El ataque y un episodio extraño
La madre de Facundo, Gisela Morato, dijo a UNO: "Yo quiero que se haga justicia", y recordó lo ocurrido hace poco más de dos años en el barrio Vicoer 12: "Resulta que esos muchachos vivían tiroteando mi casa, me mataron una perra, yo salí en canal Once por eso, me acribillaban la casa todos los días, era problema tras problema. Entonces ese viernes le digo a mi hijo 'entrá, vamos a cerrar', yo tanto de llamar a la décima les digo 'voy a encerrar a mis hijos'. Los únicos que sabían que no teníamos cerradura era la policía y qué casualidad que esa madrugada a las 3 entraron. Mi hijo estaba sentado en la compu y le dispararon, le pegaron en el hombro, le perforó los pulmones y la cervical con una bala calada".
Desde esa noche comenzó una angustiante espera en el San Martín, que terminó un mes después con el peor desenlace.
"Lo cargamos, lo llevaron en ambulancia y lo tuvimos en el hospital, estaba en la parte de Sala, después no podía respirar lo pasaron a Terapia y a la semana lo operaron y le hicieron una traqueotomía, porque no podía con el respirador", relató Gisela.
Según recuerda la madre de Facundo, en esos días ocurrió un episodio demasiado extraño en la Unidad de Terapia Intensiva: "Salió todo bien de la operación. Una mañana entraron dos hombres mayores con un doctor y llaman: 'Facundo Morato'. Yo salgo y a los 15 minutos a mi hijo le dio un infarto, juro por Dios que pasó eso. Mi hijo estaba operado, estaba bien mi nene, empezaba a hablar. Ese día me dice 'Ma todo bien', que podía respirar. Yo salgo contenta y me dio una sospecha cuando entraron esos dos hombres con el doctor, se quedaron mirando las cosas de él, y qué casualidad que a mi hijo le da un ataque. Estuvo luchando en coma, sufriendo. Cuando me avisan que había muerto, cuando entré a verlo por última vez, me rodearon con policías de punta a punta a mí y a mi familia. Vinieron el doctor y el jefe de Terapia a decirme que mi hijo había muerto".
La mujer afirmó: "Me mataron en vida".
Quiere ser parte en el juicio
Los investigadores identificaron a tres personas como los principales sospechosos del asesinato: Gustavo Mancini, de 24 años, Leandro Aníbal René, de 29, y un adolescente menor de edad. Tras la imputación, les impusieron la prisión preventiva y luego del plazo recuperaron la libertad.
Gisela lamenta: "Andan sueltos como si nada", y también que no estará representada en el juicio: "No me aceptan abogados, me los rechazan", aseveró.
Actualmente la mujer es patrocinada por los abogados Horacio Barreto y Andrés Carvajal, quienes consultados sobre su situación en la causa explicaron que ingresaron como querellantes, pero para la audiencia de elevación a juicio no fueron notificados, por lo que no estuvieron en esa instancia y la jueza de Garantías Elisa Zilli los dio por desistidos como querellantes.
Al averiguar qué había pasado, en la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA) admitieron que no les enviaron el correo electrónico para citarlos a la audiencia (estaba mal escrita la dirección). Sin embargo, tampoco les aceptaron el recurso de apelación para insistir en representar a la madre de la víctima en el juicio. Por esto, reclamaron ante la Cámara de Casación Penal, la cual ordenó que la Cámara de Apelaciones de Paraná analice la situación. Próximamente esta deberá resolver al respecto, y tanto los abogados como la familia Morato esperan tener una repuesta favorable.
"Quiero que se haga justicia por favor, porque mi hijo no era un animal, era un ser humano", insistió Gisela en su reclamo.
Presentan abreviado por el homicidio de cuidacoches
Raúl Antonio Barlasina cuidaba autos en la zona de calle Pellegrini y España de Paraná. En Navidad de 2014 fue apuñalado por el cuñado en su casa del barrio Francisco Ramírez, y tras agonizar varios días falleció en el hospital San Martín.
En la investigación del hecho el personal de la División Homicidios de la Policía detuvo al acusado del asesinato.
El ataque se produjo en la vivienda de la víctima de calle Reconquista y Laprida, durante una discusión tonificada por el consumo de alcohol entre Barlasina y el cuñado, Miguel Ángel Rolón, alias Picu, por entonces de 25 años.
Este lo habría apuñalado y ocasionado una herida que casi dos semanas después le causó la muerte. El acusado fue arrestado en la zona del Parque Gazzano y lo trasladaron a la Alcaidía.
Luego de ser imputado, quedó en libertad mientras se desarrolló la Investigación Penal Preparatoria.
Tres años y ocho meses después está fijada la fecha del juicio a Rolón, que no será un debate sino un procedimiento abreviado. Para mañana a las 9 están citadas las partes: el fiscal Ignacio Aramberry y la defensora María Fernanda Álvarez, con la presencia del imputado, presentarán al Tribunal de Juicio presidido por Gustavo Pimentel el acuerdo de pena al que arribaron durante las negociaciones llevadas adelante en las últimas semanas. Luego habrá que esperar para saber si el juez homologa o no el mismo y Rolón comienza a pagar por el crimen.