Jorge Javier Llanes no pudo resolver otro conflicto en su vida sin violencia: a poco tiempo de haber recuperado la libertad tras pasar varios años en la cárcel por asesinar a un hombre, volvió a matar, y a la prisión. En el anochecer del martes 11 de septiembre de 2018, mató de un tiro al compañero que había conocido en la Unidad Penal N° 1 de Paraná, Emanuel Claudio Oscar Cabrera. Por este crimen, el hombre acordó con la Fiscalía cumplir 12 años de prisión.
Aceptó 12 años por matar al amigo que intentó quedarse con su rancho
El imputado había sido condenado a 11 años de prisión por asesinar a un hombre de apellido Retamar, durante un asalto en 2002.
6 de febrero 2019 · 09:56hs
Según la versión más firme en la investigación tras el hecho, Llanes, de 40 años, mató a Cabrera, de 36, porque pretendía quedarse con su rancho ubicado en calle Ameghino al final, en pleno barrio San Martín de Paraná. Incluso, se supo que el hombre le había hecho un lugar para vivir allí a su amigo, pero ese día el conflicto fue subiendo de tono desde temprano, hasta que terminó de la peor manera.
Cuando Llanes fue detenido, la División Homicidios de la Policía secuestró una tumbera calibre 22 a un par de metros de la puerta de su rancho.
Con el avance de la investigación, el fiscal Juan Malvasio remitió la causa a juicio, y ante tantas evidencias el imputado, asistido por la abogada Corina Beisel, prefirió acordar una pena en un juicio abreviado.
Así fue que se presentó el acuerdo ante el Tribunal de Juicio presidido por Gustavo Pimentel, quien el lunes dará a conocer si homologa o no el mismo y condena a 12 años de encierro a Llanes.
El imputado había sido condenado a 11 años de prisión por asesinar a un hombre de apellido Retamar, durante un asalto en 2002.
Cabrera también había purgado una condena por otro hecho macabro que conmocionó a la localidad de Tabossi: tras la Navidad de aquel mismo año, había ultimado a tiros a sus padres adoptivos, y ocultó los cuerpos de Mario Ricle, de 51 años, y Virginia Cejas, de 63, en el fondo de un aljibe con agua. Como era menor, le impusieron la pena de 15 años de prisión efectiva que cumplió sin problemas.
Ambos entablaron una relación en la cárcel durante todos esos años de encierro, que terminó en forma sangrienta en la zona del Volcadero de la capital provincial.