El barrio Paraná XVI ha sido escenario de los principales conflictos que sucedieron en la capital provincial en los últimos meses: desde el brutal crimen de una mujer hasta la pueblada que desalojó a una familia acusada de vender drogas a la que luego le usurparon la casa. Los hechos se investigan en la Justicia, que en los últimos días tomó nuevas medidas para su esclarecimiento.
Confirman el procesamiento por el crimen del Paraná XVI
El único acusado por el crimen de una mujer en Casiano Calderón y Ernesto Clarck, el 8 de junio, es Uriel Ramos. Aquella mañana murió Carina Walter, de 39 años, por un tiro en la cabeza y su pareja Adrián Villalba, de 30, resultó herido por balazos que lo alcanzaron en el abdomen. El municipal de 28 años fue imputado y procesado por los delitos de Homicidio y Tentativa de homicidio, por la jueza de Instrucción Nº 8, Elisa Zilli, quien además dictó la prisión preventiva, por el pedido del fiscal Juan Ramírez Montrull y el abogado Hugo Gemelli, querellante en representación de la hija de la mujer y del hombre que sobrevivió.
Luego Ramos, quien es defendido por el abogado Boris Cohen, apeló ante la Cámara Penal ambas disposiciones, pero no tuvo éxito. Los camaristas rechazaron ambos pedidos: por un lado, consideraron que en la causa hay elementos suficientes para que el hecho sea ventilado en un juicio oral y público, que determine la responsabilidad o inocencia de Ramos en el crimen; por otro, los vocales sostuvieron que la libertad del acusado sería un riesgo para la causa, tanto por la posibilidad de fuga como por el peligro que podrían correr víctimas, familiares y testigos.
Ramos, quien trabajaba en las tareas de limpieza en la Unidad Municipal Nº 2, continuará alojado en la Unidad Penal Nº 1 al menos hasta el día juicio. El joven negó rotundamente ser el autor material de la agresión y afirmó que el asesino fue otro hombre que pasó corriendo por la calle y luego huyó. La defensa aportó testigos y sostiene que no hay nadie que haya visto a Ramos disparar un arma y además que en la rueda de reconocimiento no fue señalado por el testigo que dijo ver al autor de los disparos.
En la ampliación de la indagatoria relató que mientras estaba en el auto escuchó los tiros y vio la moto que se arrastró 13 metros con las víctimas; luego, un hombre que pasó corriendo y dobló por calle Burmesteir. Arrancó el vehículo y se fue del lugar para proteger su integridad. Además, pudo ver a Villalba que se arrastraba por la calle con un revólver 38 en la mano.
Según la acusación, Villalba y Ramos, que tenían un problema de vieja data, se cruzaron aquella mañana unas cuadras antes en una discusión por un conflicto en el ámbito municipal. Luego, Villalba pasó en su moto donde estaba Ramos estacionado con el auto sobre calle Casiano Calderón. Allí el municipal sacó un arma, disparó y asesinó a la mujer.
El hombre quedó tirado en grave estado, pero luego se recuperó y declaró como testigo: apuntó sin dudar contra Ramos como el autor de los disparos. Hoy Villalba padece las secuelas de la balacera, tanto físicas como psicológicas.
En la causa hay numerosos testigos: algunos sostienen que Ramos fue quien disparó, otros que fue “el conductor del auto Gol rojo” desde adentro del vehículo o desde afuera, y otro que fue un tercero desconocido.
El hecho de sangre conmocionó a todo el barrio Paraná XVI, que siguió convulsionado hasta el estallido del 31 de julio.
Desalojados
La otra causa que generó un conflicto en el barrio Paraná XVI está a la espera de designación de un nuevo juez. Se trata de la que tiene a cinco personas imputadas por el delito de Resistencia a la autoridad, asistidos por Hugo Gemelli, por el episodio desatado el 31 de julio, cuando la Policía intervino después de que muchos vecinos se movilizaran a la vivienda de la familia Martínez, reclamando su desalojo y acusándolos de delincuentes.
Durante esta semana se han tomado 11 testimoniales en esta causa que tiene contradenuncias.














