Buenos Aires.- La embajada de Rusia en Argentina ocultaba 389 kilos de cocaína en 16 maletas, un "tesoro narco" valuado en 50 millones de euros. Fue el propio embajador ruso en Buenos Aires, Viktor Koronelli, quien en diciembre de 2016 dio aviso a las autoridades locales, alertado por la presencia durante meses de unos bultos sospechosos en el colegio de la sede diplomática. Cuando la policía argentina abrió las maletas encontró la droga. Fue el inicio de una investigación que duró más de un año y que tuvo ribetes cinematográficos.
En la Embajada de Rusia en Argentina hallaron ocultos casi 400 kilos de cocaína
Una denuncia de 2016 del embajador en Buenos Aires permitió la detención de cinco personas en los dos países
22 de febrero 2018 · 23:25hs
La cocaína se cambió por harina, se colocaron rastreadores satelitales al cargamento y las fuerzas de seguridad de los dos países esperaron con paciencia a que los narcotraficantes cayeran en la trampa. En diciembre el cargamento llegó finalmente a Moscú por correo diplomático y se detuvo a tres personas. Otros dos cayeron ayer en Buenos Aires y falta la captura de un misterioso "Señor K", prófugo en Alemania.
"Fue una de las operaciones más importantes, complejas y sofisticadas que se pueden realizar en este mundo del narcotráfico. Hemos logrado trabajar sin que se filtre nada y eso es un éxito para nuestro país", dijo ayer en rueda de prensa la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, durante el anuncio oficial del operativo.
Los detalles del caso no tienen desperdicio. "Abrimos las valijas y acordamos que cambiaríamos la droga por harina para hacer una entrega vigilada. No es un procedimiento habitual, pero por tratarse de territorio diplomático decidimos que dejar la droga allí era un riesgo demasiado alto, podíamos perderla", contó una fuente de la investigación. Cambiar la droga por harina no fue tan simple como pudiera parecer. "Eran casi 400 kilos, así que personal de Gendarmería (policía de fronteras) fue a la madrugada al Mercado Central de Buenos Aires a comprar la harina. En menos de 24 horas todos los paquetes, sellados con las mismas franjas diplomáticas de los originales, estaban terminados", explicó la fuente. Luego, fue necesario armarse de paciencia. El juez Julián Ercolini, a cargo de la investigación, ordenó escuchas telefónicas que permitieron poco a poco descubrir la red narco, hoy detenida. Mantener en secreto la operación fue lo más difícil. "Había mucha gente involucrada y por canales distintos, porque fue una operación coordinada entre dos Estados", dijo la fuente de la investigación. "Para traducir las conversaciones telefónicas en ruso, por ejemplo, debieron encontrar a un traductor "por fuera de la comunidad rusa en Argentina, para que mantenga el secreto", agregó.
Los investigadores descubrieron así que el "señor K" tenía cómo cómplices al tesorero de la embajada, Ali Abyanov, y a dos rusos nacionalizados argentinos: Alexander Chikalo e Iván Bliznouk, este último subinspector de la policía de la Ciudad de Buenos Aires. La operación, por lo que han logrado reconstruir hasta ahora en el juzgado, consistía en ingresar la droga a Argentina, presumiblemente desde Colombia, e introducirla como correo diplomático en la sede de la embajada rusa. Mientras Abyanov ponía a disposición sus beneficios diplomáticos, el policía hacía de nexo entre las partes, por su dominio de idiomas y sus trabajos de seguridad en el edificio. Abyanov, el tesorero, fue enviado a Moscú en julio de 2016, y dejó las maletas en la embajada. La banda intentó tres veces enviarlas a Rusia, sin saber que tanto Buenos Aires como Moscú estaban al tanto de la operación.
El primer intento fue en un avión privado, pero el juez pidió al embajador ruso que pusiera una excusa para evitarlo. El temor era que por tratarse de un vuelo no comercial se perdiese el rastro. La segunda vez fue el policía argentino quien intentó trasladar las valijas en un viaje de instrucción de policías de Buenos Aires a Moscú. Se decidió que llevar el cargamento junto con un contingente de policías sería un problema en Moscú. La operación se realizó finalmente en noviembre, con el tercer intento de los narcotraficantes.
"Vinieron a buscar las valijas, las metieron en una camioneta y aprovecharon una mudanza donde se llevaban un montón de cosas del tesorero de la embajada que se había vuelto a Rusia", dijo la fuente de la investigación. Cuando las maletas llegaron a Moscú la policía rusa detuvo a tres personas que intentaron retirarlas, entre ellas el propio Abyanov. Esta madrugada, la Gendarmería detuvo en aeropuerto internacional de Ezeiza al policía ruso- argentino, que llegó junto con su esposa desde Roma, y a su cómplice local, quien fue a buscarlo. Fin de la película.
El policía de la Ciudad detenido domina cuatro idiomas
El policía de la Ciudad detenido como acusado de integrar la organización narcocriminal que intentó traficar cocaína a Rusia en valijas diplomáticas, domina al menos cuatro idiomas y proveía a un prófugo en Alemania "contactos y facilidades" para sortear los controles aduaneros.
Se trata del subinspector Iván Blizniouk, un ruso nacionalizado argentino que en 2013 ingresó a la por entonces Policía Metropolitana luego de un paso por la Prefectura Naval Argentina (PNA).
Según fuentes de la investigación, el policía cumplía funciones como seguridad privada en la embajada rusa, razón por la cual tenía acceso a la misma, y quedó detenido junto a otros cuatro sospechosos, uno en Argentina y tres en Moscú. Además, prestaba servicios como instructor del Instituto de Formación de la Policía de la Ciudad y era oficial de enlace con Rusia, China y México. También organizaba intercambios educativos y congresos con la embajada rusa de los que, en algunas oportunidades, participaban funcionarios de la Policía Bonaerense y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Por su parte, el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, explicó a la prensa que el efectivo "tenía funciones de enlace" dentro de la organización, "con la particularidad que dominaba muy bien varios idiomas: ruso, inglés, portugués, húngaro...". "Tenía una relación estrecha con gente de la embajada rusa lo que le permitía a los narcotraficantes entrar allí con las valijas", señaló el funcionario de la Ciudad.
Mientras que el informe Ministerio de Seguridad de la Nación detalló que este subinspector proveía al Señor "K", el prófugo buscado en la ciudad portuaria alemana de Hamburgo, "con contactos y facilidades para saltear controles aduaneros y planificaba el envío del cargamento en algún posible viaje de cadetes a Rusia".