Orgullo de su familia y ejemplo de lucha para poder lograr sus objetivos. La pasión por el fútbol lo llevó a integrarse con la sociedad, cuando la odisea para Gustavo Márquez y Gisela Garay, parecía complicarse pero con ayuda de profesionales lograron encontrar el punto más importante en la vida de Benjamín Alexis Márquez, todo fue a través del deporte más popular del mundo y su fanático por el arco. El pequeño de 11 años padece TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo) no especificado en la rama del autismo y se sumó al plantel de Ministerio, entidad que abrió sus puertas a la integración, para disfrutar de la actividad deportiva y junto a sus compañeros competir en la Liga Paranaense de Fútbol. Una nota reflejada por sección Sin Límites.
Sin Límites: el arco cambió sus días
Benjamín se ganó el respeto de todos y su pasión por el arco llevó a conquistar los corazones de los amantes del fútbol local. El uno de la categoría 2011 dirigida por Walter Pereyra es fanático de Ministerio, su segunda casa que empezó a amar por su papá, quien fue arquero de la entidad y entrenador.
El 18 de mayo, Benjamín, cumplió 11 años y no fue un festejo más para él que lo vivió junto a todos sus compañeros, que con el pasar de los días entienden y comprenden cada expresión del jovencito guardameta, que a pesar de sus dificultades para el habla sabe hacerse entender con todos sus compañeros, familiares y técnicos.
La historia del arquero que superó diferentes etapas, y que gracias a distintos profesionales pudo encontrar soluciones, es un ejemplo para todos los fanáticos del fútbol y Gustavo Márquez, contó a Sin Límites los procesos de luchas que lo llevaron a conquistar un gran objetivo familiar.
“Los primeros años con Benjamín fueron una lucha constante para poder saber específicamente cuáles eran sus dificultades, el principal motivo que nos hizo entender que algo pasaba eran sus enojos y su alejamiento del grupo de los chicos”, contó el papá de Benjamín a Sin Límites.
Gustavo siempre acompaña a su hijo a cada entrenamiento y está agradecido al club, entrenadores y compañeros por cómo reciben al niño en cada jornada.
“Fue todo un proceso que llevó ganar diferentes finales y eso lo logramos como equipo, unidos como familia. Benjamín disfruta de su pasión, que es el arco junto a sus amigos y el encontró su lugar en Ministerio. Sabemos que debemos estar constantemente con él pero día a día nos sorprende como padres como se hace entender con sus amigo y el entrenador, que un gran pilar para él”.
El pequeño arquero empezó a atajar en Ministerio a los 4 años: “El primero en verlo a Benjamín y ayudarnos fue Alfredo Cabeza. El profesor fue de gran ayuda para nosotros. Luego, gracias a la neuróloga Betiana Comas y al psiquiatra, Carlos Pascale, que fueron quienes le engancharon la medicación exacta para el enano y que él pueda disfrutar de la mejor manera cada actividad”.
LA UNIÓN. Los pilares fundamentales en la vida de Benjamín son sus padres y hermanos. En especial su papá, un ejemplo para él en cuanto a su pasión por los tres palos. La pandemia le permitió a ellos ser más amigos y entrenar juntos en su domicilio.
“La pandemia nos permitió trabajar más unidos y disfrutar de entrenamientos en conjunto en nuestra casa. Eso nos ayudó a conocernos más y unirnos como padre e hijo. Benjamín siempre me agradece a su forma todo lo que hacemos por él”, dijo a Sin Límites..
Luego Gustavo dijo a Sin Limites: “Ahí me di cuenta que mi hijo es la prioridad en todos los sentidos. Antes uno se la pasaba trabajando y sin darse cuenta desperdiciaba tiempo junto a Benjamín, hoy me llaman para trabajar en clubes y les digo que no. Ahora prefiero entrenar a mi hijo y verlo sonreír día a día como lo hace con sus compañeros en el club Ministerio, que es su segunda casa donde gracias a su entrenador Walter Pereyra disfruta de sus gran pasión”.