"Delincuentes"
Algunos de los temas tratados por Trump con los militares luego los amplió en la rueda de prensa, donde el mandatario afirmó sin aportar pruebas que al menos 500 delincuentes se esconden entre los migrantes de la caravana. "Espero que no tengan que hacerlo, pero no tengo otra opción" porque se trata de "personas rudas", señaló a los periodistas. El mandatario advirtió que tiene "pruebas creíbles de la inteligencia" estadounidense que indican que miles de migrantes de la caravana "pueden provocar incidentes de violencia y desorden". Trump también amenazó ayer con cerrar la frontera suroeste por un período de tiempo que no desveló si su administración determina que México perdió el "control" de su lado de la valla y no es capaz de detener el "asalto" de la caravana. El presidente detalló que firmó la orden hace dos días y que entonces ya cerró "parte de la frontera". Advirtió que se podría cerrar su totalidad si aumenta el conflicto con los migrantes.
Trump hizo referencia a la caravana de migrantes acampados en la ciudad mexicana de Tijuana, a la espera de cruzar la valla hacia el lado estadounidense después de haber viajado miles de kilómetros desde países como Honduras, Guatemala o El Salvador, entre otros, durante una marcha que se inició semanas antes de las elecciones de medio mandato. Para Trump es un escenario "realmente malo". "Si vemos que llega a un nivel en el que perdemos el control o la gente resulta herida cerraremos la entrada al país por un período de tiempo, hasta que podamos tener todo bajo control. Toda la frontera", declaró, y agregó que si toma la decisión de clausurar los pasos, eso frenará el intercambio comercial y "México no podrá vender sus automóviles en Estados Unidos".
La directiva o memorando, una orden presidencial que puede mantenerse en secreto, no va firmada por el propio presidente sino por su jefe de gabinete, John Kelly. En ella, se autoriza al "personal militar del Departamento de Defensa" a que "tome las acciones de protección militar que el secretario de Defensa considere necesarias". Ya en la campaña electoral de las elecciones parciales del 6 de noviembre, Trump prometió que permitiría a los soldados disparar si se veían atacados por los miembros de las caravanas, unos convoyes a los que se refirió como "una invasión".
Limitaciones legales
Esta orden supone una novedad porque, aunque el ejército tiene la potestad de defenderse de ataques, existen limitaciones sobre acciones de defensa de civiles, como son los agentes de fronteras. De hecho, emplear al ejército para funciones de gobierno civil es una violación de una ley de 1878. Esa ley,titulada Pose Comitatus, sí permite que el presidente "emplee la fuerza militar para ahogar insurrecciones o garantizar que se respete la autoridad federal", es decir, en casos de invasión, rebelión o golpe de Estado. Según sostuvo un vocero de la Casa Blanca, Hogan Gidley, en un correo electrónico: "Los valientes hombres y mujeres en el Servicio de Protección de Aduanas y Fronteras se colocan voluntariamente en situaciones extremadamente peligrosas todos los días para proteger a los estadounidenses y sus familias. La autorización del presidente garantiza que el Departamento de Defensa pueda intervenir para proteger a quienes nos protegen".
Desde hace semanas, el presidente critica con dureza a las tres caravanas de migrantes de centroamericanos que atraviesan México de camino a Estados Unidos en busca de un futuro mejor. En su mayoría huyen de la miseria y la violencia en sus países de origen y quieren pedir asilo en territorio estadounidense. El mayor grupo con varios miles de personas llegó hace días a Tijuana, ciudad fronteriza con la estadounidense San Diego, en California. En la actualidad, unos 4.700 migrantes se encuentran ya en Tijuana, y cientos más quieren llegar.
Esta semana, un juez federal prohibió temporalmente al gobierno aplicar un decreto emitido por Trump a principio de mes que denegaba la posibilidad de asilo a migrantes que ingresen a Estados Unidos de manera ilegal por la frontera sur, contraviniendo a las leyes inmigratorias del país. El magistrado hizo lugar a un recurso de organizaciones de derechos civiles que argumenta que la ley de inmigración estadounidense claramente permite a cualquier persona pedir asilo aun si entra al país entre puntos de acceso oficiales y bloqueó la aplicación de la medida mientras la Justicia resuelve el caso, lo que molestó terriblemente a Trump.
"No tenemos jueces de Obama"
El titular de la Corte Suprema John Roberts, quien hasta ahora evitó responder a los ataques de Trump contra él y otros jueces que fallaron en su contra, emitió un comunicado en el que defendió la independencia judicial y contradijo la afirmación de Trump de que los jueces responden a partido del presidente que los nomina. "No tenemos jueces de Obama ni de Trump, jueces de Bush ni jueces de Clinton", dijo Roberts.