En silencio Bruno Urribarri dijo “hasta acá llegué”. Lo hizo sin anuncios públicos previos. Comunicó la decisión a su círculo íntimo. La familia fue la primera en recibir la novedad. Luego compañeros de plantel de Patronato e integrantes del cuerpo técnico que encabeza Iván Delfino. Tuvo la posibilidad de cerrar el ciclo en cancha, pero entendió que no era el momento indicado para hacerlo. La causa colectiva era más importante que el aspecto individual.
Bruno Urribarri: "Soy un pibe de 35 años con toda la vida por delante"
Por Matías Larraule
A los 35 años cerró una etapa que inició en plena adolescencia. El periodo inició a los 13 años cuando dejó Concordia para comenzar a perseguir una ilusión. El sueño de transformó en realidad. Defendió los escudos de Boca Juniors, Argentinos Juniors, Asteras Trípolis de Grecia, Colón de Santa Fe, River Plate, Atlético Rafaela, Tigre y Patronato. Ahora es momento de disfrutar de la familia. De no estar pendiente del calendario. De hacer “lo que pueda y quiera”, como el exmarcador de punta remarcó. Pero especialmente, disfrutar de la familia para devolverle el tiempo que el deporte más popular le demandó. Asimismo, aseguró que todo el esfuerzo y camino transitado valió la pena.
—¿Cuándo tomaste la decisión?
—El primer sentimiento fuerte fue antes de renovar el último contrato. En plena negociación encontré una situación que me desgastó mucho y no quería vivirla ni atravesarla. Ahí tuve el sentimiento de decir “me parece que este será el último contrato que firmo”. Después el desenlace, con la pretemporada con Gustavo Álvarez, con toda la responsabilidad de la capitanía y el mal momento del equipo, la llegada de Iván, los pocos minutos que tuve en cancha. Fueron situaciones que fueron conduciendo un poco a decir “hasta acá llegué”.
—¿El tiempo te permitió elaborar el proceso y no sentir el vació que se genera al cerrar una etapa?
—Sí, pero nada quita que, de acá a dos, tres meses, sienta la necesidad de entrenar, compartir un vestuario y todo lo que significa ser jugador profesional. A los 13 años me fui de Concordia en busca de un sueño y todo lo que después me trajo esta carrera no es fácil de olvidar y mucho menos de dejar de extrañar. Pero si hay que aplicar el sentido común y hacerle caso a lo que siento y pienso. En eso me basé para tomar esta decisión en este momento. Físicamente estoy en óptimas condiciones y puedo competir, pero quizás no tenía la fuerza para encarar todo lo que conlleva esto y más en un club que aprecio tanto.
—¿Disfrutaste más los últimos meses?
—Sí y no. Era el primer en llegar y disfrutar esa mañana previa al arranque de entrenamientos, ir al gimnasio todas las mañanas, conversar con todos los muchachos. Todo eso disfruté. Y no lo disfruté desde el aspecto netamente futbolístico en minutos. Esa adrenalina que siempre está a la hora de salir a una cancha no la tuve en este último semestre.
—¿Si hubieras tenido más oportunidades hubieras pensando en estirar la carrera?
—No lo puedo asegurar, pero seguramente mis sentimientos y pensamientos conducirían a otra decisión o no. Está claro que la falta de minutos y no ser importante dentro de la cancha para el proyecto del técnico influyó. Vivimos de la competencia, del querer jugar y no tener eso latente es más que un detonante para tomar la decisión.
—¿Te hubiera gustado sumar minutos en el último partido?
—Tuve la posibilidad de hacerlo. Más allá de las diferencias que tuve con Iván (Delfino), tuvimos una excelente relación, y me propuso concentrarme y ponerme los últimos minutos contra Gimnasia, pero creí que no era lo indicado. No necesitaba ese mimo. Quizás si no era la circunstancia de mi retiro el técnico no optaba por mi inclusión. .Le dije que eran tres puntos importantes, lamentablemente empatamos, que piensen lo mejor para el equipo y no en mi porque estaba tranquilo y en paz.
—¿Que observás al mirar por el retrovisor?
—Veo mucho crecimiento, aprendizaje, errores, aciertos. Es un tesoro porque puedo recordar muy bien cada momento que fue clave en mi vida, en lo futbolístico y en lo personal, para ser quien soy. Siento que recontra valió la penal el esfuerzo y el camino. Fueron 22 años y las cosas que ocurrieron en ese tiempo, las personas que conocí. Lo debo todo al fútbol, le debo conocer muchos lugares en el mundo, le debo sentimientos muy fuertes que quizás no lo tenga más en mi vida. Siento que en los últimos años de mi carrera traté de volcar todos esos aprendizajes en pos de disfrutar un poco más, decirle a la gente que recién arranca lo importante que es todo. Y en lo personal me ayudó a crecer un montón en otros aspectos.
—¿Tenés planificado el futuro?
—Si, pero no cierta certeza o seguridad en que, pero si tengo ganas varias cosas. Por lo pronto quiero aprovechar los fines de semana para hacer lo que pueda y quiera. Ver a mis hijas sin tener el fixture al lado. Eso es un montón para mi. Estoy en eso y en muchas cosas relacionadas al deporte que puedan ir surgiendo. Estamos viendo. Mi energía estará disponible para otras cosas.
—¿El fútbol está en los planes?
—Si bien es un mundo muy atrapante y es difícil salir de la burbuja, hay muchas cosas de las cuales reniego que quizás me frena para decir con seguridad que me gustaría hacer tal cosa. Me gusta lo que es ser mánager, lo que es intermediario, representante, pero no del lado empresario sino desde el lado humano y tender puentes. A mi me lo tendieron y me gustaría dar ese tipo de ayuda a chicos que no tienen esas herramientas.
—Seguís definiéndote como futbolista o ya decís que sos exfutbolista?
—No tengo problemas con eso, hay que asumirlo y llevarlo con naturalidad. Soy un pibe de 35 años con toda la vida por delante. Su tengo que decir que soy exjugador, lo digo con mucha naturalidad y honra sin lugar a dudas.