A Diego Goró lo ultimaron con siete puñaladas en el interior de la vivienda que habitaba (o cuidaba) en el barrio Anacleto Medina Sur de Paraná. Las circunstancias del ataque siguen siendo confusas: primero se habló de un conflicto familiar, luego que lo mataron por un intento de abuso a su sobrina, y también se deslizó una versión sobre un crimen premeditado. Ayer, en la primera jornada del juicio al único imputado, Víctor Escobar, declararon testigos que ratificaron a medias lo dicho ante el juez hace cuatro años, y entre sí dieron versiones algo contradictorias.
Intriga y enredo de testigos en el juicio por un asesinato
La madrugada del 6 de enero de 2011 Escobar llegó a la vivienda de la zona de calles Montiel y Luis Palma, junto a la hermana de Goró, quien sería su pareja, aunque este vínculo no quedó claro, y la hija de la mujer. Según la hipótesis de la acusación, Escobar hirió de muerte a Goró, quien fue trasladado al hospital San Martín, pero no resistió y murió a poco de ingresar por las lesiones en la zona del cuello y en el corazón.
Los elementos reunidos durante la investigación pudieron determinar que hubo una discusión entre la víctima y su hermana, y posteriormente ocurrió el ataque mortal. Esta dijo que fue hasta la casa a buscar ropa, y que en un momento observó a Goró que se desvestía para abusar sexualmente de su hija, quien también declaró y ratificó este episodio. En ese momento, Escobar habría agarrado un cuchillo y con saña apuñaló en reiteradas oportunidades a la víctima.
Sin embargo, en el informe del médico que realizó la autopsia, se afirmó que el hombre tenía un alto nivel de alcohol en sangre, por lo que físicamente no habría estado en condiciones de efectuar un ataque sexual.
Una vecina de la cuadra donde ocurrió el crimen observó a Escobar que se retiraba del lugar junto a la mujer, pero su declaración en el juicio no resultó muy coincidente respecto de lo que dijo cuando la citaron días después del crimen, acerca de las condiciones de iluminación y visibilidad en la zona aquella noche.
También declaró ayer la madre de Goró. La mujer recordó que otro hijo suyo asistió al apuñalado, quien le dijo mientras agonizaba que el autor del ataque había sido El Porteño.
El debate continúa hoy con más testigos, que declararán ante el tribunal integrado por Elvio Garzón, José María Chemes y Miguel Giorgio. Por la acusación, la fiscal es Carolina Castagno y el querellante Miguel Cullen, mientras la defensora oficial Fernanda Álvarez asiste a Escobar.
El crimen de Agustín
Ayer continuó el juicio por el homicidio de Agustín Pereyra, el adolescente de 16 años que fue asesinado de cinco puntazos de arma blanca por sujetos que le robaron el celular, el 9 de mayo de 2014 en la ciudad de Gualeguay.
Declararon ocho testigos presenciales del hecho, que comprometieron a Alexis Demarchi, alias Pipi, de 19 años, y Matías Godoy, de 21, imputados por los delitos de Homicidio Críminis Causa en concurso real con robo calificado por el uso de arma (cuya pena es la prisión perpetua).
El jueves de la semana pasada había iniciado el debate con los alegatos de apertura del fiscal Ignacio Telenta, el abogado querellante Javier Ronconi, y los defensores Técnicos son Félix Pérez y Sebastián Arrechea.
Se espera que declaren en total 38 testigos, por lo que el debate seguirá el miércoles, lunes y miércoles de la semana próxima, para finalizar con los alegatos de las partes el viernes 20.
Los acusados se abstuvieron de declarar ante el tribunal de juicios y apelaciones, integrado por María Angélica Pivas, Darío Ernesto Crespo y Roberto Javier Cadenas.