La comunicadora paranaense Marta Marozzini, junto a sus tres hijas de 23, 18 y 5 años, fue asaltada a mano armada en la zona de estacionamiento, a 40 metros del sector del ingreso, del hipermercado WalMart, en un hecho ocurrido durante la tarde del viernes pasado.
Asaltaron a una familia a punta de pistola en un hipermercado de Paraná
En su muro de Facebook, Marozzini recordó este miércoles que todo comenzó cuando “me quedé unos instantes dentro del auto buscando tarjeta de crédito y documento. Esos instantes bastaron para que un muchacho saltara de una moto sobre mi hija Virginia – de 18 años–, parada a la altura de la parte trasera del auto, y con una mano le tirara la mochila mientras que con la otra le apuntara con un revólver”.
La inesperada escena dejó sin reacción a sus otras dos hijas (de 23 y 5 años), siendo la mayor la que describió el arma utilizada para consumar el robo. “Era chiquito y plateado”, graficó.
Para asistir a las víctimas llegó al lugar una agente de Policía del 911, quien “nos tomó los datos, escuchó los detalles del suceso aportados por todos –nosotras y los otros clientes–, llamó a otros policías y me informó –como algo alentador– que en el sector del ingreso al super –sobre Larramendi– había una cámara, de esas que dicen que lo ven todo”.
A su vez la damnificada aportó que “a los pocos minutos llegaron dos patrulleros, uno de la comisaría 11 y otro de no sé qué repartición. Pero así como llegaron se fueron haciendo chillar las cubiertas y a fondo. Es que –según alcanzaron a explicar a las corridas– se había desatado una balacera feroz en la Cortada 141, a metros de Larramendi y a poquísima distancia de Walmart y de nosotros”.
Asimismo reveló que plantearon la situación ante el gerente del hipermercado, auque la afectada reconoció que “perdíamos el tiempo”.
Al mismo tiempo, la agente que las había asistido en un primer momento “me iba informando lo que habían logrado ver en el 911 con la cámara: dos muchachos que se iban en una moto de tales y tales características, el color de las remeras que llevaban puestas, que uno llevaba gorro y el otro no y casi nada más. Le pregunté por la utilidad de esos datos y me contestó que era para otra vez, para evitar que volvieran a entrar al súper”.
De la misma forma sostuvo que decidieron realizar la denuncia en la comisaría 11, la cual fue caratulada como “Robo calificado en su perjuicio c/ autores desconocidos”. “Pero ante la pregunta respecto de qué pasos siguen ahora, una vez hecha la denuncia, la sorpresa fue grande: 'Estos casos se suelen archivar porque tienen autores desconocidos'”, recibieron como única respuesta.