En los laboratorios de Gendarmería de Buenos Aires se están realizando las pericias criminalísticas, químicas y científicas para aclarar cómo se produjo el homicidio de Gabriel "cabeza de perro" Gusmán, ocurrido en el mediodía del 25 de setiembre en el barrio Capibá de Paraná. Por el hecho fueron judicializados dos policías, por lo que se trata de establecer si el deceso se produjo o no por un enfrentamiento donde los uniformados debieron responder a la agresión.
La muerte de Gusmán: se conocieron las primeras pericias de Gendarmería
Por el suceso ocurrido en el Capibá se están ejecutando una serie de medidas para aclarar en qué circunstancias murió el joven. Desde la policía se defiende la legítima defensa.
11 de octubre 2018 · 19:38hs
Como se informó desde la Policía, los dos uniformados Diego Ibalo y Rodrigo Molina llegaron al barrio a pedido de los vecinos que reclamaron la intervención por la violencia que ejecutaba Gusmán. En esa circunstancias, fueron recibidos a balazos, por lo que no les quedó otra que defenderse.
La versión que tienen los familiares del joven de 20 años, es que se trató de un caso de gatillo fácil.
El fiscal Gonzalo Badano decidió que Gendarmería realizara todas las pericias a fin de eliminar cualquier tipo de suspicacias.
En cuanto a los testimonios recolectados en el fiscalía, varios habrían avalado los dichos de los dos policías, incluso según contó a UNO, un abogado defensor detenidos por una balacera posterior en el Capibá, también indicaron que Gusmán habría disparado a los efectivos del 911.
Los primeros datos
Fuentes de la investigación hicieron saber a UNO que en las últimas jornadas se conocieron las primeras conclusiones del trabajo de los peritos de la Gendamería que fueron observados por un veedor de la Policía de Entre Ríos.
Un dato no menor y que deberá ser corroborado por los peritos, es el aportado por el médico forense que efectuó la autopsia. Indicó que el disparo que le quitó la vida a Gusmán fue efectuado entre una distancia de entre 10 a 15 metros.
Tambien se supo que del análisis a las dos pistolas de los policías, como el revólver 38 de Gusmán, determina -tal cual se preveía- que estaban aptas para su uso y que fueron utilizadas en el enfrentamiento.
Otro punto que puede llegar a ser de interés para las partes, es que el revólver 38 tenía tres proyectiles percutados, al tiempo que había tres balas más en el tambor. Es decir que el arma fue utilizada al momento del incidente.
En esa línea, se estableció que las pistolas 9 mm de los policías, efectuaron un disparo cada una.
Hubo un traspié en los análisis iniciales, porque las cintas con los rastros de pólvora tomadas de las manos de los policías como de la persona muerta, no pudieron ser cotejadas con el barrido electrónico de los equipos de Gendarmería.
Se espera que este estudio se pueda realizar en otro laboratorio de una fuerza federal.
Aún resta realizar las pericias para conocer cómo fueron los disparos y sus correspondientes trayectorias para saber si fueron ascendentes o descendentes y cotejarlos con el informe de la autopsia y de los testimonios.
Tambien resta efectuar la pericia de distancia de disparo en la gorra de Gusmán, como también de ADN de sangre, de tierra y paso en el mismo elemento.
La foto
Otro punto que ordenó la fiscalía es realizar el cotejo correspondiente a una imagen que se aportó a la causa. Es la de Gusmán portando un arma de fuego en una foto de Facebook. Se quiere confirmar o descartar si corresponde a la secuestrada el día de la balacera en el Capibá.