En el marco de la investigación por un ataque a balazos sufrido por un hombre en la zona oeste de Paraná, a inicios de 2018, la Policía allanó varios domicilios y, en uno de ellos encontró droga fraccionada para la venta. Por el kiosco de cocaína y marihuana fue detenida una mujer, quien acaba de ser condenada a cuatro años de prisión.
Una mujer fue condenada a prisión por tener un kiosco de droga en el Volcadero
El juicio se desarrolló en el Tribunal Oral Federal de Paraná, en una de las últimas causas por narcomenudeo que se han generado en este fuero, ya que luego pasaron a jurisdicción de la Provincia.
La imputada es V.G., de 31 años, madre de tres hijos, ama de casa, con instrucción Primaria incompleta. En la mañana del 25 de abril de 2018 efectivos policiales de la División Homicidios arribaron a su domicilio de calle Islas Orcadas del Sur. El oficio judicial ordenaba el secuestro de armas de fuego y cartuchería. Pero al revisar la vivienda los uniformados hallaron 55 gramos de cocaína y 377 gramos de marihuana.
La droga estaba dentro de un bolso negro, acondicionada y fraccionada en numerosos envoltorios. Asimismo, se localizaron otros elementos: una balanza digital, paquetes de papel glacé, papel para armar cigarrillos, recortes de nailon, dos celulares, dos pastillas Rivotril clonazepan y dinero en efectivo (poco más de 10.000 pesos), efectos alusivos a la comercialización de estupefacientes.
En el debate realizado ante el tribunal unipersonal integrado por la jueza Lilia Carnero, el fiscal general José Ignacio Candioti afirmó que el delito quedó plenamente acreditado, y que la imputada tenía disponibilidad de la sustancia, pues la detentaba dentro de una mochila, que ella misma entregó. Por esto, solicitó cinco años de prisión y el decomiso del dinero secuestrado por estar vinculado a la actividad ilícita.
Por su parte, la defensora pública Noelia Quiroga pidió la absolución de V.G. por no existir tareas investigativas previas, y sostuvo que las pruebas son una serie de indicadores que no llevan indefectiblemente a demostrar la actividad de venta de la droga hallada. Remarcó que no existieron tareas de inteligencia, no se extrajo ningún dato comprometedor de los dos celulares secuestrados, la acusada le indicó al médico forense que era consumidora de ambas drogas, y explicó que el dinero hallado era fruto de su trabajo en el Volcadero, y de los planes sociales que percibe por sus hijos menores.
Al momento de dictar sentencia, la jueza afirmó “con total certeza que la cocaína encontrada el 25 de abril de 2018, en el domicilio de calle Orcadas del Sur s/n estaba bajo exclusivo dominio de V.G., podía disponer de ella para su comercialización, pues la forma de acondicionamiento y los otros elementos que se encontraron dan pábulo para vaticinar ese destino”.
“Cabe señalar –agregó– que la cantidad de material tóxico secuestrado no es significativo. No obstante ello, su expansión en un barrio humilde genera consecuencias deletéreas para los vecinos, con la consabida vulneración de la salud pública”.
Por otro lado, Carnero tuvo en cuenta la situación de vulnerabilidad social de la mujer al momento de evaluar la pena a imponerle: “Es atenuante de su conducta su condición humilde, su escaso grado de instrucción y la entrega inmediata que efectuó del material tóxico”. En este sentido, decidió imponerle cuatro años de prisión, la pena mínima de este delito.
Respecto del decomiso del dinero, la jueza no hizo lugar porque consideró que “la imputada explicó que trabaja como cartonera, extrayendo de la basura de la ciudad el material reciclable, lo que determina que perciba cierto dinero por esa actividad insalubre. Además, dijo que percibía planes sociales. En consecuencia, no puede extraerse que el dinero que se secuestró en su domicilio era todo producto de la venta de estupefacientes”.