Dos nuevos DJ dejan su marca en Luz Cámara y a Jugar. Uno es Nicolás Antuán, referente y pionero de la música electrónica en Paraná y Santa Fe. El otro es Leonardo Premaries, un paranaense que está dando sus primeros pasos en este mundo.
Luz, Cámara y a Jugar: Nicolás Antuán y Leonardo Premaries
Por Andrés Martino
Nicolás, de 44 años, vive en Santa Fe, pero su infancia la llevó a cabo en San Cistóbal. Sus inicios en la música electrónica se dieron en el 99 bajo el género house, pero luego fue pasando por varios estilos más como el progressive, tecno y minimal. Leo es paranaense y toca desde el 2018 fundamentalmente progressive.
Ambos contaron cómo es y fue su vínculo con el deporte. “Siempre fui curioso del karate de chico, pero me faltaba algo porque no me complementaba entonces cuando en mi ciudad aparece el taekwondo con un profesor de la Escuela WTF arranco de chico a practicar”, sostuvo Antuán y prosiguió: “Participe en muchos torneos y además hice muchos otros deportes como pádel, básquet, aunque no lo crean, y fútbol, pero con el taekwondo fue con lo que me quedé”.
Nico dejó algunas disciplinas deportivas, pero hay otras que tiene en mente reactivar. “Con taekwondo estuve en la WTF en su momento y cuando me voy a Paraná arranco en el Amalia Ruiz con el ITF donde tuve que cambiar algunas cosas, pero me adapté y tuve algunas participaciones con podio en el Echagüe por ejemplo. Era cinturón negro, pero como el ITF tiene otras reglas debía rendir como tipo exámenes. Después básquet hice en San Cristóbal donde dos grandotes me hicieron trampa, me chocaron y me rompieron el ojo y ahí nunca más. Fútbol hice en Ferrodo y San Cristóbal de chico. Y en la actualidad en los papi fútbol con los padres de los nenes que van a la Escuela Los Gurises. Lo hice hasta la pandemia, pero después me arruinó como a muchos (risas). Ahora vamos a volver al fútbol y capaz al taekwondo, pasa que este último requiere de mayor disciplina. Hay que tener una rutina semanal”.
Como a todos o casi todos los artistas, conjugar la noche con el deporte se hace difícil. “Yo cuando empiezo a salir los viernes a la noche también se entrenaba taekwondo con el profesor íbamos a las tertulias con una coca y algunas tutucas, todo muy nuevo, pero después se va complicando y en uno de los torneos ya lo hice como Maradona en el 86”.
Por su parte Leonardo y como en todos los casos antes de encontrar su deporte, pasó por el tradicional y popular fútbol: “En la infancia hice fútbol en Los Toritos, quien no pasó por los Toritos. También jugué en Paraná. Después hice hóckey sobre patines en Recreativo y también básquet un tiempo en el CAE. Luego sí ya me dediqué a la natación”, narró y más adelante contó que fue lo que logró hacer en el mundo acuático.
“En la natación estuve mucho y fue donde más tiempo estuve dedicándole a algo. La natación es muy sacrificada cuando arrancan las pretemporadas o cuando se acercan el verano y vienen las competencias de aguas abiertas que era a lo que me dedicaba yo. Se entrena tres turnos. Se arranca a las 6 de la mañana y encima hay que sumarle el trabajo porque uno no es un pendejo que se puede quedar durmiendo. A la siesta vas de nuevo a entrenar y a la noche gimnasio, completo. Hice la Villa Urquiza-Paraná unas tres o cuatro veces, después hice una que estuvo increíble que fue nadar en aguas frías en Bariloche sin traje de neoprene en invierno. Fue en el lago Nahuel Huapi. Ahí representé a Entre Ríos porque fue un Argentino de aguas frías. El lago a 3 grados, a eso no lo volvería hacer porque es muy doloroso”.
Premaries, más allá de estar inmerso en el mundo de la noche, no deja el deporte de lado: “Dejé de nadar profesionalmente porque una cuestión de tiempo y desgaste, estaba muy enfocado en lo laboral y me fui para eso lado. La música fue mi cable a tierra de todos los problemas laborales que venía teniendo. Hoy en día sigo entrenando, siempre voy a un gimnasio y tengo la meta de volver a nadar porque quiero hacer algunas competencias cortas que hay en río en el verano. Ya le dije a mi entrenador que es Andrés Solioz que quiero volver”.
Tanto el arte marcial como la maratón a ambos les enseñó como moverse luego dentro de la música. “Nos dio mucho. Nosotros siempre remarcamos el tema de la técnica, de que uno en muchas ocasiones te pueden pasar cosas, pero si uno aprende y se forma desde los detalles técnicos es algo que nunca se va. Acá hay que practicar, es como el que jugó al futbol de chico y lo deja. Cuando vuelve con la disciplina no le cuesta. Eso es la base de todo, perfeccionar la técnica. Somos detallistas”, aseguró Nicolás.