La devaluación y la recesión tuvieron efecto en el comercio exterior argentino durante 2018. Por la baja de las importaciones y el leve aumento en el valor de las exportaciones, el déficit comercial cayó a menos de la mitad del año 2017. Igual, el rojo acumulado fue de u$s 3.820 millones, el segundo más alto de los tres años en los que se registró saldo comercial negativo desde 2011. Así lo informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El déficit comercial llegó el año pasado a u$s 3.820 millones
El déficit comercial de 2017 estuvo entre los más altos de la historia argentina, con 8.309 millones de dólares. La crisis cambiaria y su efecto en la devaluación del peso, la disparada inflacionaria y la caída de la actividad económica redujeron el valor de importaciones un 2,2 por ciento respecto del año pasado. Totalizaron u$s 65.441 millones. La retracción del volumen pesó más que la de los precios.
Las importaciones de bienes de capital cayeron 17,9 por ciento, las de bienes intermedios aumentaron 14,6 por ciento; las de combustibles y lubricantes aumentaron 14,1 por ciento; las de piezas y accesorios para bienes de capital cayeron 5,8 por ciento; las de bienes de consumo declinaron un 5,2 por ciento, y las de vehículos automotores de pasajeros bajaron un 16,2 por ciento.
Por el lado de las exportaciones, sumaron u$s 61.621 millones en 2018, con un crecimiento del 5,1 por ciento en valor. El precio de los bienes vendidos al exterior aumentó en doce meses. Los precios aumentaron 5,7 por ciento y las cantidades se redujeron 0,5 por ciento. Por la sequía, las exportaciones de productos primarios se contrajeron 5,4 por ciento; las de manufacturas de origen agropecuario aumentaron 1,5 por ciento, las industriales 9,3 por ciento y las de combustibles y energía ascendieron 69,2 por ciento.
Diciembre con superávit
Este resultado se obtuvo luego de que en diciembre el intercambio dejara un saldo favorable de u$s 1.369 millones, cuando en 2017 mostraba un déficit de u$s 786 millones, informó el organismo. La exportación de trigo hizo un importante aporte a este resultado de la balanza comercial en el último mes del año. Igualmente, según informó el Indec, el intercambio comercial se contrajo 7,5 por ciento en ese período, respecto del mismo de 2017.
En diciembre el intercambio comercial con Brasil, principal destino de las exportaciones, fue de 258 millones de dólares a favor.
En 2018, el comercio con el Mercosur concentró el 23 por ciento de las exportaciones argentinas y el 28,1 por ciento de las importaciones, para arrojar un déficit de u$s 4.209 millones, el segundo en importancia después del registrado con China, de u$s 7.597 millones.
El intercambio con China representó 7,3 por ciento de las exportaciones argentinas y 18,5 por ciento de las importaciones. Las ventas ascendieron a u$s 4.488 millones, con una caída de u$s 118 millones, mientras que las compras ascendieron a u$s 12.086 millones y un retroceso de u$s 242 millones.
Subas y bajas
Durante 2018 las exportaciones de autos subieron u$s 1.638 millones, las de combustibles de origen mineral aumentaron u$s 1.510 millones, las de carne subieron u$s 732 millones y las de cereales u$s 598 millones. La venta al exterior de lácteos subió u$s 254 millones, mientras que la de fundición, hierro y acero aumentó en u$s 211 millones.
Las ventas de pescados y crustáceos, moluscos y demás invertebrados acuáticos aumentaron en u$s 168 millones, mientras que las harina y pellets de la extracción del aceite de soja se incrementaron 153 millones de dólares.
Las mayores caídas de las exportaciones correspondieron a porotos de soja (1.369 millones de dólares), aceite de soja en bruto (876 millones de dólares) y de biodiésel (200 millones de dólares).
En los doce meses de 2018 el saldo de la balanza comercial fue deficitario en 3.820 millones de dólares. De acuerdo al informe del Indec, si en este período se hubiesen registrado los mismos precios que en igual período de 2017, el saldo comercial habría sido deficitario en 4.264 millones de dólares.
Las exportaciones se derrumbaron a partir de abril, cuando por la sequía se redujeron abruptamente las ventas de soja y sus derivados, que explican un 60 por ciento de los productos argentinos al exterior. En contrapartida, la devaluación del peso hizo que las importaciones cayeran un 20 por ciento en promedio a partir de septiembre.