En dos meses se volverá a escribir un nuevo capítulo en la historia de The Wall, la icónica ópera rock publicada por Pink Floyd en 1979. Pocos discos tuvieron una vida tan larga e intensa como este: a través de sus canciones Roger Waters exorcizaba sus demonios personales de joven ídolo de masas desencantado con el vacío de la fama. Sus miedos levantaban un muro entre él y el mundo que al final del disco se derribaba humanizándolo de nuevo.
The Wall se llevó a los escenarios por primera vez en 1980 y revolucionó la idea de lo que podía ser un espectáculo de rock. En 1982 se convirtió en una película de culto de la mano de Alan Parker y Bob Geldof, que interpretaba el papel del joven y atormentado Pink.
Waters abandonó Pink Floyd en 1985 y peleó en los tribunales con David Gilmour y Nick Mason sobre los derechos de la marca y el material. Perdió los derechos sobre Pink Floyd pero retuvo los de The Wall. En julio de 1990, ocho meses después de la caída del telón de acero, el álbum se reencarnó en un concierto de magnitudes épicas, celebrado en Berlín.
En 2010, un Waters sexagenario se embarcó en una gigantesca gira mundial de tres años con “The Wall”, que terminó documentada en una nueva encarnación fílmica. Titulada Roger Waters The Wall, y codirigida por el músico y Sean Evans, se estrenó el año pasado en el festival de Toronto y llegará a los cines de todo el mundo el próximo 29 de septiembre.
En una entrevista con el diario español El País, el cantante y guitarrista confesó que en la actualidad se encuentra lejos del torturado personaje de Pink, el protagonista de la ópera rock. “Estoy en un lugar muy diferente al del miserable y jodido Roger de hace tantos años. Ahora estoy mucho más feliz con el público y conmigo mismo, aunque menos contento con lo que está sucediendo en el mundo”, admitió.
“The Wall todavía es una acción de protesta”, aseguró Waters. “Es mucho menos sobre la historia del chico y su pérdida que sobre la preocupación de todos los que perdemos a gente en guerras. Al final del día todos podemos ser daños colaterales, que es un eufemismo para decir ‘gente inocente muerta’. The Wall es hoy una pieza sobre cualquier persona que sufre en cualquier conflicto”, afirmó.
Sobre las diferencias entre esta nueva película sobre The Wall y la clásica película de Alan Parker, el cantante señaló: “Las dos son poderosas, pero muy distintas entre sí. Esta carece de la parte más narrativa. Es más sutil, pero quizá más política”.
The Wall es aún una acción de protesta
El ex-Pink Floyd, Roger Waters, habló de la vigencia de un disco que se convirtió en un clásico del rock
21 de julio 2015 · 07:44hs