Pasaron varios minutos hasta que una patrulla de la Policía Bonaerense llegó al lugar. Para ese momento el hombre ya se había sacado la remera.
Lo que el agresor nunca se esperó fue que del asiento del acompañante del móvil bajara en un segundo una mujer policía con una escopeta en mano para reducirlo de inmediato contra la pared.
Otro oficial finalmente le puso las esposas al hombre, lo subió a la patrulla y lo llevó a la comisaría mientras que médicos especialistas en violencia de
género atendieron a la mujer golpeada.