A lo largo del campeonato no mostró argumentos futbolísticos convincentes. Tampoco contó con una regularidad de resultados positivos. Su suerte siempre estuvo ligada a las chances matemáticas, la diosa fortuna y a la estructuración de un certamen ilógico que entregaba 10 ascensos. A Patronato le sonó el despertador y lo despertó de un sueño de ascenso carente de sustentos. Se proclamó desde lo dialéctico, pero no se defendió en el campo de juego. El Rojinegro cayó sin atenuantes ante Crucero del Norte por 3 a 0, en el marco de la 21ª fecha del Torneo de Transición de la Primera B Nacional y quedó sin posibilidades de acceder al círculo privilegiado en el fútbol argentino en 2015. Gabriel Tomassini y Gabriel Ávalos –2– marcaron los goles del conjunto misionero que es de la A.
En 2015 Patronato seguirá en el Nacional B
Por encima de la necesidad de tener que buscar una victoria, ninguno de los equipos mostró un juego ampliamente ofensivo en el arranque. La leve superioridad del dueño de casa se reflejaba en su intención de instalar las acciones en territorio enemigo.
El desarrollo del discreto encuentro se daba lejos de los arcos. Un tibio remate de Ávalos de 30 metros exigió el primer revolcón del Bértoli en su área para contener en dos tiempos cuando iban cuatro minutos. Patrón mostraba como interesante la movilidad permanente de Leonardo Acosta y el adelantamiento de Lautaro Geminiani por derecha. Cuando los dos se asociaron armaron una buena jugada, que derivó en un centro que Gastón Caprari dilapidó cabeceando, en soledad, de manera muy débil.
La ruptura del cero llegó cuando ninguno había acumulado méritos. A los 16’, cuando Dardo Romero lanzó un centro largo que encontró a toda una defensa estática mirando lo amenazante del cielo de Garupá, reclamando un off side inexistente y a Tomassini, ingresando por la puerta de atrás para meter un frentazo incontenible para Sebastián Bértoli.
Las chances en Patringa de ganar y esperar un milagro, comenzaron a diluirse tempranamente teniendo en cuenta que cada vez que arrancó perdiendo nunca pudo revertir la cuestión –un empate en Floresta con All Boys, puede considerarse como excepción–.
La falta de generación de juego volvió a poner en evidencia que la determinación equivocada de Marcelo Fuentes de armar un cuadrado en la mitad de la cancha con jugadores con mayor capacidad para la obstrucción y escasas ideas a la hora de generar. Marcelo Guzmán, en un arresto individual, fue el único capaz de disimular la ausencia de pensantes cuando rompió en el uno contra uno, pero la interposición de Rosso evitó la conquista.
De allí en más la primera parte se consumió entre un Rojinegro con mayor posesión de pelota, pero repitiendo la falta de profundidad que lo distinguió a lo largo de la competencia. Cada vez que pudo vulnerar la resistencia defensiva del local, encontró en Caprari como un definidor sin convicción.
SEGUNDO TIEMPO. Con el afán de darle pausa y creatividad Fuentes mando a la cancha a Fernando Gutiérrez por Guzmán. Pero Guti ni siquiera se había acomodado en cancha, cuando en muestra de manejo del manual del contragolpe, Gabriel Ávalos ingresando por izquierda clavó un 2 a 0 que resultó lapidario.
De allí en más, solamente fue cuestión de esperar que los minutos pasaran para que el fracaso anticipado, tomara forma de oficial. Más aun cuando Ávalos con todo el Santo regalando espacios anotó el 3 a 0.
La amplia ventaja hizo que el Colectivero se relajara y levantara el pie del acelerador permitiéndole al conjunto entrerriano generar algunas opciones frente al arco de Caffa que lo hicieron merecedor del honor.
Con mucho por jugar, pero sin siquiera dar una muestra mínima de rebelión futbolística, Patronato dio la imagen de equipo abatido. Ni siquiera se puede hablar de vergüenza deportiva, porque no la hubo.
El inevitable camino del adiós se comenzó a transitar sabiendo que se dejó pasar una posibilidad única e irrepetible.
Más allá de que quede pendiente el partido con Unión, que no cambiará para nada la cuestión nadie debe detenerse a pensar en el mismo, solo a analizar qué parte del fracaso les corresponde.
No se descubre nada diciendo que Fuentes es el gran responsable de esta pésima campaña. Pero están los que avalaron su llegada, aun desde el silencio que también es cómplice.
Los jugadores que estaban y los que llegaron en calidad de refuerzos para conformar un “plantel competitivo” no pueden eludir el porcentaje de culpa que les pertenece.
Cada una de las partes involucradas en la causa no debe tirar la pelota afuera y entender que sus determinaciones hacen de Patronato un equipo del Torneo Nacional 2015.
Las claves
*la estructura. El desarrollo y el resultado mostró la equivocación de Fuentes al armar una mitad de cancha con cuatro volantes centrales.
*sin compromiso. Como contra Santamarina de Tandil, los jugadores parece que nunca entendieron que se jugaban una posibilidad de seguir peleando por el ascenso.
*golpes justos. Los que dio Crucero apenas cruzado el cuarto de hora y en el arranque del complemento. Fueron determinantes.