El problema de las barrancas altas en la costa del río Paraná, y particularmente en la capital provincial, es recurrente, tanto por deslizamientos como por riesgos de estabilidad. Como ocurre en ocasiones de movimientos bruscos del río, luego de bajantes pronunciadas y con el repunte de caudales comienzan a producirse movimientos; esto ha sido así durante los últimos años. En su última reunión, la Asamblea Ciudadana Vecinalista de Paraná abordó el estado actual de la Toma Vieja.
Toma Vieja: advierten sobre la situación de las barrancas
Para ello se convocó al geólogo Juan Carlos Bertolini. Según se indicó, dado el interés en el tema y la importancia del disertante fue el tema tratado casi con exclusividad en el último encuentro.
Según apuntó Bertolini, la Toma Vieja es un sitio de interés geológico nacional e internacional “identificado como Sitio De Interés Geológico G 23 y apoyado por una ley provincial: Carta Geológica Ambiental de Paraná que fue la primera en el país y se adecuó a la ley Nacional 24.224 o Ley de la Carta Geológica Nacional. Es un sitio valiosísimo donde están las huellas geológicas de 11,5 millones de años que lo deberíamos cuidar así como cuidamos otros patrimonios”.
Explicó que los ríos del hemisferio sur que corren de norte a sur, tienen una deriva que va de oeste a este; esta es la causa por la que avanza sobre tierras en Santa Fe y se desmorona la margen entrerriana. Por otro lado, explicó que ese sitio está conformado por capas horizontales y es estable pero pierde sustentabilidad desde el pie de la barranca hasta el río.
Respecto del antiguo edificio de ladrillos vistos de la extoma de agua (donde funcionó el boliche Sr. Anderson) expresó que está asentado sobre una capa de piedra tosca, por lo que no correría peligro su estabilidad si no existieran cuestiones antrópicas que provoquen una alteración en las capas subyacentes. Por ejemplo, filtraciones de las piletas, roturas de cañerías, desagües de baños.
La acción de las areneras frente a la Toma Vieja también podrían provocar el deslizamiento al pie de la barranca, planteó. La barranca de esa zona es de origen fluvial-continental, a diferencia de la del Parque Urquiza que es de origen marino, acotó.
Señaló que el primer estudio geológico de la costa se realizó durante la primera gestión en la Intendencia de Julio Solanas (1995-1999) y se terminó durante la siguiente, a cargo de Humberto Varisco. Luego no se siguió. Y se hizo la obra de la Nueva Costanera entre 1999 y 2004, como defensa de la barranca.
En el debate se propuso crear la Comisión de la Ribera del Paraná o de la Costa para realizar un seguimiento del tema.
La arquitecta Mariana Melhem, especialista en Patrimonio y delegada de la Comisión Nacional de Monumentos en Entre Ríos, recomendó tener en cuenta un actor importante como la Dirección de Vías Navegables de la Nación, que posee información precisa del río Paraná. En ese sentido, lamentó la falta de continuidad de las políticas de planificación e instó a no trabajar a demanda y sí ajustarse a un Plan aunque sea parcial o microplan.