Roberto Schunk/ Especial
Para Entre Ríos todo esto es plataforma de crecimiento
El Mercado Común del Sur conforma una estrategia de integración regional actualmente compuesta por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, estando Bolivia en proceso de adhesión. Formalmente, el Mercosur nace en 1991 con el Tratado de Asunción, el cual incluía a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. El antecedente inmediato del tratado se encuentra en los acuerdos de integración de los presidentes Raúl Alfonsín, por Argentina, y José Sarney, por Brasil, en 1988. Los objetivos primarios del Tratado son la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países miembros, la fijación de un arancel externo común y la adopción de una política comercial conjunta con relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados, así como la coordinación de posiciones en foros regionales e internacionales. Finalmente, se aspira a coordinar políticas macroeconómicas y sectoriales entre los estados integrantes, lo que supone un estadio superior de integración. En la actualidad el Mercosur constituye una Unión Aduanera Imperfecta.
Presentación socio-económica
El Mercosur comprende un espacio terrestre de 12.549.200 kilómetros cuadrados (el 9,6% de la superficie terrestre del mundo), en el que habitan 280 millones de personas (el 4% del total mundial). La región tiene el 15% del área de bosques del planeta, el 9% de la superficie cultivable mundial y el 16% de los recursos internos de agua dulce renovables (Banco Mundial). Comprende además el tercer acuífero de mayores dimensiones del globo (acuífero guaraní). Dispone asimismo de grandes riquezas minerales e hidrocarburíferas (Venezuela es dueña de las mayores reservas comprobadas de petróleo de las naciones del globo). Las exportaciones totales de los países miembros suman 427.000 millones de dólares (2,37% del total mundial –CEI–). El Mercosur, en su conjunto, se destaca por las exportaciones de minerales de hierro y concentrados (13,5%), aceites crudos de petróleo (7,9%), habas de soja (7,8%), torta de soja (5,6%), azúcar (5%), aceite de soja (2,6%), café (2,6%), carnes (2,6%) y maíz (2,5%) (Aladi). El Producto Bruto Interno corriente suma 3,4 billones de dólares (2013), lo que representa el 4,5% mundial, mientras que el PBI por habitante, en PPA, asciende a 12.600 dólares (2012).
Asimetrías
El Mercosur comprende países heterogéneos con gran disparidad de recursos tangibles. Brasil es, por supuesto, la locomotora de esta estrategia de integración. Además de ser el país de mayor tamaño físico, contiene más del 71% de la población de las cinco naciones, el 70% del PBI regional, el 67% de la producción manufacturera y el 57% de las exportaciones totales (datos de Cepal para 2012). Las diferencias de productividad, escala y trayectoria industrial en los distintos países dificultan un proceso de integración simétrica y conllevan el riesgo de crear una división del trabajo desigual al interior del espacio regional. Reconociendo esta situación de asimetría, el Consejo del Mercado Común creó, mediante Decisión Nº 45/04, el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem). Esta medida fue diseñada en favor de los países más débiles, siendo que el 70% de los aportes deberán provenir de Brasil, el 27% de Argentina, el 2% de Uruguay y el 1% de Paraguay, porcentajes establecidos teniendo en cuenta la media histórica del PBI de los estados integrantes. En igual sentido, los fondos serán destinados a los beneficiarios de acuerdo con el siguiente criterio: el 48% para Paraguay, el 32% para Uruguay, el 10% para Argentina y el 10% para Brasil. Si bien insuficiente, el Focem presenta un avance en el reconocimiento de las asimetrías, aspecto descuidado en los 90.
La Argentina y Entre Ríos
La estrategia de desarrollo de la Argentina desde 2003, asentada en un proceso de reindustrialización y promoción del valor agregado fabril, está unida indisolublemente al Mercosur. Este espacio absorbe el 19% del total de las exportaciones nacionales, pero el 35% de las ventas externas de manufacturas. En los últimos 10 años las exportaciones fabriles desde Argentina al Mercosur crecieron a una tasa media del 43,7%, porcentaje muy superior al crecimiento medio del conjunto de los bienes exportados (Aladi). Existen asimismo posibilidades de complementación en sendas cadenas de valor en la región (desde alimentos hasta maquinarias y equipos), donde podría promoverse una distribución equitativa del ingreso y fortalecerse el posicionamiento competitivo del Mercosur como espacio frente a terceros bloques y países.
En el caso de Entre Ríos, es evidente que el Mercosur es la plataforma de desarrollo principal, tanto por la ubicación geográfica y la existencia de vías navegables naturales (hidrovía Paraná-Paraguay), como por la estructura y la potencialidad productiva de la provincia. El Mercosur es nuestro principal cliente, con una participación del 20% de las exportaciones totales de origen provincial. Brasil explica más del 60% de esas compras. El Mercado Común del Sur es clave también para la estrategia de hacer de la provincia un complejo agroindustrial. Los entrerrianos colocamos en el Mercosur el 10% de nuestras exportaciones primarias y el 25% de nuestras exportaciones industriales totales (Indec, 2012).
Criterios
En su origen, hacia 1988, el Mercosur se planteó como un esquema de integración equilibrado reconociendo las diferencias entre los países. Eran los llamados “protocolos de integración” de Alfonsín y Sarney, que preveían una simetría sectorial para que cada país se beneficie con el desarrollo tecnológico, la escala y el conocimiento. Con el menemismo-delarruismo la orientación cambió y se privilegió un estilo de integración guiado por las grandes corporaciones privadas, donde Argentina se reducía a producir commodities y Brasil aportaba los bienes industriales. Esto cambió nuevamente a partir de la asunción de Néstor Kirchner y Lula da Silva. Estos gobiernos volvieron a plantear explícitamente la necesidad de atender las asimetrías y profundizar la integración regional. Esto se plasmó en el establecimiento de programas de convergencia estructural, como el Focem ya mencionado. La incorporación de Venezuela y el proceso en marcha de inclusión de Bolivia le otorgan mayor fortaleza a esta estrategia de integración. El rechazo al ALCA en territorio nacional fue un hito central para reafirmar la vigencia del Mercosur.
En términos más generales, el Mercosur es una pieza clave de la unidad latinoamericana, así como la formación de la Unasur. Se trata nuevamente de una necesidad histórica que supone recuperar las ideas latinoamericanistas de grandes pensadores y patriotas de esta región. Como apunta Manuel Ugarte: “Nos hemos alejado del punto de vista que defendieron los héroes de nuestra emancipación, los cuales entendieron que las antiguas colonias españolas se separaban de España para desarrollar su propio espíritu y no para caer, con matices de forma y procedimiento, en la zona de atracción de un neocolonialismo…”. El Mercosur es el bastión para defender los recursos naturales y humanos vernáculos y ganar competitividad en conjunto. Las estrategias alternativas, tales como el ALCA o la Alianza del Pacífico, suponen una integración meramente económica de mercancías y capitales, guiada por Estados Unidos en su propio beneficio, que solo lograría la destrucción de capacidades productivas locales. Son estrategias de corte neocoloniales. En este sentido, vale la pena recuperar la claridad del general Perón en su mirada continentalista. El general sostenía que la integración latinoamericana era un asunto de “liberación nacional”. Pensaba, además, que la integración, para ser efectiva, se debía trabajar sobre los pueblos “porque los hombres pasan y los gobiernos se suceden, pero los pueblos quedan”. En ese camino creemos que debemos seguir. Las naciones de América latina no solo tienen presupuestos históricos, geográficos y culturales comunes, sino también una misma situación estructural de dependencia que es necesario superar en base a una unión de los pueblos latinoamericanos.
* Ministro de Producción de Entre Ríos, docente universitario, economista
* Colaboró en la redacción: Leandro Rodríguez.