Javier Aragón/De la Redacción de UNO
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Inhibidores de celulares serán colocados en unidades penales
Los juzgados de Instrucción de Paraná y el resto de la provincias cuentan con causas judiciales en las cuales hay denuncias que involucran a presos de ser los responsables de distintos delitos que se pueden cometer de modo ilegal a través del uso de telefonía celular. Ante esto, desde el Servicio Penitenciario se avanzaron las gestiones para adquirir inhibidores de celulares para que los internos no puedan usar los equipos que tienen celosamente escondidos en los pabellones.
El director del organismo, Horacio Pascual, confirmó que desde el Ministerio de Gobierno se aprobó de inmediato el proyecto para comprar los equipos que neutralizarán de modo definitivo el uso de telefonía celular dentro de los pabellones de las cárceles.
La medida se tomó frente a la acumulación de denuncias, pero por sobre todo, porque pese a los controles y requisas, el uso de celulares de parte de los privados de la libertad era moneda corriente.
La última denuncia
En la mañana del jueves el juez de Instrucción en turno Eduardo Ruhl ordenó la requisa de un pabellón de la cárcel de Paraná luego de que la mujer de un preso denunciara que recibió todo tipo de amenazas de parte del interno. Los mensajes de texto fueron agraviantes y ponían en riesgo a la mujer y a la pequeña hija. Ante esto, el magistrado dispuso el allanamiento del sector denominado la bloquera, donde no se pudo localizar ningún elemento de interés para la causa.
Es evidente que ese celular, como otros que se encuentran bien escondidos, son utilizados para producir secuestros virtuales, amenazas y hasta emanar órdenes para que distintos grupos de delincuentes o bandas sigan funcionando y comunicados con los cerebros organizativos.
El toro por las astas
Pascual admitió que esta realidad está más vigente que nunca. “Si bien hemos secuestrado en las requisas chips, aparatos, cargadores, tenemos la idea de que hay otros equipos de comunicación de estas características que son guardados en lugares muy precisos de los edificios antiguos que conforman las cárceles entrerrianas”, resaltó, para indicar: “Frente a esto, es que desde el gobierno se autorizó si titubeos la compra para todas las unidades penales de inhibidores de celulares que permitirán neutralizar cualquier tipo de uso de telefonía celular”.
Los equipos en cuestión tienen un costo aproximado a los 15.000 pesos cada uno, y a principios de 2013 se estará en condiciones de colocarlos en las unidades penales.
El director del Servicio aclaró que los inhibidores tienen un sistema de control que no perjudicará a los vecinos o al resto de los funcionarios de las cárceles, ya que serán colocados para que tengan un uso preciso en sectores y pabellones donde los privados de la libertad lo usan a diario.
“Está terminantemente prohibido por la legislación el uso de celulares por parte de los internos, pero los mismos se las ingeniaron para ingresar los teléfonos y como sabemos que esto existe es que se decidió tomar el toro por las astas para neutralizar estas actividades ilegales dentro de los penales”.
Se admitió que por el uso de celulares las cabezas de bandas seguían controlando las organizaciones, tal como se descubrió recientemente en el penal de Gualeguaychú con un jefe narco que seguía manejando el negocio desde dentro de su pabellón.