Más allá de que se encarecieron los precios de todo lo relacionado a la navegación y los deportes náuticos, con la llegada de los días “lindos”, aquellos que pueden, salen a disfrutar de la majestuosidad del río Paraná.
El que está pensando en unirse a los grupos de amigos remeros, tiene que pensar en que, por ejemplo, una buena piragua se puede conseguir desde los 3.000 pesos hasta los 6.500 pesos.
Pese a los altos costos, el río sigue siendo el paraíso elegido
Los que prefieren un Kayak y tienen la chance de traerlo desde Rosario deberán disponer de 2.000 pesos. Para poder subir a la embarcación es obligatorio tener un chaleco salvavidas. Los buenos cuestan 550 pesos y también se consiguen más económicos por 300 o 350 pesos. Las palas para remar “baratas” rondan los 300 pesos.
Los más experimentados, que piensan también en kayaks pero preparados para travesías más largas, tienen que ahorrar entre 4.000 y 12.000 pesos.
Los deportistas que practican wakeboard o wakeskate están en una difícil situación porque ven cómo los precios de los accesorios se van cada vez más arriba.
En cuanto a las tablas de wakeboard directamente “no hay precios disponibles en el mercado porque no saben qué valor ponerle”, explicaron a UNO desde una casa que vende embarcaciones y accesorios en donde prefirieron que su nombre no salga publicado.
Es que las facturaciones de este tipo de locales son altas y por eso prefieren manejarse con cautela. Por ejemplo una tabla de wakeskate, este nuevo deporte náutico que viene sumando adeptos en los últimos años, cuesta unos 2.600 pesos.
El chaleco apropiado para la práctica de estos deportes está en 1.200 pesos. Un manillar y soga “buenos” llega a costar 1.200 pesos.
En total vale cerca de 10.000 pesos un equipo profesional nuevo, pero es difícil de conseguir por la restricción de las importaciones. La industria náutica está muy retrasada a comparación de las primeras marcas internacionales.
Los precios de los equipos usados bajan exactamente a la mitad y son muy recomendados para los que comienzan en la actividad.
Claro que en estas disciplinas, la lancha es primordial y por eso hay que sumar a la cuenta los 10 litros de nafta que se necesitan para cada sesión de práctica. Quizás este sea el costo más fácil de sortear porque por salida se juntan entre cinco o más raiders.
Grupos de amigos
En Paraná ya hay grupos de amigos, muchos de ellos que se forman saliendo a remar, que comparten unas especies de peñas náuticas. Entre ellos están Los Isleños que tienen una página en Facebook que mantienen actualizada en forma diaria.
Además, hay grupos como los Gente del Río, Biguá, Caranchos en Kayak o los Kayicidas, que realizan travesías por el río Paraná y sus brazos. Toda esta gente, que se la puede ver remando cada vez que el clima lo permite, comenzó con el gran cambio que significa dejar de darle la espalda al río y empezar a cuidarlo todos los días un poco más.
Los Cursos de Canotaje en la Ecenaa comienzan el 5 de octubre y se abona una contribución para colaborar con el mantenimiento de la institución. Se dictarán los lunes, miércoles y viernes de 14.30 a 16.30. Los martes y jueves de 17 a 19.
Los sábados hay tres horarios disponibles aunque es el día que más alumnos se acercan para tomar las clases, se llegan a formar grupos de 12 personas. Los horarios: de 9 a 11; de 14 a 16 y de 16.30 a 18.30
El curso consta de la enseñanza de kayak y piragua con la posterior evaluación para la obtención del brevet institucional.
A disfrutar
Juan Manuel Kunzi/ De la Redacción de UNO
José y sus amigos no paran de disfrutar del río. Él se amigó con el agua hace un tiempo y cada vez que puede sale a disfrutarla. Antes de comprarse su piragua, cuentan que inflaba una cámara de tractor y adentro le ponía una colchoneta. Así se tiraba en el Thompson y se dejaba llevar río abajo. Creo recordar que frenaba en el Puerto Nuevo aunque estoy seguro de que alguna vez habrá seguido has ta la playa del Municipal. José es joven pero ha leído mucho y ahora ya comparte la poesía de Juan Laurentino Ortiz, quizás el hombre más enamorado del Paraná. Hace poco se compró una piragua, que pagó barata, y después de arreglarla sale, cada vez que quiere, a descansar.