Los profesores de la escuela del CAE reconocieron que, cuando los tenistas profesionales ganan, los alumnos llegan súper motivados a jugar.
El semillero necesita un triunfo resonante
En la previa a la final, los profesores de la escuela del CAE hablaron de la importancia para los chicos un buen resultado.
25 de noviembre 2016 · 09:32hs
En la escuela de tenis del Club Atlético Estudiantes, un grupo de niños y niñas, juegan a jugar al tenis.
Los profesores van y vienen tratando de inculcar la técnica y esperando que los precoces deportistas mantengan las ganas de pegarle con sus raquetas a las pelotitas verdes que, por momentos, invaden las canchas de polvo de ladrillo.
Hace calor y muchos de ellos salieron de la escuela y ahora están tomando las clases de tenis. Algunos cruzan la puerta de alambres, se sacan las medias teñidas de rojo por el polvillo y la transpiración, se calzan las zapatillas y van a practicar otro deporte. Este año fue particular para las escuelas de tenis, en la ciudad, la provincia y el país.
En Paraná, el primer trimestre llovió mucho y luego se vinieron fríos crudos que alejó a los chicos de las canchas.
Los precios de las raquetas subieron al ritmo de la inflación y la cuota de tenis suma en las economías familiares.
El tenis es un deporte tan lindo como individual. Los costos suben porque todo se divide por uno. Cuando mejor jugás, más lejos tenés que viajar y muchas veces para quedar afuera en la primera ronda.
En el CAE tiene dos jugadores que nacieron tenísticamente en la escuela y ahora se están midiendo con los mejores de su categoría en el país: Ivo Ascensio y Elías Gruber.
Son dos tenistas entre los 150 jugadores en promedio que tienen por año. En la escuela, que coordina Guillermo Acuña y tiene a los profesores José Martín Benvenuto, Isidro Palacios y Germán Deshayes, saben que la situación es similar en todos los clubes del país.
Una de las explicaciones se encuentra en que prácticamente no hay referentes argentinos en el tenis mundial, salvo la gloriosa vuelta de Juan Martín Del Potro.
"Cuando volvió Del Potro a ganar, se anotaron 15 chicos a la escuela", explicó a UNO el profe José Martín Benvenuto.
Ellos saben que cuando los chicos ven a un tenista ganar se motivan. Los años de gloria de La Legión fue el ejemplo más fresco. Ahora el semillero del tenis argentino se encuentra en una meseta que se puede expandir con un triunfo resonante, que sería, por ejemplo, ganar la Copa Davis.
"Nosotros queremos que Argentina gane porque amamos el tenis y además porque sabemos que para nuestro trabajo será importante", coinciden los profesores.
Producción periodística: Juan Manuel Kunzi.