Boca Juniors venció ayer a River Plate por 2-1, como visitante en El Monumental, en un Superclásico vibrante que tuvo de todo y se afirmó como líder de la Superliga con 9 puntos de diferencia con sus perseguidores, y a 12 de su eterno rival. El colombiano Edwin Cardona y el uruguayo Nahitan Nández marcaron los goles del equipo dirigido por Guillermo Barros Schelotto a los 41' del primer tiempo y a los 72', respectivamente, para sellar la octava victoria seguida del Xeneize en el campeonato. El capitán de River, Leonardo Ponzio, había igualado transitoriamente.
Boca lo gritó bien fuerte
El Xeneize le ganó 2-1 a River Plate en El Monumental. Cardona, de tiro libre, y Nández marcaron los goles.
5 de noviembre 2017 · 23:30hs
El árbitro Néstor Pitana expulsó a Ignacio Fernández, de River, a los 37' del primer tiempo por una falta sobre Cardona, quien a los 16 del segundo recibió la roja por un supuesto codazo a Enzo Pérez, según la seña que hizo el árbitro.
El Superclásico número 200 del profesionalismo tuvo de todo: golazos, emoción, expulsiones y como ganador al equipo que predomina en el historial, ya que Boca consiguió su 74ª victoria y le sacó 10 de diferencia a River.
Además, el conjunto dirigido por Barros Schelotto extendió la buena racha en Núñez, donde perdió por última vez hace siete años. Ya pasaron siete partidos desde aquella caída, con cuatro triunfos boquenses y tres empates.
River no se pudo recuperar del duro golpe que significó la eliminación en semifinales de la Libertadores y quedó muy lejos de su rival en la Superliga.
Al Millonario le queda la semifinal de la Copa Argentina ante Morón, el domingo en Mendoza, pero cerrará una segunda parte del año irregular que habrá que ver si alcanza para convencer a Marcelo Gallardo de afrontar el 2018 en el banco de suplentes.
En un primer tiempo electrizante, River fue superior a Boca pero tuvo un minuto trágico ya que la falta provocada por Fernández derivó en el golazo de tiro libre del volante colombiano.
No le gustan las comparaciones a Cardona, lo dijo cada vez que pudo, pero esa pegada excelsa y la camiseta número 10 en la espalda agigantan las similitudes con uno de los máximos ídolos de Boca, Juan Román Riquelme. Su gol, el tercero en su primer temporada en el fútbol argentino, fue a lo Riquelme. Poca carrera, un poco más al medio del recordado gol a Roberto Bonano en la Libertadores del 2000 pero mismo final: la pelota al ángulo superior del palo izquierdo de Germán Lux, quien nada pudo hacer para evitarlo.
El nerviosismo de los jugadores Millonarios quedó demostrado al final del primer tiempo cuando la mitad del equipo increpó a la terna arbitral por la expulsión de Fernández.
El más desencajado fue Enzo Pérez, de flojo partido y amonestado, que le dijo de todo a Pitana y expuso toda la impotencia de River antes de meterse en el vestuario.
River había hecho un primer tiempo correcto con dominio en los primeros 10' y desde los 20' hasta la fatídica jugada de Fernández.
Con un buen nivel de Gonzalo Martínez por derecha y de Ariel Rojas por izquierda, le hizo pasar un mal momento a Boca que, sin juego y con pocas aproximaciones, tuvo un exagerado premio al irse al descanso como ganador.
La segunda parte encontró a Boca en su campo, parado de contraataque y tratando de aguantar la embestida del dueño de casa. Sin embargo, la historia cambia porque Boca tiene en Cardona a un jugador irregular. En una jugada confusa, recibió su segunda expulsión en las primeras ocho fechas.
Para un mediocampista ofensivo, es demasiado. El partido del colombiano se encaminaba a ser consagratorio pero una acción evitable complicó el trámite porque unos minutos después llegó el golazo de Leonardo Ponzio. El capitán y emblema del ciclo exitoso de Gallardo sacó un tremendo remate que se metió pegado al palo derecho de Rossi.
El equipo del Mellizo tenía todo en contra porque carecía de juego y parecía encaminarse a perder el invicto con el que había llegado al Monumental.
Pero en una jugada aislada se inspiró el capitán Pablo Pérez con un pase preciso para el uruguayo Nahitan Nández, quien se convirtió en el héroe inesperado en su primer Superclásico: le pegó de aire al primer palo para marcar el segundo gol.
Boca debió haber liquidado el encuentro de contraataque pero falló en las tres oportunidades por malas decisiones de Pavón, y en la último el tiro de Fabra se fue apenas desviado.
En un Superclásico cambiante, Boca se llevó una victoria importantísima -la octava seguida- en su camino a un nuevo título local y para afrontar la primera parte de la Copa Libertadores 2018 con más tranquilidad.