Edgardo Comar / De la redacción de OVACION
Patronato tuvo orden, paciencia y contundencia
Fue con un plan destinado a generar un trabajo de desgaste sobre un rival que estaba obligado por un presente que no es el ideal. Lo cumplió a rajatabla y por eso festejó. Fue victoria con un sabor especial porque se dio en el tramo final. Patronato le ganó a Sarmiento de Junín por 2 a 0 con goles de César Carignano a los 44’ y el Gastón Rossi en el cuarto minuto de adicional. Fue en el marco de la 12ª fecha del certamen de la Primera B Nacional. Damián Toledo jugó un gran partido y fue la figura de la cancha. En la próxima jornada, el elenco paranaense recibirá a Talleres de Córdoba en el Grella.
PRIMERA PARTE. Con la elección de volantes con mayor capacidad de recobre quedaba en claro que la prioridad era contener la embestida del dueño de casa, que por registrar tres derrotas en serie se veía obligado a cargar con el rol protagónico.
El conjunto de Sergio Lippi tuvo mayor control de pelota y se posicionó con vocación ofensiva en el arranque, pero careció de la profundidad necesaria para comprometer a una defensa Santa que con Bogino como comandante se mostraba sólida.
Patrón cumplía con la demanda técnica de ser ordenado para abortar los intentos de ataque del dueño de casa, pero la intención de ir de contra pocas veces se veía cristalizada. Porque la voluntad de Leonardo Acosta era insuficiente. El aporte de Carignano para con el equipo se daba lejos del área y los volantes estaban más preocupados por marcar que por sumarse a las aventuras de ataque. La intensidad en los movimientos no se traducía en llegadas de riesgo.
Recién a los 20’, el Verde tuvo su primera chance. Fue cuando Matías García desbordó por derecha y sirvió un centro que conectó Córdoba sin precisión. Desde los 25’ en adelante y a partir de un adelantamiento de Brum y Toledo, el Santo plantó batalla en la mitad de la cancha e hizo que el trámite fuera más parejo.
Un desvío de Cariganano tras un córner de Acosta puso en compromiso a Etulain contra su primer palo. A los 40´ocupando espacios en ataque, Brum quiso rematar por encima del arquero local que adivinó la intención y detuvo el tiro con destino de red.
Patronato fue de menos para más. Salió a observar la propuesta de su ocasional adversario. Cuando se sintió sólido asomó la cabeza del fondo y dejó en claro que también tenía la ambición de quedarse con los tres puntos.
El 0 a 0 con el que se fueron al descanso, no estuvo mal. Los dos tuvieron sus momentos de dominio, y también carecieron de contundencia en las proximidades de las vallas.
SEGUNDO TIEMPO. La etapa complementaria arrancó sin cambios de nombres. Patringa sorprendió tirándole al Kiwi una presión en su propia salida, lo que le permitía una rápida recuperación de pelota. Damián Toledo era el que marcaba el ritmo de la presión y el Leo Acosta se mostraba como el más punzante e incisivo en ataque, pero lamentablemente no tenía las compañías indispensables para arrimar riesgo al arco de Etulain.
Sarmiento era un puñado de voluntades que con el empuje de su gente iba al frente, pero chocaba una y otra vez con la férrea muralla Rojinegra.
Un par de desbordes y centros intrascendentes bien conjurados por Bértoli o la pareja de zagueros, hicieron que Osella mandara a la cancha a Guillermo Ferracuti por Almada con el afán de quitarle salida clara por ese sector a Ozil. Además con el afán de renovar aire de mitad de cancha hacia adelante dispuso que Chitero ingresara por Acosta y Rossi por Machín. Presa de la necesidad de un triunfo Sergio Lippi introdujo modificaciones y determinó que su equipo defendiera con tres con un cuarto de hora del final.
El avance del encuentro no mostraba acciones interesantes, solo el aumento de la desesperación del Kiwi, que iba a ciegas y se exponía.
Patrón era paciente y aguardaba su chance. El adelantamiento sistemático de los del fondo Verde sorprendía en más de una ocasión a Chitero y Carignano fuera de juego. Pero bastó que Rossi metiera un pase entre líneas y el Carigol quedara por primera vez frente a Etulain a quien vulneró con un toque preciso por encima de su cuerpo. El 1 a 0 dejaba al Santo en el umbral de la vuelta al éxito, pero el adicional de cuatro minutos dejaba espacios para el sufrimiento y para un grito más. Fue a los 49’ cuando Rossi, en el círculo central, ganó las espaldas de todos -incluso de Etulain que se fue a cabecear un tiro de esquina y corrió hasta la puerta de la medialuna para con un tiro suave poner un 2 a 0 lapidario.
No hubo tiempo para más, solo para el abrazo efusivo y celebrante de todo Patronato que volvió a sumar de a tres por méritos propios. Porque fue paciente, ordenado y efectivo.













