Los abogados José Iparraguirre y Lucía Tejera, querellantes particulares en representación de la familia de la víctima, presentaron este miércoles un nuevo pedido de declaración de imputados de los policías Diego Íbalo y Rodrigo Molina, sospechosos por el crimen de Gabriel Gusmán, asesinado de un balazo en la cabeza el 25 de septiembre de 2018 en el barrio Capibá de Paraná.
Caso Gusmán: volvieron a pedir la declaración de policías
En el escrito, al que tuvo acceso UNO, solicitaron al Ministerio Público Fiscal de la Provincia que fije día y hora para tomar declaración de imputados a los funcionarios policiales, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 375, siguientes y concordantes del Código Procesal Penal de la Provincia de Entre Ríos.
El abogado Iparraguirre y la abogada Tejera argumentaron que el 30 de septiembre fueron notificados del Informe Pericial N° 6.591 de la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses de la Gendarmería Nacional, en el cual se analizaron elementos del lugar donde se cometió el asesinato.
Según escribieron, esa pericia no agregó elementos de descargo en favor de los acusados: "Por el contrario, ratifica lo sostenido por la querella en cuanto a cómo ocurrieron los hechos objeto de investigación penal". La parte querellante viene sosteniendo que los policías no dispararon en legítima defensa, sino que se trató de un caso de gatillo fácil.
En su momento, el Ministerio Público Fiscal solicitó a los peritos de Gendarmería que determinaran tres puntos importantes para la causa: la trayectoria del proyectil que provocó la muerte de Gabriel Gusmán; la posición corporal y ubicación en la cual se encontraba la víctima al momento del impacto y la distancia del disparo y la ubicación del autor de la detonación.
La querella manifestó en su escrito que "la pericia demuestra claramente que el disparo fue realizado estando Gusmán de espaldas al tirador". Y citó del informe de los peritos que el orificio de entrada se ubicó "en la región parietooccipital izquierda, de 1 cm de diámetro y a 1,64 m de la planta de los pies", mientras que el orificio de salida "de 1,5 cm en su diámetro mayor" se ubicó "en la región frontal derecha, por encima de la ceja derecha, a 2 cm de la línea media frontal y a 1,61 m de la planta de los pies”.
Asimismo, indicaron que el disparo fue efectuado a larga distancia o mayor a un metro, que Gabriel Gusmán no estaba agachado y que no estaba mirando hacia los policías. Por eso entienden que no estaba disparando hacia los uniformados. "Es ilógico pensar –violenta la sana critica racional- que una persona que está parada (perpendicular al piso), mirando hacia adelante, pudiese disparar a otra que se posiciona a su espalda. Tal como sostuvo reiteradamente la querella, al momento de efectuarse el disparo que terminaría con su vida, Gabriel Gusmán había detenido su carrera hacia su casa, se había entregado a los funcionarios policiales encontrándose de espalda a éstos", afirmaron.
Al entender de la querella, se ha colectado en la Investigación Penal Preparatoria "sobrada evidencia" para sospechar suficientemente la participación de Íbalo –como partícipe necesario– y Molina –como autor material– en el "Homicidio agravado" del joven.
"No puede considerarse un legítimo cumplimiento del deber o ejercicio de autoridad o cargo por parte de los policías, el homicidio por la espalda de una persona que se entrega; el obrar conforme a derecho de los funcionarios policiales debió ser el arresto, la colocación de esposas, y el traslado a Tribunales a fin de ponerlo a disposición del Ministerio Público Fiscal y del Juez de Garantías. Aplicaron la pena de muerte, expresamente vedada por nuestra carta magna", sostuvieron los abogados.
Finalmente exigieron que se realice el debate oral para dilucidar qué fue lo que realmente sucedió el día 25 de septiembre de 2018 .