Llegan a las 10 de la mañana y se van a las 6 de la tarde. Lo toman como un trabajo aunque en realidad es un “hobbie”. Como todos los coleccionistas, los fanáticos de los emblemas, se toman el trabajo de ordenar y encarpetar todas las piezas que tienen para poder cambiarlas.
Pin, una locura olímpica
El pin es una insignia que sirve para identificar a una persona con un país, un comité o un medio de comunicación o simplemente un emblema del Juego Olímpico. En una competencia de este tipo circulan unos 50 mil pines, por ese motivo no se pueden coleccionar todos, hay que elegir.
“Yo colecciono los emblemas de comités olímpicos y de medios de comunicación. Son los que más me gustan. Los japoneses son los más difíciles de conseguir porque son los de mejor calidad y además porque es duro negociar con los nipones”, dice Antoni, un catalán que vive en Andorra. Su pasión por los pines comenzó en los Juegos de Barcelona 1992, en su ciudad natal.
La historia de Frederic es similar pero su fanatismo es por las mascotas. Su colección comenzó en Moscú 1980 y desde ese Juego no faltó a ninguno. Sin embargo, no es fanático de los deportes: “nosotros venimos a la ciudad de los Juegos, no a los Juegos Olímpicos”.
Con sólo verlos, un coleccionista puede saber si un pin sirve o no para su colección o si puede cambiarlo para conseguir mejores pines. El “negocio” está en cambiar los emblemas repetidos de Juegos Olímpicos anteriores para conseguir los de Londres 2012.
UN NEGOCIO DETRÁS DE UN HOBBIE
Hay mucha gente que vive de los emblemas y están acá solamente para hacer negocios. Piden vacaciones en el trabajo para poder viajar a la sede donde se desarrollan los Juegos y así juntar algunas libras esterlinas. Venden las insignias que no les gustan para juntar efectivo y poder pagarse el pasaje y el alojamiento.
Lo que le da valor a un pin es la calidad, el diseño y además la tirada. Cuanto menor cantidad de pines de ese tipo hay, mayor es el valor del mismo. Un pin de 2000 piezas no tiene buen precio pero una tirada de 800 o menos sube el costo. Algunos son de edición limitada y tienen registrada la cantidad de piezas que fueron realizadas con ese motivo, lo que incrementa su valor.
Últimamente Ebay.com (un sitio de subastas muy popular en España y Estados Unidos) marca el ritmo de este particular mercado y sube o baja el precio de los pines de acuerdo al interés de la gente. Algunos llegan a costar hasta 300 libras.