberanía y de la justicia para nuestros pueblos.
Por Blanca Osuna, Presidenta Municipa de Paranà