Un operativo con la más alta tecnología y 4.000 personas procedentes de distintos países buscaban ayer al submarino argentino ARA San Juan en las frías aguas del Atlántico Sur. Sin lograr resultados positivos, crecía la preocupación por la capacidad de oxígeno de la embarcación al cumplirse una semana de su desaparición.
La búsqueda del ARA San Juan ingresa en una fase crítica por la falta de oxígeno
El operativo involucra a 4.000 hombres y se concentra en un área de 20 kilómetros cuadrados. Se suman una decena de países
21 de noviembre 2017 · 23:18hs
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"La situación más crítica sería que estemos en el sexto día de oxígeno, obviamente que es preocupante. Cada vez vamos entrando de a poco a un tiempo crítico", admitió el portavoz de la Armada, capitán Enrique Balbi, en rueda de prensa.
El submarino desapareció el miércoles 15 de con 44 tripulantes mientras se desplazaba desde el puerto sureño de Ushuaia a la ciudad costera de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.
El submarino de propulsión diesel-eléctrico, fabricado en Alemania a mediados de la década de 1980, tiene en inmersión una capacidad de oxígeno que va de los siete a los 10 días en caso de desperfecto en las baterías, como reportó el capitán de la embarcación en el último contacto.
No obstante, Balbi aclaró que "los siete días no es tan dogmático. Varía de acuerdo a las circunstancias, pero eso (el límite) sería en caso de inmersión y que no pueda salir a la superficie".
Una división del escuadrón de rescate de submarinos de Estados Unidos partió ayer desde el puerto de Comodoro Rivadavia, 1.750 kilómetros al sur de la capital argentina, con material de la más alta tecnología para el rescate de la tripulación. Este incluye un vehículo que se opera en forma remota y es capaz de rescatar a 16 personas, dio cuenta Télam.
Al mismo tiempo, cinco buques oceanográficos se encuentran barriendo el área de más de 400.000 kilómetros cuadrados, complementándose con aeronaves de exploración.
El portavoz de la Armada argentina confirmó que hay 4.000 personas dedicadas a la búsqueda del submarino, "entre argentinos y extranjeros provenientes de los siete países que prestan colaboración en el operativo", entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Chile y Brasil.
"Algunos están embarcados, otros volando las aeronaves de exploración y un montón en logística, mantenimiento y funcionamiento, apoyando en forma silenciosa esta operación de gran magnitud a nivel internacional", destacó Balbi.
Más allá de la capacidad de oxígeno del submarino, Balbi aclaró que "la fase de búsqueda y rescate va a durar hasta que se localice fehacientemente al submarino".
Causa nacional
La búsqueda del submarino se ha convertido en una causa nacional en un país que hasta no hace mucho miraba con recelo a sus Fuerzas Armadas por la última dictadura militar (1976-1983) y la fallida operación militar para recuperar las Islas Malvinas, que derivó en una guerra con Gran Bretaña. En la catedral de Buenos Aires, el cardenal Mario Poli encabezó una misa para rezar por los tripulantes del submarino. "Nosotros siempre rezamos por la vida. Que el Señor nos conceda, después de estos momentos aciagos, esta alegría que esperamos", dijo Poli, quien ofició la misa. En otra intervención, Poli sostuvo que "los marinos se juegan como todo obrero, todo oficinista o profesional".
El presidente, Mauricio Macri, en tanto, mantuvo ayer por la tarde una reunión con los altos mandos militares en la sala de situación del Estado Mayor de la Armada para interiorizarse sobre el operativo de búsqueda.
El ánimo de las familias de los marinos decae día a día
El ánimo de las familias de los 44 tripulantes del submarino decae día a día en una montaña rusa de emociones que se complica con cada desmentida de posibles pistas del sumergible.
"Espero que se apuren los que están buscando", deseó el padre del comandante segundo del submarino Jorge Ignacio Bergollo. El hombre, quien también fue comandante del mismo sumergible hace 20 años y conoce como nadie los riesgos que atraviesa el San Juan.
El psicólogo de la Armada Víctor Hugo Duga remarcó que "el ánimo está muy mal, muy mal" luego de la confirmación de que los ruidos captados en el fondo del mar no provenían del navío, lo cual "generó una gran desilusión en los familiares", según dijo.
Al esfumarse la esperanza de que los tripulantes hayan golpeado el casco de acero para emitir ruidos, devino una nueva crisis. Duga apuntó que al menos 10 personas sufrieron descompensaciones al conocerse el parte oficial de que esos ruidos no eran del sumergible.
Los familiares están reunidos en la Base Naval de Mar del Plata, donde funciona el Comando de la Fuerza de Submarinos del país. La mayoría vive en esa ciudad balnearia porque, como base de operaciones, es el lugar de trabajo habitual de sus tripulantes, informó el matutino La Capital.