La reciente contratación de Nicolás Albarracín generó polémica en barrio Villa Sarmiento. En 2019 Natalia Camilo, expareja de la flamante incorporación de Patronato, denunció al futbolista uruguayo por violencia de género. “Fue la etapa más fea de mi vida, la más oscura”, describió la modelo al portal Enfoque Propio.
La llegada de Nicolás Albarracín a Patronato generó polémica
El mediocampista ofensivo arribó a Paraná el viernes. El domingo observó desde el sector de plateas la victoria de sus nuevos compañeros frente a Sarmiento de Junín. Celebró el éxito junto a sus nuevos compañeros en la zona de vestuario. Por la noche, y en silencio, la entidad oficializó en las cuentas oficiales el acuerdo con el jugador que llega a préstamo proveniente de Plaza Colonia, líder del Torneo Apertura del Fútbol uruguayo.
La causa fue cerrada y archivada por la Justicia del país limítrofe. Por este hecho Albarracín no fue imputado ni condenado. Pero al momento de negociar generó interrogantes en la dirigencia del Rojinegro. Así lo expresó Esteban Quinodoz, presidente en ejercicio de Patronato. “No fue una contratación a la ligera, sino que fue un proceso complejo que terminamos de decidir”, explicó, en declaraciones a La Fiesta del Fútbol.
Quinodoz recordó el antecedente de violencia de género que se vivió en la centenaria institución, que fue protagonizada por Lucas Mancinelli. En ese entonces, el futbolista fue licenciado y luego se rescindió el vínculo laboral.
“En aquella oportunidad de inmediato nos pusimos a disposición de la denunciante porque entendíamos que si era víctima necesitaba de todo nuestro apoyo y protección porque de esa manera es como se ejercen los derechos para protección de personas”, remarcó el directivo.
“En aquel momento no teníamos previsto en nuestros contrato situaciones como esas. A partir de esa experiencia comenzamos a estudiar y perfeccionar nuestros contratos. Hoy, en nuestro contrato, con todos los jugadores, prevemos esta situación. Le damos una definición para que el contrato pueda rescindirse y que el jugador pueda irse sin tener el club que abonar ninguna indemnización. Pero no solamente hemos incorporado situaciones de violencia de género, sino otras que son graves y no se hablan y están presentes en la cultura general y en el mundo del fútbol como la discriminación, el hostigamiento, la violencia psicológica, el acoso, el abuso sexual. Albarracín lo sabe porque está en el contrato y porque lo hablamos”, afirmó.
Además, Quinodoz indicó que hubo conversaciones con pares de otras instituciones para analizar el escenario. “Por sugerencia de quienes tienen más experiencia, como es el departamento de violencia de género y el departamento de la mujer del club Vélez Sársfield, incorporamos en este caso particular y calculo que quedarán para siempre, algunas otras cláusulas que permitirán mejorar el perfil del jugador mediante talleres que serán una ayuda para este y para otros jugadores. Hemos tomado esas precauciones para evitar cualquier inconveniente, pero queremos dejar en claro que el jugador es una persona, por lo que hemos hablado con él, correcta, que tiene la capacidad de reconocer sus errores y la voluntad de no repetir”.