Edgardo Comar/ Ovación
Patronato no pudo sobrellevar el peso del fracaso
No hubo el clima de fiesta preanunciado con antelación sin demasiados sustentos futbolísticos. Es cierto que en la jornada de ayer hubo una temperatura elevada que perduró en la noche en Paraná. En el Presbítero Grella, la térmica fue muy superior.
Desde antes que se abrieran las puertas para el ingreso del público hubo pintadas en uno de los portones de acceso y lo increíble banderas colocadas en el cerco perimetral mostrando la disconformidad por el objetivo no logrado. La amenaza de una posible invasión del campo de juego antes del final también flotaba en el ambiente. En ese marco, un partido de fútbol carente de motivaciones que Unión le ganó a Patronato por 3 a 1 con goles de Leonardo Sánchez, Juan Pablo Avendaño y Enrique Trivero; Ignacio Bogino marcó el descuento para el conjunto paranaense. Fue en el marco de la 22ª fecha y último Torneo de Transición, Osvaldo Guerra, de la Primera B Nacional.
El Negro y el Tate jugaron pensando en que transcurrieran los 90’ para ingresar oficialmente en el periodo de vacaciones. Dentro de una distensión generalizada, el dueño de casa asomó un poco más enchufado. A los 7’ acreditó su primera opción con una media vuelta de Juan José Arraya que se fue desviada. Un tiro libre de Damián Canuto bien contenido por Nereo Fernández fue la segunda chance acumulada por el local para quebrar la paridad.
El Rojiblanco miraba el partido y cuando se decidió jugarlo descubrió la endeblez de un contrincante abatido, sin alma. Primero avisó con un envío con pelota detenida de Martín Fabro que se fue cerca de la valla Santa y después con una buena maniobra colectiva que definió Fabro pero las manos de Bértoli primero y la imperfección en la ejecución del disparo de Ignacio Malcorra impidieron el desequilibrio. El equipo santafesino con poco marcaba diferencias en el andar y lo pudo reflejar a los 22’ cuando mando una pelota al área enemiga y Sánchez anticipó a todos con una frentazo y se fue a cantar el 1 a 0 por el que no había hecho demasiado.
Con el objetivo cumplido de ponerse en ganancia, el visitante volvió a levantar el pie de al acelerador y con ser defensivamente prolijo le alcanzó para ver lo impotente e inexpresivo que era su adversario en ataque.
Más allá de la resistencia colectiva, Damián Canuto era el que mostraba mayor compromiso con la pelota; Diego Martínez mostraba con opción de descarga yendo por izquierda, Arraya retrocedía y era un buen pivote; Pacco redoblaba esfuerzos para recuperar y repartir.
Quedaba claro que los esfuerzos individuales del Rojinegro eran insuficientes para inquietar al Tate que cuando cambiaba el ritmo del medio hacia adelante, merodeaba la segunda conquista.
A los 42’, Malcorra cruzó una pelota de izquierda para que por derecha Avendaño cabeceara por encima de Bértoli y encontrara el travesaño como interposición para que el 2 a 0 no se transformara en realidad.
Lo del Santo fue tan previsible como su retirada a los vestuarios, envuelto en silbidos de parte de los pocos asistentes en las tribunas de la Comarca.
Segundo tiempo
Una corrida de Juanjo Arraya que terminó con un remate controlado en dos tiempos por Nereo Fernández y un tiro de media distancia de Maximiliano Caire, también conjurado por el uno de la visita. Patringa mostraba mayor tenencia de pelota, pero su ambición se diluía en las proximidades del arco enemigo, repitiendo uno de los grandes males de todo el campeonato.
El paso de los minutos era lo único que interesaba adentro y afuera. Las faltas de respuestas desde dentro del terreno de juego llegaron a un extremo, que hasta hicieron acallar el descontento generalizado, transformado en insulto desde la tribuna en un silencio que retumbaba mal que mil palabras.
Unión que siempre dio la sensación de superioridad dentro de una marcada mediocridad y lo reflejó en una nueva aparición de Avedaño por detrás de Pacco para meter la cabeza y ver como la pelota, se le escurría de entre las manos a Bértoli y se transformaba en el 2 a 0.
El descuento inmediato de Nacho Bogino pareció meter a Patrón partido, pero fue apenas una ilusión óptica. En lo poco que quedaba Unión mostró la sapiencia para trabajar la ventaja y sentenciar la cuestión cuando el tiempo expiraba con un nuevo cabezazo; esta vez de Triverio que se metió en un ángulo.
El fin de temporada llegó para Patronato generando un sin fin de preguntas que ya no tendrán respuestas y también dudas de cara al futuro.
En otra
Patronato se mostró como un equipo ido de la cuestión, que salió a la cancha pensando en que el partido se terminara rápido.
Mal repetido
El Rojinegro volvió a repetir sus serias dificultades para armar juego en ataque. La situación se vio agravada por la endeblez defensiva.
Con autoridad
Unión mostró parte de los atributos que lo llevaron a ser el primer ascendido y el mejor equipo del certamen.