Alumnos de las escuelas de taekwon-do Dojan Robles Guerrero que funcionan en el Club Atlético Oro Verde y en el Sindicato de Camioneros de Entre Ríos, perteneciente a la Asociación Oficial de Taekwon-Do Oficial de Entre Ríos, celebraron el pasado sábado de manera virtual el día del estudiante en medio de la pandemia. La iniciativa, que se desarrolló a través de la sala de messenger que ofrece la aplicación whatsapp, fue organizada por el instructor Paulo Robles Guerrero. El objetivo del evento fue reunir a los alumnos de los citados establecimientos que brindan clases de artes marciales continuar con la fomentación de la formación y los valores que brinda esta disciplina deportiva.
Pandemia: festejaron su día de una manera divertida
Por Matías Larraule
De la jornada participaron 16 niños de entre seis y 12 años. La familia se sumó a esta iniciativa al integrarse y participar de los juegos recreativos que se desarrollaron a lo largo de los 60 minutos. Las risas se lucieron en los rostros de padres e hijos que, a través de la virtualidad, volvieron a acercarse y a vivir en comunidad en tiempos de pandemia de covid-19 con quienes comparten la pasión por el arte marcial.
“Buscamos muy objetivamente motivar y contener a los chicos, darle un reconocimiento del día de los estudiantes porque así los consideramos a nuestros alumnos. Ellos no solamente son chicos que practican un deporte, sino que se preparan, estudian y están continuamente en un aprendizaje evolutivo. Por suerte salió una jornada hermosa”, relató Paulo Robles Guerrero, en diálogo con Ovación.
En la celebración se desarrollaron actividades relacionados al deporte, pero el eje estuvo focalizado en la recreación y diversión. La participación de todo el grupo familiar le dio un condimento especial a la jornada. “Se realizó una entrada en calor al inicio para luego pasar a desarrollar las actividades programadas. Los juegos fueron sencillos y clásicos, como transportar una papa en la cuchara, actividades de equilibrio y coordinación. También hubo juegos de disociación corporal donde participaron los padres. La coordinación de las personas grandes y la de los chicos abrió espacio a la diversión y a las risas. También hubo un momento en el que todos nos disfrazamos. Ahí los chicos utilizaron pelucas, anteojos, antifaces”, narró el instructor.
La pandemia impidió la práctica del deporte colectiva. Como sucedió en todos los ámbitos, las clases dejaron de brindarse en forma presencial para ingresar al escenario de la virtualidad. En esta realidad algunos alumnos decidieron abrir un paréntesis. Con esta jornada Robles Guerrero buscó fortalecer los vínculos humanos. Que la relación de amistad se sostenga entre los pequeños.
“Trabajo mucho en fortalecer los grupos ya que los chicos adquieren sentido de pertenencia del lugar donde realizan y practican taekwon-do. Y lo mismo sucede con los padres. Mi idea es que ellos se puedan contactar, puedan compartir momento de distensión. Por eso el objetivo fue bien puntual y se cumplió”, valoró.
Paso adelante. Maximiliano y Emanuel Szenborn Lezama son dos hermanos mellizos de 9 años que integran la escuela que funciona en el Club Atlético Oro Verde. La pandemia no frenó su derrotero en el taekwon-do. Este lunes dieron un salto al aprobar el examen evaluado por el Maestro Enrique Godoy que les permitirá recibir el cinturón azul punta roja (tercer gup). “Ellos practicaron los últimos seis meses de forma continua. Tomaron dos clases obligatoria por semana. A su vez enviaban videos en forma informal y realizaban consultas constantes. Son chicos que llevan cuatro años entrenando conmigo, cuentan con una base formada y se le puede trasmitir conocimientos técnicos a través de las redes, cosa que no sucede con quienes recién inician”, explicó Robles Guerrero. “Tienen esa disciplina de ir superándose y entienden que la práctica es la única manera de ir avanzando. Son muy responsables”, cerró.