El jueves se cumplirá un año del asesinato del empresario y dirigente deportivo de Gualeguaychú, Julio Bereciartu, ocurrido en la ciudad de Rosario. La causa no tiene imputados, ni siquiera sospechosos de ser autores de los disparos mortales, aunque sí están procesados los amigos de la víctima, Rufino y Juan Pablo Baggio, por encubrimiento de datos sobre el hecho. La última novedad fue el cambio de juez a cargo de la investigación: Javier Beltramone fue recusado por la defensa, y la justicia santafesina lo desplazó de la causa, por entender que las declaraciones mediáticas del magistrado sobre los Baggio afectaban la imparcialidad que debía tener.
Desconcierto a un año del asesinato de Julio Bereciartu
Bereciartu fue asesinado el 10 de octubre de 2012, cuando viajó a Rosario en compañía de Juan Pablo Baggio, en una camioneta Toyota Hilux. A las 14.20, cuando estaban detenidos frente al semáforo de Santa Fe y Cafferata, de la cuna de la bandera, dos motociclistas abordaron al conductor. El que iba como acompañante bajó de la moto Yamaha YBR, amenazó a Bereciartu con un arma y en un forcejeo realizó dos disparos. Una bala le ingresó al conductor por la axila izquierda y lo mató casi en el acto. Los ladrones se llevaron una campera que tiraron al piso al escapar.
Las declaraciones de Baggio, de 26 años, sobre el hecho confundieron al juez de Instrucción Beltramone, y consideró que el hombre ocultó información sobre qué estaban haciendo en Rosario, ya que se trataba de una operación financiera de un millón de dólares. Para el magistrado, no dio detalles para ocultar el origen de dichos fondos que buscaban los asaltantes. Esto, según Beltramone, implicó que se quiera hacer pasar por un robo al boleo lo que en realidad fue una salidera bancaria, y se dificultó la investigación. También fue citado a declaración indagatoria el presidente de la financiera Rosental SA, donde los atacados iban a realizar las operaciones.
Pero el juez, además, realizó declaraciones al respecto en los medios de comunicación y explicó las diversas hipótesis acerca del hecho. Por esto, el abogado defensor de los Baggio, Víctor Corvalán, presentó el pedido de recusación de Beltramone. Los vocales de la Sala II de la Cámara de Apelación en lo Penal de Rosario entendieron que estos comentarios realizados en oportunidades a los medios de prensa que lo consultaron sobre sus actuaciones generaron “temor de parcialidad”, según el fallo al que accedió El Día de Gualeguaychú.
Ahora, la causa quedó en manos de la jueza Irma Bilotta, aunque entre los familiares, amigos y allegados a Bereciartu tienen cada vez menos expectativas de que se logre encontrar a los asesinos. Y esta falta de esperanzas se debe también a lo que el juez Beltramone “paupérrima actividad” de la investigación policial, que solo recolectó cuatro testimonios tras un crimen ocurrido “a plena luz del día, frente a cientos de personas”.
Una relación de décadas
Bereciartu tenía 52 años y era presidente del club Tiro Federal de Gualeguaychú, donde vivía con su esposa y dos hijos. Tenía otros dos hijos de su primer matrimonio. Durante años trabajó para la empresa alimenticia RPB que fabrica y distribuye los jugos Baggio. A mediados de 2012 se desvinculó tras 23 años de servicios y comenzó a trabajar para uno de los socios, Rufino Baggio, a quien lo unía una relación de amistad. Se ocupaba del arrendamiento de campos y el alquiler de propiedades.
La viuda le confirmó al juez Beltramone lo que había negado Juan Pablo Baggio: “Durante ocho años para mi marido viajar a Rosario era ir a realizar operaciones financieras”.














