Un hombre denunció haber sido ferozmente golpeado por cinco policías a la salida de un boliche, la madrugada del domingo 8 de julio, en Urdinarrain.
Vinculan a policías con salvaje golpiza
Mario Escalante tiene 30 años, es casado y tiene dos hijos menores, como todos sus hermanos trabaja desde niño. Reconoce haberse pasado de tragos: “estaba bien mamado” admite, pero no puede creer que los uniformados le hayan dado tal paliza como para terminar hospitalizado. “No soy un delincuente, jamás robe” asegura, y reclama “que busquen a los chorros en vez de agarrárselas con un borracho”.
“Yo estaba en La Tienda Disco y había tres muchachos que no los conocía, no sé si eran de Gualeguaychú o de Basavilbaso. Me miraron con cara fea y uno me dijo '¿Vos sos pesado?'. Por los hijos míos que le dije 'déjate de joder loco'. Me dijo 'Vamos a salir para afuera', a lo que respondí que bueno. Cuando bajo la escalera del boliche viene un policía, me agarra del cuello adelante de la gente. Yo no hice nada, hay muchos testigos; forcejeamos y el policía fue como que se cayó, después viene otro policía y me saca para atrás para el callejón", así comienza el relato Escalante, quien denunció lo ocurrido en la fiscalía de Gualeguayhú, ante el doctor Lisandro Beheran.
Entre empujones terminó caído en el veredón del parque. “Un policía se sacó la campera y me pegó una patada en el suelo, ahí me levanté y le hice frente, dispararon, después se vinieron como cinco o seis y me corrieron. Disparé como cinco cuadras porque si me llegaban a alcanzar me mataban”. El agredido dice “no les tengo miedo, pero tengo que estar tranquilo por mis hijos”.
Por las lesiones una ambulancia del hospital Manuel Belgrano lo trasladó al nosocomio. El fuerte golpe en la cabeza requirió puntos y el daño en su rostro está a la vista. Todo esto fue corroborado por el médico policial de Gualeguaychú. Oscar Chiappetti.
Escalante reclama justicia con los agresores. “No puede ser, todo el mundo sabe la delincuencia que hay en la calle, y no se hace nada, y uno que llega el sábado se toma una cerveza y se mama, como decimos nosotros, nos mamamos, pero llegamos a nuestra casa y estamos tranquilos”.
Además, añadió que lo sucedido lo afecta también a nivel económico. “Estoy perdiendo hasta el trabajo así. Qué les doy de comer a mis hijos, ¿le voy a golpear la puerta a la policía que me den trabajo ahí?”, se preguntó el muchacho que trabaja en un corralón local y que por varios días no pudo ir.
La denuncia está en manos del doctor Eduardo García Jurado del Juzgado de instrucción Nº 1. Ya hay seis testigos que sostienen los dichos del denunciante, quien expresó que si se fue de boca o estaba molestando por estar ebrio “me hubieran metido preso, pero no matarme a palos como lo hicieron”.
Fuente: La Región













