En su cuenta de Facebook, los jóvenes que llevan adelante el proyecto comunicacional explicaron que no pudieron cerrar la tapa con el presidente de Venezuela Nicolás Maduro como protagonista, como tenían previsto, por lo que salieron a buscar una alternativa.
Pepe Mujica es tapa de La Garganta Poderosa
“Sin portada cerrada, empezábamos a rascar las paredes, pensando en todos ustedes y en la palabra que jamás damos en vano: habíamos prometido un líder latinoamericano”, escribieron.
“Quemados en ese estrés, quedaban sólo unos días para fin de mes, pero decidimos no bajar los brazos, ni hacer una tapa en blanco que dijera ‘es lo que hay’. Nos miramos, nos empeñamos y nos fuimos a Uruguay. ¿Y adivinen qué, che? Sin entrevista pautada, ni cita acordada, ni nada de eso que el protocolo indica, ¡caímos en la casa del Pepe Mujica!”, continuaron.
Así, explicaron que el mandatario, a quien mencionaron como el “presiente villero”, se “caga en la burocracia y en todo bien material. Vive normalmente, junto a su esposa y su mascota, con tiempo suficiente para tomar mate o para darnos una nota, con esa sensibilidad prodigiosa que le permite subirse a La Poderosa, en una campaña que desatará la revolución anfibia: ‘Te pido un mar, un mar para Bolivia’".
El resumen de la entrevista publicada en la revista, continúa así: “Parando la pelota en un planeta que gira a mil, le atribuye a la clase media las revueltas en Brasil, sin negar la desigualdad de esa sociedad acosada durante décadas por el manoseo de un sistema inmundo: ‘Es uno de los países más injustos de la tierra, en el continente más injusto del mundo’. Desde la ideología y la gestión, le pone ladrillos a nuestros sueños de urbanización: ‘Si podés brindarle una casa humilde a una madre abandonada, no podés cobrársela, porque no tiene nada’. Como quien sabe desandar esa senda de reconstrucción humanista, brega por el respeto a las luchas indigenistas, dado que ‘todavía nos falta ser menos gringos, menos europeos y menos racistas’. Así, dejando en off side a los obsecuentes, asegura que ‘la democracia no es para ser iguales, sino diferentes’. Pura coherencia, pura dignidad, ‘pues para ser idénticos, no precisamos la libertad’. Siempre poniendo el cuerpo, sin esconder el corazón, resistió con los Tupamaros, como batalló por la legalización, aunque se tensionara la soga, ‘porque el narcotráfico es mucho peor que la droga’. Y tras el acercamiento de Uruguay a la Alianza del Pacífico, nos transmitió tranquilidad para la Argentina, ‘porque apenas se trata de ocupar todos los espacios donde se discuta la integración de América Latina’, desmintiendo las especulaciones que avisoraban a nuestros países divididos: ‘Entramos ahí, para darle batalla a los Estados Unidos’. Con acuerdos y diferencias, bancamos a José, porque es una masa: ‘Cuando era joven quería cambiar al mundo y, ahora, la vereda de mi casa’. No debe haber precedente de un acceso tan inmediato a un presidente, porque un domingo a la noche nos atrevimos a embarcar y el martes a la mañana desayunamos en su hogar. Que no es una mansión, ni tampoco un sucucho: ‘¿Pobre? Pobre es el que necesita mucho’".












