Exequiel Suárez está cumpliendo el sueño del pibe, el que todos desean y añoran desde chicos. Tiene tan solo 13 años, juega de segundo marcador central, defendió los colores de Nebel en Concordia, su ciudad natal, y actualmente se desempeña en Independiente de Avellaneda, uno de los cinco grandes del territorio nacional.
"El sueño es que mi mamá me vea triunfar"
La frase es del concordiense Exequiel Suárez, quien hace un año está en el Rojo y viene de consagrarse en Miami.
3 de enero 2017 · 09:08hs
En febrero cumplirá un año de estadía en el Rojo, equipo con el cual viajó a Estados Unidos y salió campeón de su primer torneo internacional.
El 22 partirá nuevamente rumbo a Buenos Aires para seguir alimentando su sueño, ya que el 23 debe presentarse a los entrenamientos con su categoría, la 2003.
Pero antes de partir, el juvenil habló con Ovación. "Un día estaba en casa y llegó mi mamá muy contenta y me dijo que me querían llevar a una prueba. Yo le dije que no porque no me tenía fe. Mi mamá me dijo entonces andá igual hasta que un día le hice caso y fui. Me hicieron la primera prueba y me dijeron que tenía que volver. Me pidieron todos los datos personales. La prueba fue en Buenos Aires", contó el entrerriano respecto de su primer test para ingresar al Rojo.
Luego de convencer a los entrenadores llegó la noticia tan ansiada. Suárez quedó en Independiente, pero las sensaciones fueron encontradas. "Cuando me dijeron que quedaba al principio tuve mucha felicidad y después un poco de tristeza porque no me quería alejar de mi familia. Tenía mucha felicidad de que iba a jugar en un club grande, pero estaba triste porque iba a dejar mi familia", comentó.
Volviendo a la prueba futbolística, Suárez recordó: "El primer día me sentí muy nervioso, el segundo di todo lo que tenía, el tercero también y ahí fue cuando me dijeron si me gustaría ser jugador de Independiente".
"Yo me siento muy bien de arriba, con los cabezazos. Con la marca soy duro y los mato a todos menos a los chiquitos que son difíciles de marcar. Uno cuando es grande no quiere marcar a uno chiquito porque se mete por todos lados y no sabes dónde va a ir. Es mucho más difícil marcar a un delantero chiquito que a uno grande. Cuando te toca uno grande es otra cosa porque te dan ganas de ir al choque y al roce", se describió Exequiel respecto de su juego, y agregó: "Yo me fui con 1,75 metros y ahora tengo 1,80. Estoy bien allá gracias a Dios. Son muy exigentes, nada que ver a lo que era acá".
Con un año de estadía en el Rojo y además de atender el certamen local, Suárez ya tuvo la chance de realizar su primer viaje internacional. ¿El destino? Miami.
"Fui a Miami. La verdad que para mí fue raro porque estaba nervioso ya que era la primera vez que viajaba en avión, pero después con todo el apoyo que me dio mi familia pude disfrutar de todo", contó, y prosiguió: "Encima salimos campeones. Ganamos ahí y ahora viajamos a Portugal este año y si repetimos el título y damos una buena nota después viajamos a España. Se viene un lindo año por delante".
Es chico, la carrera recién se está gestando, pero como todo pibe tiene una meta por cumplir.
"El sueño es llegar muy alto y que mi mamá me vea triunfar. Quiero llegar a debutar en la Primera de Independiente y después veremos. Mi vieja me va a ver todos los meses que puede, me ve jugar y eso es muy lindo", finalizó.